Hace ya algún tiempo que los libros en formato digital tienen una presencia cada vez más importante en los lectores. El contexto actual, sobre todo en las instituciones educativas, ha acelerado la necesidad de adquirir textos en formato digital para poder continuar con los estudios de miles de estudiantes de todos los niveles.
En las bibliotecas universitarias desde hace tiempo se viene estudiando y analizando la posibilidad de adquirir textos que estén en formato digital, ya que supone ciertas ventajas respecto a las versiones impresas. Sin embargo, esto tiene que ver con las particularidades propias del área disciplinar en donde tanto el texto como el objeto que los contienen cumplen un objetivo importante según el caso. Un mejor aprovechamiento de las estanterías, una mejor preservación digital, la disponibilidad de la obra las 24 horas del día todos los días y el hecho de que un lector no tiene que viajar para buscar o devolver un libro, son solo algunas de las grandes ventajas del libro digital.
Las Bibliotecas hoy tratan de mantener un equilibrio en el desarrollo de sus colecciones, entre obras impresas y digitales. Sin embargo, no es un objetivo fácil de cumplir. Los bajos presupuestos destinados a las adquisiciones de bibliografía, y el alto costo de las publicaciones internacionales hacen que las bibliotecas busquen distintas estrategias. Poder disponer de un proveedor de libros digitales facilita en gran medida el trabajo de logística respecto a los acuerdos editoriales y la posibilidad de disponer de una sola plataforma para la consulta y navegación por parte de los usuarios.
En el caso particular de la Biblioteca de la Facultad de Ciencias Económicas se acordó con BIDI el uso de su plataforma, que posibilita mediante una app que todos los estudiantes y docentes puedan navegar y leer desde un dispositivo móvil. También cobran importancia las producciones propias que las mismas universidades están realizando, creando material de estudio para sus cátedras.
Los repositorios digitales juegan al mismo tiempo un papel crucial. Se dispone sin ninguna barrera económica y/o legal, el uso y libre circulación de sus contenidos, desde materiales educativos hasta resultados de investigación e incluso sus correspondientes sets de materiales primarios de investigación.
Creo que existen diferentes tipos de lecturas o de intenciones de un lector frente a una obra digital. Aquel que la usa para estudiar por lo general baja e imprime ya que le posibilita poder realizar marcaciones en el texto o lo utiliza como audiolibro. Cuando la lectura es más por placer depende de las experiencias de cada lector. Algunos autores como Francisco Albarello y Amaranth Borsuk, nos habla y nos interpela de alguna manera como lectores en nuevos tipos de dispositivos, en pantallas, en un libro expandido donde quizás la lectura constituye una forma distinta de vivenciar o experimentar ese diálogo entre autor y lector.
Por Lucas Yrusta - Director de la Biblioteca Manuel Belgrano -Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Córdoba