Entre enero y febrero, se subieron poco más de 300 videos a YouTube con “enseñanza remota” o “aprendizaje a distancia” en el título. Solo en marzo de 2020, según métricas globales de la plataforma, ese número superó los 23.000. En el medio pasó el coronavirus, pasó el cierre masivo de las escuelas y pasó el intento repentino de los gobiernos por volcarse a la educación a distancia.
Desde hace años, los edutubers -como YouTube prefiere llamarlos- se convirtieron en una tendencia imparable. Cada vez más maestros se vuelcan a la generación de contenido en videos y el nuevo escenario aceleró el fenómeno. Entre ellos, el colombiano Julio Alberto Ríos Gallego, conocido como JulioProfe, se alzó casi como una celebridad. Es el profesor más popular de la región: su canal tiene 4 millones de suscriptores y sus videos suman 550 millones de reproducciones.
JulioProfe (47) enseña matemática y desde 2009 comenzó a dividir su tiempo entre las clases presenciales en colegios y universidades de Cali y las clases virtuales en su canal. Tres años después abandonó las aulas y se abocó a la enseñanza por video. Fue uno de los precursores en la materia y quien le imprimió mayor constancia.
“La pandemia trastocó la educación en el mundo. Los profesores debieron migrar repentinamente desde las clases presenciales a las virtuales, en muchos casos, sin siquiera recibir preparación. Los padres, por su parte, pasaron a convertirse en una suerte de asesores educativos”, dijo en una entrevista con Infobae por videoconferencia.
Ante la consulta, el profesor dio una serie de claves en base a su experiencia para que las clases por video funcionen:
-Ir despacio: “Cuando queremos aprender a nadar o hacer una receta de cocina, al principio puede causar angustia. Pero poco a poco irán dominando las técnicas para hacer las clases más amenas. En la misma internet hay muy buenos tutoriales que muestran cómo virtualizar los cursos. Muchos profesores se están subiendo repentinamente a la ola de la tecnología y es lógico que al principio pueda ser traumático. No hay que desesperarse. Con el correr los días se irán sintiendo más cómodos”.
-Cuidar los detalles: “Sabemos que no todos los maestros cuentan con los recursos suficientes, pero en ciertos detalles no hacen falta grandes inversiones y ayudan a mantener al alumno enfocado. En video es muy importante que haya buena iluminación, lo ideal sería disponer de una pizarra limpia, usar marcadores de colores, cuidar la ortografía y ser muy ordenado al momento de explicar”.
-Incentivar el intercambio con los alumnos: “En la educación a distancia, el estudiante es mucho más propenso a la distracción, a los estímulos del celular, a que tenga varias pestañas del navegador abiertas. Por eso, es fundamental la retroalimentación, evacuar dudas, establecer canales de diálogo. Con esas premisas, los modales y las normas de comportamiento en el ámbito digital se van adquiriendo con el tiempo”.
-Acompañar en vez de evaluar: “Creo que la evaluación puede esperar. Hacerlo es bastante difícil porque no todos van al mismo ritmo, no todos cuentan con los mismos recursos. Lo prioritario es sostener el vínculo con los alumnos y lograr que ninguno se pierde. Tratar de atender los distintos tiempos de aprendizaje en esta contingencia”.
Desde que se suspendieron las clases en la región, JulioProfe y un grupo de edutubers armaron una grilla con distintas materias y horarios en los que dan clase en vivo. Pasaron de los tutoriales que piensan, graban, editan y suben a sus canales a clases sincrónicas en las que pueden interactuar al momento con su audiencia.
-¿La idea es que sea un complemento a la educación a distancia que estén recibiendo los chicos?
-Sí, apuntamos a reforzar el aprendizaje. Es indudable que esto no reemplaza el trabajo de los maestros de aula, que son los que conocen de primera a mano a sus alumnos y las características de sus materias. Pero creemos que es una manera de ayudar, de dar un material de apoyo para aquellos que lo necesiten.
-¿Qué rol cree que deberían asumir los padres en este contexto?
-Es complicado porque a los papás les toca asumir un rol para el que no están preparados. Muchos padres me dicen: “Profe, yo no soy docente. Intento explicarles a mis hijos, pero termino regañándolos, en una discusión que no lleva a ninguna parte”. Además, muchos se encuentran teletrabajando y no dan abasto. Todo fue tan de la noche a la mañana, que tanto los papás como los estudiantes lo están sufriendo.
-¿Cómo se empieza a solucionar ese desborde?
-Creo que estableciendo una mejor comunicación y no agobiando con tareas. Dando lo justo y necesario. Los profesores tenemos que hablar con nuestros alumnos, conocer cómo se sienten, cómo están viviendo este momento. Por lo que me cuentan, muchos están abrumados, intranquilos, con angustia.
-¿Y qué pasa con los chicos que no tienen computadora o internet? Muchos están quedando afuera.
-Es un problema de muy difícil solución hoy. Es un momento traumático para los alumnos que no tienen acceso a la tecnología. La solución habría que plantearla mirando hacia adelante. Necesitamos que en un futuro no muy lejano haya equidad en el acceso, tanto para estudiantes como para profesores.
-¿Cómo imagina la educación pospandemia? ¿Habrá algún cambio significativo?
-Hoy todos estamos haciendo homeschooling. Es posible que sea una modalidad que crezca en el futuro. Pero van a cambiar muchas cosas. En la educación formal probablemente se vaya un modelo mixto, que contenga la planta física de salones, pero también que disponga de las herramientas para enseñar a distancia. No sabemos si en el futuro se va a presentar una situación similar. Las instituciones van a necesitar tener contemplado un plan de estudios virtual, que incluso pueda servir para otras contingencias, como los paros nacionales.
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