Un grupo de padres se autoconvocó ayer en El Calafate, Santa Cruz, para exigir el regreso de las clases presenciales. Primero se reunieron frente a la Gobernación y luego se trasladaron hacia la casa de la vicepresidenta Cristina Kirchner, que desde el viernes pasado se encuentra en la ciudad.
Si bien la marcha llamó la atención justamente por la protesta frente a la residencia, fue una más de muchas manifestaciones que el grupo de Padres Organizados encabezó desde el año pasado.
Durante 2020, los estudiantes santacruceños hicieron todo el ciclo lectivo en forma virtual. Ni siquiera cuando se habilitó a nivel nacional la posibilidad de actividades de reencuentro, la gobernadora Alicia Kirchner aceptó la modalidad.
En el comienzo de 2021, todo se mantiene tal cual transcurrió el año pasado. Tan solo un puñado de alumnos que representa el 10% de la matrícula provincial pudo retornar a las aulas. En cambio, para las localidades más pobladas, aquellas que cuentan con transmisión comunitaria de Covid-19, las clases siguen de modo virtual.
Además de El Calafate, el cierre que dispuso la gobernadora alcanza a Río Gallegos, Caleta Olivia, Río Turbio, Pico Truncado, Perito Moreno, Puerto Deseado y Las Heras. Solo las escuelas rurales de la provincia pudieron retomar el contacto presencial con sus alumnos. Desde la cartera educativa, precisaron que en aquellas localidades que presentan un “brote local” la asistencia es de al menos dos veces por semana, mientras que las ciudades que tienen transmisión por conglomerado pueden ir tan solo un día. En todos los casos, la asistencia es por grupos reducidos.
La expectativa era que por fin regresara la presencialidad en el nuevo ciclo lectivo. Sin embargo, el 1 de marzo las clases volvieron a iniciar en forma virtual. Desde entonces, el reclamo de “Abran las escuelas” se multiplicó en la provincia, principalmente en El Calafate donde el grupo de padres autoconvocados gana volumen a medida que persiste el cierre educativo.
“El Calafate está abierto al turismo. Celebramos la apertura porque la ciudad necesita del turismo. Pero está todo abierto: clubes, colonias, academias de idiomas, bares, inclusive el casino. Todo menos las escuelas. Hay una necesidad imperiosa de volver cuanto antes”, le dijo a Infobae Mariana Iozzi, vocera de Padres Organizados Santa Cruz.
Los padres apelaron a distintas vías de reclamos: enviaron varias cartas a la gobernación y a los principales funcionarios provinciales, llevaron adelante una clase pública, organizaron cacerolazos. Del otro lado, nunca obtuvieron respuesta.
“Hubo silencio absoluto hasta fin de febrero en que se decidió que las localidades con transmisión comunitaria tendrían clases virtuales. Eso implica prácticamente toda Santa Cruz, a excepción de parajes rurales. Ni hablar de cómo funciona acá Internet. Tenemos que rogar para algo tan básico como que nuestros hijos vayan al colegio. Es triste y cruel”, agregó Iozzi.
Solo el intendente de El Calafate Javier Belloni, que también forma parte del Frente de Todos, tomó el reclamo y pidió por la reapertura educativa a Alicia Kirchner. Incluso el Concejo Deliberante de la ciudad respaldó el pedido de los padres. La gobernadora hizo caso omiso y en la primera sesión del año en la Cámara de Diputados bloqueó el proyecto que presentó un legislador que responde a Belloni.
En la sesión, según informó la agencia OPI Santa Cruz, entre los 20 diputados presentes, 12 votaron a favor del proyecto de presencialidad en El Calafate y 8 en contra. Pero para aprobarlo sobre tablas necesitaban dos tercios de la cámara (13 votos). Ante el revés, solicitaron que el proyecto pase a comisiones, pero los diputados oficialistas descartaron incluso esa opción y terminó archivado.
Conflicto docente
Como ya es costumbre en Santa Cruz, el ciclo lectivo -en este caso virtual- comenzó con un paro docente lanzado por Adosac, el principal gremio del sector que está dentro de Ctera. Ante la falta de un acuerdo salarial, las escuelas públicas de la provincia todavía no empezaron.
En los últimos años es una constante en Santa Cruz. 2017 fue el año más traumático en ese sentido: las escuelas estuvieron cerradas durante más de 100 días por las sucesivas huelgas docentes. En los años posteriores, los paros también imposibilitaron el desarrollo regular del ciclo lectivo.
Ahora, a la falta de voluntad política se le suma la resistencia gremial para reabrir las escuelas. En la última reunión paritaria, la gobernación ofreció un aumento del 32,82% en el salario básico docente en tres tramos (marzo, julio y septiembre). Después de discutirlo internamente, hoy los sindicatos responderán y se conocerá si por fin se destraba el conflicto.
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