Después de que lograra el acuerdo en el Consejo Federal, la Ciudad de Buenos Aires avanzó en su plan de revinculación de los alumnos con el sistema educativo. Si bien aún no están en condiciones de volver a clases presenciales, el gobierno porteño ya diseñó un esquema de retorno a “actividades educativas no escolares”.
Esas actividades socioeducativas son las que desde el lunes lleva adelante en polideportivos la Ciudad de Buenos Aires, que obtuvo un nivel de riesgo medio. En tandas de a 100 chicos por día, pretenden revincular con el sistema a los 6.500 alumnos que identificaron como aquellos que perdieron contacto con la escuela.
Según supo Infobae, el plan consta de tres etapas con distintos destinatarios y la primera comenzará desde el próximo martes 13 de octubre. Las otros se pondrían en marcha en los días posteriores.
-Primera etapa: estudiantes de 5° y 6° año de escuelas técnicas de gestión estatal.
-Segunda etapa: estudiantes de 5° año de escuelas medias de gestión estatal.
-Tercera etapa: estudiantes de 7° grado de escuelas de gestión estatal.
Todos ellos volverán a la escuela con actividades educativas de revinculación en espacios abiertos, ya sea en los patios o en los gimnasios. La intención es que se sumen también los colegios privados, que deberán dar aviso a la Dirección General de Educación de Gestión Privada.
Según las fuentes oficiales, el objetivo es “favorecer el encuentro, la socialización y el aprendizaje comunitario, considerando la presencialidad como un instrumento indispensable para fortalecer y favorecer el cierre de las trayectorias escolares de manera adecuada”.
La participación será optativa. Los grupos no podrán superar los 10 alumnos y funcionarán en burbuja, es decir, no podrán mezclarse con otros estudiantes. El gobierno porteño le dará autonomía a las escuelas para que sean sus directivos los que definan la frecuencia y la duración de las actividades, pero se propone que los grupos asistan entre 2 y 4 veces por semanas, con turnos de entre una y cuatro horas. Entre cada turno se prevé media hora para tareas de limpieza y desinfección.
Si bien el nuevo semáforo epidemiológico aprobado hoy flexibiliza las condiciones para reabrir las escuelas, la Ciudad aún no está en condiciones de volver a las clases tradicionales. El modelo sigue tres indicadores: la cantidad de casos diarios de acuerdo a la población en los últimos 14 días, la disponibilidad de camas, y si la infraestructura educativa está en condiciones de aplicar los protocolos de higiene y distanciamiento. En otras palabras, mide la capacidad de una jurisdicción de contener un brote. De ese entrecruce de variables surge un indicador que determina si el riesgo es bajo, moderado o alto. Solo en los casos de bajo riesgo, los distritos pueden emprender el regreso a clases.
A la Ciudad esos indicadores le dan un riesgo moderado. Por ende, por ahora solo pueden pensar en actividades de revinculación, que apuestan a momentos más recreativos, que recuperen el contacto entre los compañeros.