Ayer volvió la actividad presencial en las escuelas porteñas. Dos establecimientos reabrieron sus puertas y recibieron a los primeros grupos de alumnos. Desde ayer, también, el gobierno porteño habilitó un permiso para que los docentes, que pasan a considerados como trabajadores esenciales, puedan movilizarse en transporte público. La intención es que ese permiso también alcance a los estudiantes.
Hasta el momento solo dos escuelas técnicas de Monte Castro retomaron la actividad presencial. Entre mañana y el viernes abrirán otras nueve secundarias, que se reencontrarán con sus alumnos de quinto año. Ya desde la semana que viene habrá un salto importante: un total de 190 establecimientos estatales retomarán la actividad, a las que se sumarán primarias que comenzarán a trabajar con los séptimos grados.
Hoy por la tarde el jefe de gabinete de la ciudad de Buenos Aires, Felipe Miguel, confirmó la intención de extender el permiso de circulación. “Arrancamos con presencialidad educativa. Los docentes realizan tareas esenciales, por lo tanto podrán utilizar el transporte público. Estamos hablando con el gobierno nacional para que los chicos también lo puedan usar”, señaló en radio Mitre.
Los docentes deben tramitar su permiso para circular por transporte público, que alcanzará tanto a maestros de escuelas estatales como privadas, que desde la semana que viene empezarán a reabrir las puertas. Para poder reanudar la actividad presencial, los colegios privados deben enviar una nota a la Dirección de Educación de Gestión Privada, una dependencia del ministerio de Educación porteño, ratificando que están en condiciones de cumplir con el protocolo para el retorno a la presencialidad.
El protocolo plantea clases en espacios abiertos, en los patios o gimnasios, en “burbuja”. Es decir, grupos de no más de nueve alumnos que trabajan con el mismo docente, en turnos de entre una hora y media y cuatro horas al menos dos veces por semana.
Ayer y hoy los alumnos de sexto año de las escuelas técnicas N°25 y N°37 de Monte Castro se acercaron caminando o en sus bicicletas particulares. Todavía ellos no pueden subirse a un colectivo o subte.
Desde ayer, el gobierno porteño negocia con Nación para que les permitan habilitar el transporte público también para los estudiantes. En una primera etapa, la idea es que vuelvan solo los estudiantes de los últimos años de los niveles, pero las actividades son de asistencia voluntaria. Si asistieran todos, el universo total, entre escuelas públicos y privadas, sería de 70 mil alumnos.
Quienes también están esperando que se destrabe la negociación por el transporte son las autoridades de la Universidad de Buenos Aires. La casa de estudios ya tiene listo un protocolo para un retorno gradual a clases presenciales, que tendrá como primer objetivo las materias prácticas de los últimos años de las carreras, aquellas que no se pueden dictar en forma virtual. “Nos tienen que asegurar el transporte para poder comenzar”, plantearon desde la UBA.
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