Como a todos, esta pandemia nos sorprendió y nos obligó, de repente y sin aviso, a pasar de tener un servicio de información que era un mix de presencial y online a ser 100% online.
Esta nueva realidad nos encontró bastante bien parados ya que desde hace años las bibliotecas hemos ido desarrollando nuestros recursos, colecciones y servicios en línea.
Y también descubrimos que nuestra valiosa colección impresa, esa que todos los usuarios utilizan a diario, era inalcanzable. Ahora bien ¿estaba el mercado preparado para esta situación? Algunos sí, otros no tanto. Muchos nos acompañaron levantado sus barreras de pago y ofreciendo accesos más amplios a distintas colecciones. A otros aún hoy les cuesta apartarse a esta realidad y traban mucho las posibilidades de acceso.
Estoy convencida de que las colecciones digitales seguirán creciendo, eso hoy ya es un hecho. Pero será necesario que todos los actores actuemos juntos. Las bibliotecas deberemos unirnos para negociar en forma conjunta y obtener mejores y nuevas condiciones de suscripción. Exigir las elecciones de título uno a uno, no más paquetes de publicaciones donde la gran mayoría de títulos jamás son consultados. El mercado deberá adaptarse a la región, con propuestas de contenido y de costos apropiadas. Y será muy importante que puedan ayudar a las universidades con su material académico propio, digitalizando y subiéndolo a las plataformas.
Y ya que hablamos de plataformas, los proveedores deberán unirse y trabajar para lograr formas de acceso y búsqueda que puedan amalgamarse, y dejar de pensar el libro como unidad impresa, no se puede ofrecer el mismo modelo de negocio a las colecciones digitales.
Las bibliotecas también tenemos el desafío de lograr que nuestros servicios, que se jactan de ser una experiencia personal con cada usuario, siga siendo eso mismo, pero ahora online.
Nuestro rol será estar cada vez más presentes en el flujo de enseñanza e investigación, acompañando el dictado de clases online, capacitando a la comunidad en sus habilidades para moverse con los recursos de información.
Debemos tomar esta “nueva realidad” como un desafío y una oportunidad de cambio y desarrollo.
Por Liliana Luchi - Coordinadora de Bibliotecas Austral