El decreto de la prolongación de la DISPO hasta el 28 de febrero que firmó el presidente Alberto Fernández, el viernes pasado, incluye la recomendación de la vuelta a las clases de manera presencial. Pero sobre este punto, hay opiniones dentro del mismo gobierno que parecen ir en una dirección distinta.
Si bien el ministro de Educación, Nicolás Trotta, había dicho que tenía una mirada altamente positiva con respecto a la vuelta de los alumnos a las aulas, este fin de semana aseguró que “es una discusión falaz decir que la educación debe ser un servicio esencial”.
Sus declaraciones se produjeron luego de que senadores de Juntos por el Cambio presentaran un proyecto de ley para que se incluyera a la educación entre las actividades esenciales porque consideran que “es un bien social, colectivo, por el cual se generan obligaciones para el Estado”.
Y a raíz de lo expresado por Trotta, importantes referentes de la educación salieron a manifestarse en contra de sus dichos y remarcaron la importancia de empezar a diseñar un plan de retorno físico a clases para evaluar en qué situación de aprendizaje se encuentran los alumnos.
“Considero que la educación debe ser un servicio esencial. En esto estuvimos todo el año dando vueltas sin tomar una decisión. Que los pibes estén en la escuela, que vayan a aprender, que vayan progresando en la vida; vaya si no es un servicio esencial”, remarcó Gustavo Iaies, director del Centro de Estudios en Políticas Públicas (CEPP).
“No entiendo qué le está pasando al ministro. Me parece que la confusión es de él, no del resto, ya que los gremios mayoritarios van a acompañar la decisión”, destacó al ser entrevistado en Radio Mitre.
Iaies considera que no hay más tiempo que perder y que es imperioso que los chicos recuperen el vínculo físico con la escuela: “Hay que hacer buenos protocolos, no imposibles. Hacer protocolos razonables y que la escuela funcione con esos acuerdos”.
Para Mónica Marquina, doctora en Educación Superior y profesora de la UBA, “el mundo también está demostrando que la educación es esencial” y puso como ejemplo lo que sucede en los países europeos, principalmente en Alemania, donde se apuesta por la educación intermitente.
“Que la educación sea declarada esencial significa que las escuelas siempre estén abiertas y que el Estado garantice un derecho humano como lo es la educación y que nunca la suspenda en situaciones extremas”, precisó Marquina a Infobae.
“En Alemania las escuelas abren y cierran. En ningún caso hacen escándalos ni especulaciones. Luego de las vacaciones de verano hubo clases presenciales todo el cuatrimestre hasta las fiestas en donde cerraron, con los feriados y recesos cortos de cada provincia; y que desde entonces y en pleno pico de la segunda ola, decidieron cerrar hasta el 14 de febrero. El modelo alemán sigue siendo ejemplar”, insistió Marquina, quien se mostró a favor del proyecto elaborado por la oposición.
“La iniciativa plantea que si hubiera que suspender las clases, el 50% de las escuelas deben estar abiertas para atender a los hijos de trabajadores esenciales y a los chicos y chicas vulnerables que necesitan ir a la escuela para alimentarse”, explicó la experta en educación, quien hizo hincapié en que la presión social es cada vez mayor para que se concrete la vuelta a clases de manera presencial. “Veremos si el Gobierno finalmente decide ponerse la educación al hombro, pero para eso tienen que ser reconocidos como un servicio esencial”, enfatizó.
Gustavo Zorzoli, profesor y ex rector del Colegio Nacional de Buenos Aires, se mostró en sintonía con los dichos de Marquina y recordó que en Europa “lo primero que se abren son las escuelas y lo último que se cierran son las escuelas”.
“Es una máxima que debe lidiar con la toma de decisiones. Hay que hacer todo lo posible para que en Argentina sea así. Hay que considerar a la educación como un servicio esencial para que cuando volvamos a las escuelas todos hagamos el máximo esfuerzo para poner a la educación de pie. Y así como el gobierno destinó recursos para el sector de la salud ahora también debe destinarlos a la educación. Se necesita mucho de gestión e innovación para lidiar con los problemas educativos que generó la pandemia”, enfatizó Zorzoli al ser entrevistado por Infobae.
Además, dijo que le preocupa “que Trotta diga que es falaz una discusión ya que lo único que está haciendo es anular un debate y en democracia esto no funciona así”. Zorzoli dijo que “el ministro se preocupa más por los sindicatos que por los chicos y que está privilegiando a un sector que ni siquiera tiene la representación total de los docentes”.
También criticó que Trotta ahora desligue la responsabilidad de la vuelta a las aulas a las provincias. “Fue un ministro que tuvo poder absoluto en las decisiones y decidió romper el federalismo con el decreto de suspender las clases. Él tomó la decisión de cerrar las escuelas y ahora que tiene que tomar la decisión de abrirlas le pasa esa responsabilidad a las provincias. Me parece una incoherencia del ministerio”, retrucó Zorzoli.
Consideró “muy acertado” el proyecto de ley de los senadores de Juntos por el Cambio e indicó que “los gremios docentes tendrían ciertas limitaciones si la actividad se declarara esencial porque regirán otras normas”.
El documento, que lleva la firma de los legisladores Pablo Blanco, Laura Rodríguez Machado, Mario Fiad, Silvia Elías de Pérez, Humberto Schiavoni y Pamela Verasay, entre otros, considera que “la pandemia que atravesamos durante todo el año 2020 - y que nos seguirá acechando al parecer buena parte del presente año- ha dejado a la luz una verdadera tragedia educativa”.
“Es necesario garantizar los recursos necesarios para sostener el contacto entre las familias y las escuelas, especialmente en los contextos más vulnerables, para asegurar el sostenimiento y devolución de las actividades escolares, y también dar seguimiento a la situación emocional de los chicos. Cada día que pasa con las escuelas cerradas se consolida esta catástrofe generacional, que tendrá profundas consecuencias para la sociedad en su conjunto”, concluyeron los senadores en el texto.
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