Advierten sobre la falta de jardines de infantes en los sectores más vulnerables

UNIFEC y CIPPEC presentaron hoy los resultados de un estudio sobre la oferta educativa para la primera infancia. Los tres grandes desafíos que persisten

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En los sectores más pobres, hay poca cobertura del jardín de infantes
En los sectores más pobres, hay poca cobertura del jardín de infantes

Si bien Argentina expandió la educación inicial en los últimos 25 años, aún se registran grandes desigualdades y déficits en la distribución de la oferta educativa en las provincias, especialmente en los contextos de mayor vulnerabilidad, donde no se dispone de propuestas para la franja de 0 a 3 años, según alertaron hoy UNICEF y CIPPEC.

De acuerdo con los registros nacionales de los últimos 25 años, la sala de 5 está universalizada casi en su totalidad; la cobertura de la sala de 4 se amplió llegando al 87% en la última década; la de 3, al 45%, y en las salas maternales, el crecimiento resultó marginal.

En un contexto marcado por fuertes disparidades de acceso y calidad, UNICEF y CIPPEC presentaron el libro “Mapa de la educación inicial en Argentina: Puntos de partida de una agenda de equidad para la primera infancia”, en el que realizaron un análisis de la situación educativa de los niños e identificaron los desafíos para el diseño e implementación de políticas integrales que garanticen el cumplimiento de los derechos de los chicos.

La primera infancia es el período de mayor desarrollo en la vida de una persona. “Durante esta etapa se construyen las bases del futuro de cada niño y cada niña, de su salud, bienestar y educación. Es crucial que en esta etapa todos y todas reciban oportunidades que permitan desarrollar una vida plena y el ejercicio de sus derechos”, señaló Luisa Brumana, representante de UNICEF Argentina. “Además, las disparidades existentes se profundizan por el impacto de la pandemia”, subrayó.

(iStock)
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En este sentido, la directora ejecutiva de CIPPEC, Julia Pomares, explicó: “La Argentina enfrenta enormes desafíos en términos de reducción de la pobreza, salud y nutrición, y para esto el acceso a los espacios de crianza, enseñanza y cuidado para los niños y las niñas de 0 a 5 años es clave. Por eso es importante que la política pública trabaje ampliando la oferta de estos espacios, y que, a corto plazo, elimine la incertidumbre por el regreso de las actividades educativas en todos los niveles, incluyendo la primera infancia. La falta de presencialidad solo acrecienta la brecha que ya existe entre las familias más vulnerables y aquellas con más recursos”.

Para la elaboración del documento se relevó, sistematizó y analizó información estadística y documental de las 24 provincias en 5 grandes temas: cobertura, oferta de servicios, normativas, currícula y formación docente. “A pesar de los avances en asegurar la cobertura en las salas obligatorias, aún nos encontramos frente a un escenario fragmentado, heterogéneo y desigual en lo que respecta a la oferta y cobertura, especialmente en los contextos territoriales de mayor vulnerabilidad social”, afirmó Cora Steinberg, Especialista en Educación de UNICEF Argentina.

“Uno de ellos es que el sector estatal tiene menos participación en el nivel inicial en comparación al resto de los niveles del sistema educativo e, incluso en la sala de 5, uno de cada tres niños asiste a escuelas de gestión privada”, aseguró. Además, a diferencia de otras propuestas para la primera infancia, la educación inicial se ofrece, casi en su totalidad, en jornada simple, lo que implica “un aumento en la carga de cuidado en los hogares”, sostuvo la especialista.

A partir de este análisis, las expertas identificaron tres grandes desafíos para garantizar el derecho a una educación inicial “inclusiva, equitativa y de calidad”. En primer lugar, es necesario ampliar el acceso, fundamentalmente para los niños de la primera infancia. Esta ampliación debe ser impulsada por la oferta estatal y con criterios de equidad en su priorización territorial.

En segundo lugar, se evidencia la necesidad de que todos los espacios destinados a la primera infancia compartan criterios comunes sobre principios de trabajo, infraestructura y mobiliarios, higiene y nutrición, vínculos entre adultos y niños, y con las familias y las comunidades, y perfiles de los profesionales.

El tercer desafío consiste en avanzar hacia una distribución más equitativa de los cargos docentes entre sectores y tipos de gestión. En este sentido, un dato que sobresale del estudio es la disparidad en la distribución de los cargos: aproximadamente el 65% de las escuelas no cuenta con auxiliares docentes y un 60% no posee docentes que enriquezcan la propuesta curricular, fenómenos que se profundizan cuando se comparan escuelas rurales y urbanas, de gestión estatal y privada.

Argentina no cuenta actualmente con un marco curricular actualizado en educación inicial y, si bien todas las provincias cuentan con diseños para el jardín de infantes, sólo la mitad posee una propuesta específica para el jardín maternal”, aseguró Alejandra Cardini, Directora de Educación de CIPPEC.

“Por un lado, los documentos curriculares son elaborados desde y hacia el sistema educativo, sin contemplar otras instituciones que reciben a la primera infancia; por el otro, la normativa nacional es acotada y el país no cuenta con pisos mínimos para acompasar los escenarios provinciales como la disparidad en las dimensiones de las aulas o la cantidad de chicos y chicas por docente”, agregó.

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