Hace ya dos semanas, los ministros de Educación de todo el país consensuaron suspender las calificaciones mientras estén suspendidas las clases presenciales. En lo que respecta a evaluación, el foco ahora está puesto en qué pasos seguir una vez que se pueda volver a las aulas y, más aún, cómo definir la promoción de los alumnos.
En la misma sesión de Consejo Federal, los ministros aprobaron por unanimidad una resolución que en sus anexos dispone la “promoción acompañada”. Este año, ante la contingencia, se implementará un dispositivo atípico en todo el país.
En el nivel inicial está garantizada la promoción desde antes de la pandemia. En el jardín el pasaje está atado a la edad. El primer cambio tendrá lugar en los primeros cursos de primaria. Tercer grado pasará a integrar la unidad pedagógica que ya componen primero y segundo. Es decir, los chicos de primero y segundo grado no podrán repetir.
La figura de “promoción acompañada” está regulada desde 2012, pero solo se aplica en casos aislados. Este año, si las previsiones de regreso a las aulas se mantienen en agosto, entrará en vigor el dispositivo a partir de tercer grado.
¿Qué quiere decir la promoción acompañada? Implica que los aprendizajes que no se lograron en 2020, podrán reforzarse en los primeros meses de 2021. Por lo cual, la acreditación de saberes para definir el paso de curso se tomaría, en el peor de los casos, recién en abril del año que viene.
La medida se puede prestar a confusiones. En el ministerio de Educación nacional son taxativos al decir que no se trata de una promoción automática. “Eso querría decir que se dan por alcanzados los niveles de logro establecidos para cada instancia curricular en un grado o año y sin evaluación se pasaría al curso subsiguiente”, explicaron a Infobae.
En el Consejo Federal se está trabajando en “una línea muy distinta”, enfatizaron. “La pandemia cambió la ecuación de tiempo previsto en el currículum para que se den ciertos aprendizajes. Esa es la clave sobre la que trabajamos. Tenemos que considerar que lo que no pudo ser enseñado este año se debe poder retomar en los años subsiguientes”, ampliaron en el Palacio Sarmiento.
El dispositivo presenta una dificultad lógica: los cursos que terminan nivel, tanto el último grado de primaria como el último año de secundario. Ambos serán los grupos a priorizar. Una vez que se reanude la actividad presencial en las escuelas, volverán antes. En el caso del último grado de primaria (sexto o séptimo según la provincia), podrán acreditar los saberes hasta marzo de 2021 y así pasar a primer año. En tanto, los chicos que terminan su escolaridad obligatoria seguirían cursando hasta abril para dar un cierre a su trayectoria.
De ese modo, se articulará el ciclo lectivo actual con el que viene. En los próximos meses, las autoridades reorganizarán los contenidos para establecer cuáles son los conocimientos prioritarios y así intensificar el aprendizaje.
La resolución es vinculante a todas las provincias, pero cada distrito lo implementará de acuerdo a sus posibilidades. En Córdoba, por ejemplo, habrá un sistema de tutorías para los alumnos que necesiten mayor acompañamiento una vez que se reanuden las clases presenciales. El diagnóstico se obtendrá a partir de una evaluación.
Wálter Grahovac, su ministro de Educación, planteó: “Vamos a retomar el criterio de calificaciones una vez que podamos volver a las aulas. Va a ser necesario unificar 2020 y 2021 para poder completar la currícula de este año y sumarle contenido al año que viene. Conviene pensarlo como un calendario escolar europeo, que no sigue necesariamente el calendario anual: vamos a acreditar recién en los primeros meses de 2021 y ahí definir la promoción de los alumnos”.
La experiencia de la Ciudad de Buenos Aires
Desde 2016, la Ciudad de Buenos Aires implementa la promoción acompañada en sus primarias públicas. El dispositivo dejó atrás a otro que se llamaba Boletín Abierto, que también daba más tiempo a los alumnos con problemas de aprendizaje. Los resultados, en términos de reducción de la repitencia, fueron evidentes: en 2015, repitieron 3.294 alumnos porteños en primaria, mientras que en 2018 repitieron solo 1.257, según datos oficiales. En total, una baja del 62% en el indicador.
La promoción acompañada se apoya en una de las premisas que las investigaciones marcan: la repitencia, en vez de ayudar a los alumnos, los termina perjudicando a la larga. Los datos de las pruebas Aprender muestran, por ejemplo, que los alumnos repetidores tienen peores desempeños que sus compañeros de curso pese a ser mayores. Conviene, entonces, agotar todas las instancias de apoyo antes de llegar a la repitencia.
“La valoración que hacemos de estos años es muy positiva. Los equipos directivos y docentes se apropiaron rápidamente del dispositivo. Buscamos poder acompañar a los alumnos de una forma más personalizada, que adquieran los conocimientos básicos para que no se queden en el camino. Se forman subgrupos dentro de los cursos, con los que se refuerza e incluso trabajan fuera del horario escolar”, explicó Luis Bullrich, a cargo del ministerio de Educación porteño.
La modalidad estipula distintas fases. En primer lugar, el diagnóstico. Entre agosto y septiembre se definen los grupos en base a los alumnos que muestran dificultades de aprendizaje. Desde octubre comienzan las clases de apoyo, al menos ocho encuestros en matemática y lengua. Ahí se plantea una primera instancia de acreditación. En caso de ser necesario, está previsto un segundo período de acompañamiento entre marzo y abril del año próximo. Recién entonces se define el pasaje o no de los alumnos al curso siguiente, a partir de la evaluación continua y no de un examen puntual.
Según un relevamiento de la Unidad de Evaluación Integral de la Calidad y Equidad Educativa, publicado el año pasado, 9 de cada 10 alumnos que se sumaron a la promoción acompañada en octubre de 2017 pudieron pasar de grado. El 69% lo hizo en diciembre, el 21% lo logró en abril de 2018, el 3% en un plazo excepcional y solo el 6% repitió. En cuanto a la estrategia en torno a los chicos que no lograron promocionar en diciembre hay dispersión: si bien en la mayoría de los casos arrancan el año siguiente en el mismo curso, también es habitual que se les permita continuar con su grupo de pertenencia sin todavía haber acreditado los aprendizajes.
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