Los ministros de Educación y Salud de todo el país tuvieron una primera reunión en conjunto. Durante una hora, discutieron sobre el regreso a las aulas desde la perspectiva sanitaria. A priori, la fecha tentativa de retorno en casi todo el país sigue siendo agosto. Por su nivel de contagios, el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) por ahora está fuera de ese esquema.
Los ministros de Educación, Nicolás Trotta, y de Salud, Ginés Gonzáles García, presidieron la sesión. Los funcionarios confirmaron que está cerca de presentarse un protocolo marco de vuelta a clases a nivel nacional. Ese documento deberá llevar la aprobación primero del comité de expertos que asesora al Gobierno y después del Consejo Federal de Educación (CFE). Una vez validado, cada jurisdicción hará los ajustes pertinentes de acuerdo a su realidad.
“Preguntamos cuándo estaría ese documento y nos dijeron que será en breve”, confió un ministro provincial a Infobae. En el encuentro no se habló de fechas de retorno, aunque el lunes 3 de agosto, una vez dejadas atrás las vacaciones de invierno, se iniciaría una vuelta escalonada.
La presentación de Nación giró en torno a tres etapas: actualidad, presencialidad y sostenimiento. Se remarcó la importancia de coordinar acciones educativas y sanitarias entre los ministerios: de promover vacunaciones antes de la vuelta a clases, más puntualmente intentar que todos los docentes hayan recibido la vacuna antigripal como requisito indispensable y que los chicos cuenten con el calendario de vacunación al día. Del mismo modo, se insistió en la necesidad de reacondicionar los edificios escolares y de llevar a cabo jornadas de capacitación a los docentes para la “nueva normalidad” que deberán afrontar.
Respecto del protocolo, si bien aún no está definido, sí se mencionaron algunas pautas. Habrá distanciamiento social en las aulas, que obligará a reducir los cursos a la mitad. Se promoverá el uso de tapabocas, se tomarán medidas de higiene, limpieza y desinfección más rigurosas. Se delineará también un curso de acción ante la detección de un caso sospechoso de COVID-19, con aislamiento de sus contactos estrechos.
“Una vez que se abran las puertas de escuelas e instituciones educativas, se aplicará un sistema de búsqueda de síntomas para activar los protocolos de detección y aislamiento ante un caso sospechoso”, informaron desde el Ministerio de Educación.
Una de las inquietudes de los ministros es que el temor por la pandemia desaliente la vuelta a las aulas. La idea es que la asistencia sea obligatoria y, por eso, los gobiernos buscarán desplegar instancias de consultas tanto a familias como a estudiantes, para facilitar un intercambio directo con la comunidad educativa y disipar dudas e incertidumbres.
“Debemos llevar tranquilidad a la comunidad educativa y a las familias con protocolos robustos y acabados para el regreso a las aulas, protocolos que se nutren del trabajo conjunto y de las recomendaciones de los expertos en todas las áreas que nos ocupan. Este proceso también demanda consensos entre todos los actores del sistema y para ello es fundamental la coordinación entre la escuela y los centros de salud, la capacitación y la información transparente”, afirmó Trotta.
En la etapa 3, la de sostenimiento y largo plazo, ya se contempla que, al menos hasta fin de año, la educación será dual, combinará algunos días en la escuela con otros en la casa. Durante ese período buscarán consolidar las políticas de salud, con controles para los chicos en edad escolar, y seguimiento de la evolución de la pandemia en cada provincia.
Los funcionarios ya saben que, una vez que se retome la presencialidad, la matrícula se desgranará, serán miles los alumnos que no vuelvan a la escuela. En especial, la problemática se agravará en secundaria. Con esa perspectiva, en los próximos meses pretenden avanzar en la Cédula Escolar para identificar a los alumnos que abandonen e intentar volver a traerlos al sistema.
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