El creciente uso y apropiación de las tecnologías digitales han puesto en agenda nuevamente la necesidad debatir cómo se enseñan y aprenden nuevos saberes informacionales en la educación en Argentina. El lugar que juega la pedagogía informacional en los diferentes niveles educativos fue uno de los paneles con los que la plataforma Ticmas cerró las jornadas de debate que organizó durante febrero para pensar el inicio del ciclo lectivo 2021.
¿Cuáles son los desafíos a los que se encuentra la escuela hoy cuando hablamos de enseñar a programar?
En primer lugar, deberíamos poder conversar no sólo del aprender a programar en sí mismo, sino de cómo logramos poner en la mesa de conversación cómo se co-construyen la tecnología y la sociedad. Este eje resignifica el rol que nuestros estudiantes van a tener con las tecnologías digitales no sólo cómo usuarios y consumidores acríticos, sino también en un rol de creadores en un mundo donde habitan como ciudadanos cada vez más digitalizados.
Un segundo desafío, se evidencia en las estrategias enseñanza y aprendizaje de estos saberes informacionales en sí mismo. Ya no se trata sólo que se centralice en un laboratorio o con un docente de informática, sino que la estrategia de aprendizaje debe ser transversal a la institución educativa donde se priorice el aprender haciendo, a través del aprendizaje basado en proyectos interdisciplinarios, donde se puedan vivenciar ciertas nuevas habilidades socio-emocionales que son tan importantes como las técnicas.
Por último, y en tercer lugar, un desafío asociado mayoritariamente al nivel educativo superior, es el vinculado con la empleabilidad de los jóvenes que egresan de la escuela. Los vínculos del sistema educativo con el sistema tecno-productivo se han intentado sostener con diferentes políticas y estrategias, pero el debate actual - acelerado por la coyuntura - genera mayor necesidad protagónica por parte de la comunidad educativa para definir futuras políticas y estrategias.
Al margen de estos tres desafíos en sí mismos complejos, los que trabajamos y enseñamos estas temáticas en diferentes ámbitos y con diferentes poblaciones, coincidimos que el “aprender a programar” permite un abordaje a otro tipo de competencias y habilidades de orden superior como la resolución de problemas, el pensamiento crítico y el pensamiento sistémico.
¿Qué estrategias pedagógicas hoy se están usando en la actualidad cuando hablamos de enseñar a programar?
La heterogeneidad del sistema educativo argentino genera que esta respuesta no sea única, entendiendo las diferencias de conectividad, equipamiento e incluso de formación docente en estos temas. Pero para responder a la pregunta y pensando en esta diversidad de elementos heterogéneos como un punto positivo y sin caer en “recetas mágicas”, podemos identificar diferentes estrategias que se están utilizando a nivel local y a nivel internacional. De hecho, en el 2017 se realizó una fuerte revisión de la literatura de pedagogía computacional a partir de la Royal Society Computing Education basado en casos empíricos en el aula para diferentes niveles educativos y han permitido establecer marcos de referencia pedagógica que nos sirven para pensar abordajes pedagógicos diferentes.
Por ejemplo, ¿enseñamos a programar a través de bloques visuales o a través de escritura de lenguajes? ¿Qué ventajas y desventajas nos da al trabajar con ciertos paradigmas de programación? ¿qué lenguajes son los más apropiados según cada edad? ¿enseñamos a programar a través del juego? ¿conviene que trabajen en parejas de programación o a través de proyectos colaborativos? ¿Qué saberes vinculados a las tecnologías digitales traen los estudiantes de hoy y son necesarios resignifcarlos y construir a partir de ellos? Todas estas preguntas deben ser vistas no como hechos aislados o en silos, sino que debe responder a propósitos pedagógicos en un nivel más alto: por qué, para qué y para quién estamos enseñando a programar. A partir de allí, podremos diseñar y definir qué estrategia de pedagogía informacional - contextualizada y situada- es la que nos conviene para trabajar con nuestros alumnos.
¿Por qué se vuelve cada vez más clave el pensamiento crítico y computacional?
El desarrollo del pensamiento computacional tiene como eje aprender cómo las personas resuelven problemas de una manera secuencial, lógica, procedimental y, a la vez, aporta a una visión sistémica.
Sin querer aburrirlos, repasemos brevemente lo que implica programar una instrucción computacional a través de código: por un lado, implica tomar un problema y dividirlo en una serie de partes más pequeñas y manejables (descomposición). Luego, cada parte se puede mirar individualmente, considerando las similitudes entre y dentro de otros problemas (reconocimiento de patrones) y enfocándose solo en los detalles importantes mientras se ignora la información irrelevante (abstracción). A continuación, buscar soluciones a otros problemas y adaptarlos para resolver nuevos problemas (generalización). Luego, se pueden diseñar pasos o reglas simples para resolver cada uno de los problemas más pequeños (algoritmos). Una vez que tenemos una solución funcional, usamos (evaluación) para analizarla y preguntamos: ¿Es buena? ¿Se puede mejorar? ¿Cómo? Y, a partir de allí, volver a retroalimentar todo el proceso.
Es importante señalar que las tendencias en el desarrollo y la programación también están avanzando: cada vez se automatizan más flujos y algunas herramientas “resuelven” de forma más simple algunos desafíos técnicos. Sin perder de vista estas tendencias y avances, esta “forma de pensar computacionalmente” promueve ciertas habilidades (tanto técnicas, como socio-emocionales) que se vuelven clave para también poner a los estudiantes como protagonistas de la sociedad actual para usar y consumir críticamente las tecnologías digitales y también para crear nuevas con miradas más diversas e inclusivas.
Melina Nogueira Fernández, es Licenciada en Administración y Sistemas (UBA), docente en nivel medio e investigadora, Maestranda en Ciencia, Tecnología y Sociedad y Doctoranda en Ciencias Sociales y Humanidades (UNQ).