Funcionarios del Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires comenzaron a reunirse con directores de las escuelas para definir cómo va a abrir cada establecimiento desde el 17 de febrero. Pese a la diversidad de realidades, hay una premisa que no se discute: “Todos los días, todos los chicos en la escuela”.
La primera reunión fue este lunes, en el Polo Mugica. Allí, 58 directivos se reunieron con autoridades de la cartera educativa y expusieron sus planes de apertura a partir del protocolo que la semana pasada presentó el jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta.
“Hay una opinión unánime de que este año no puede ser igual al anterior, que los chicos tienen que estar en la escuela. Después cada director expuso la realidad de sus instituciones. Cuestiones como si llueve un día cómo organizarse en los espacios al aire libre. Varía mucho dependiendo de cada establecimiento. Lo único unánime fue la necesidad de volver a clases presenciales”, dijo una fuente oficial a Infobae.
La reunión se organizó en torno a las características de la escuela: su matrícula, la cantidad de grados, el número de docentes, los espacios disponibles. Y con preguntas como disparadores: “¿Cómo armarías la jornada escolar y su caja horaria?, ¿qué propuesta pedagógica ofrecerías a aquellos estudiantes que forman parte de los grupos de riesgo?, ¿qué harías en el caso de contar con docentes exceptuados?, ¿podrías organizar una actividad escolar utilizando un club de barrio o centro cultural cercano?”.
“Falta menos de un mes para el inicio de clases más desafiante que hayamos tenido en la Ciudad. Por eso, seguimos trabajando en constante diálogo con los docentes y conducciones de las escuelas para garantizarles a las familias que sus hijos empiezan el año escolar en aulas y escuelas seguras. Estos días previos es necesario hablar de certezas. El 17 de febrero las escuelas van a estar abiertas esperando a sus alumnos, siguiendo el regreso escalonado que ya mencionamos y cumpliendo los protocolos específicos”, expresó Soledad Acuña, ministra de Educación de la Ciudad.
El regreso escalonado contempla que 17 de febrero solo iniciarán cuatro grupos de estudiantes: los chicos de los jardines maternales, el nivel inicial, primer ciclo de primaria (primero, segundo y tercer grado) y primer ciclo de secundaria (primero y segundo año). Luego, el 22 de febrero se sumará el resto de los alumnos de la primaria y una semana después, el 1 de marzo, será el turno de todo el nivel secundario.
Marcela Voulgaris, directora de la Escuela N° 4 “Provincia de Córdoba” de Palermo, participó de la primera convocatoria ayer en el Mugica. “Hubo un intercambio muy enriquecedor, con distintas estrategias y abordajes para asegurar la presencialidad en el próximo ciclo lectivo. El año pasado fue muy difícil para todos. La escuela dejó de ser un espacio presencial y solo en la escuela tenemos la posibilidad de mitigar algunas desigualdades que no se generaron con la pandemia, pero sí se agudizaron”, planteó.
De cara al próximo ciclo lectivo, su intención es separar la jornada completa en dos turnos de tres horas por grado. Tiene un total de 180 alumnos distribuidos en diez aulas. Por lo cual, en el plan que presentará, agruparía cinco cursos en el turno mañana y los restantes en el turno tarde. Dentro de su plantilla, solo una docente integra un grupo de riesgo. Ella va a seguir con clases virtuales en su horario habitual hasta que reciba la vacuna.
“Nuestra escuela cuenta con todas las medidas de seguridad e higiene necesarias para convivir con el COVID-19. El año pasado pudimos revincular a todos los alumnos a través de burbujas. Ojalá podamos comenzar en orden dejando de lado cualquier color político. Los docentes de vocación pensamos en el futuro de los niños y en no vulnerar su derecho a la educación” remarcó.
Una de los puntos que orientaron la discusión fue la estructura arquitectónica de cada escuela. Las más grandes, llamadas “Cacciatore”, por su buena ventilación y sus espacios amplios, pueden albergar a todos los alumnos al mismo tiempo. En cambio, en las más pequeñas que representan un bajo porcentaje y se denominan “viviendas”, se complica la tarea. Una alternativa que se planteó fue la posibilidad de que un grupo de estudiantes concurra a alguna escuela cercana grande o, en su lugar, se reúnan en un espacio comunitario cercano como un club de barrio o centro cultural.
Mónica Almada, directora de la Escuela N° 7 “Niñas de Ayohuma” de Parque Chacabuco, está a cargo de una de las escuelas de verano, que además de actividades de recreación tiene como objetivo reforzar contenidos en los estudiantes que, por la pandemia, quedaron más rezagados. “Esta experiencia nos permitió ver de qué forma se puede aplicar el protocolo. Fue adelantarnos a la presencialidad real”, comentó.
Almada, junto a su equipo de conducción, también tiene decidido desdoblar los cursos y ofrecer una jornada simple. En su escuela, la mitad de los chicos concurrirán a la mañana y la otra mitad a la tarde. “Todos estamos a favor de la presencialidad. Consideramos que nuestras infancias fueron muy dañadas por la pandemia. Sus historias no son cuentos de hadas. Necesitan ser escuchados y estar contenidos, y para ello el único lugar posible es la escuela”, remarcó.
Hoy por la mañana se llevó a cabo la segunda reunión con equipos de conducción. En este caso, 20 directores –todos de nivel inicial– asistieron al Ministerio de Educación en el Barrio 31. Con vistas al próximo ciclo lectivo, que empieza en apenas veinte días, cada equipo directivo debe presentar su plan de organización. La intención del gobierno porteño es tener al menos una reunión con todos los directores de escuelas públicas en las próximas semanas.
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