Entre el 14 y el 30 de diciembre de 2020, Miguel Villamayor superó ocho finales de la licenciatura en Nutrición en la Universidad Nacional de Formosa (UNaF). Antes de esa seguidilla explosiva, en sus cuatro años de carrera, el joven había aprobado solo seis materias. El caso salió a la luz en la facultad y hoy tanto él como los profesores que le tomaron los exámenes son investigados por la Justicia Federal.
Lo que pudo haberse tratado de un milagro académico inédito se convirtió, al cabo de dos meses, en un presunto arreglo con docentes y no docentes de la Facultad de Ciencias de la Salud. A Villamayor no se lo veía cursar con regularidad desde hacía tres años y, de un día para el otro, reapareció como estudiante libre y aprobó ocho finales virtuales en diciembre, uno más en enero y otro más en febrero hasta que comenzó a circular el rumor entre los compañeros.
Como alumno libre, para acceder al examen oral, primero debió aprobar una prueba escrita. En teoría, Villamayor superó cada una de ellas. Incluso, en un video que se viralizó de la mesa de un final, las docentes bromean sobre la nota que se sacó en el escrito (100 sobre 100) después de no haberlo visto cursar en los últimos años.
En Fisiología se sacó un 10, en Fundamentos de la Alimentación un 9, en Introducción a la Salud Pública un 7, un mismo día -el 18 de diciembre- rindió dos exámenes y obtuvo un 7 y un 9. A eso le agregó en los días siguientes un 7 en Administración de Servicios, Elaboración y Manejo de Alimentos y un 8 en Saneamiento Ambiental e Higiene de los Alimentos.
El caso que destapó la olla fue el de Economía Alimentaria. El alumno no logró responder cómo se genera la canasta básica alimentaria, ni siquiera sabía el significado de las siglas del INDEC. Cuando le preguntaron por el concepto de seguridad alimentaria y el de hoja de balance, dos temas elementales de la materia, tampoco supo contestar. Pese a las omisiones, al final de la mesa, la vicedecana de la facultad y directora de la carrera, Patricia Velazco, le dijo que le iba a llegar “un regalito”. Un regalito con forma de 6.
“No diría que es imposible, pero casi. Lograr una seguidilla de exámenes en condición de libre no es usual. No tenemos registro estadístico de algo similar. Todavía falta una investigación y hay que dar el derecho a réplica, pero todo indica que pudo haber habido una asociación entre docentes y alumno”, le dijo a Infobae el rector de la UNaF, Augusto Parmetler.
Cuando ya las imágenes eran de público conocimiento, la historia despertó indignación en la comunidad universitaria. A tal punto que un estudiante de Nutrición realizó la denuncia el 8 de marzo por correo electrónico ante el Fiscal Federal Nº2 de Formosa, el Dr. Luis Benítez. Ante la falta de respuestas, el alumno elevó la denuncia al Juez Federal Nº2 de la ciudad de Formosa y sumó fotografías, documentos y 20 horas de video que reflejan una presunta asociación ilícita que involucra entre 8 y 10 docentes y no docentes dedicada al “tráfico ilegal de materias y calificaciones”.
El rector se puso a disposición de la Justicia y adelantó que, en caso de detectarse alguna irregularidad, la universidad se presentará como querellante. A su vez, informó que se les abrió un sumario administrativo a los docentes, que los podría llevar a un juicio académico y a perder los cargos. De confirmarse el fraude, claro, se anularían los exámenes.
La trama política
“El caso sucede en un momento de conflicto político muy fuerte dentro de la universidad. El gobierno de (Gildo) Insfrán está avanzando contra la autonomía universitaria. Quieren manejar la única caja que todavía no manejan”, señaló una fuente de la universidad que pidió preservar su identidad.
Miguel Villamayor es el principal referente -o puntero- de la agrupación Opción Universitaria Salud, que responde al actual vicegobernador de Formosa, Eber Solís. “Hubo una orden de arriba para aprobarlo rápidamente y que pueda ser consejero estudiantil”, agregaron.
Por estatuto, un alumno necesita al menos el 30% de las materias del plan de estudios aprobadas para postularse como consejero estudiantil. Esas diez materias que aprobó entre diciembre y febrero le permiten presentar su candidatura y, de resultar electo, sumar un voto en la elección de los decanatos que se renuevan este año.
“Esto es todo político”, es la frase que más se escucha ante las consultas. Según las fuentes, el milagro académico de Villamayor no sería más que una maniobra para allanarle el camino y permitirle ser consejero estudiantil. El objetivo final: que el candidato del gobierno provincial se quede con el rectorado en 2022.
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