Las escuelas argentinas transitan su cuarta semana consecutiva con las puertas cerradas. Desde el 16 de marzo, las clases presenciales están suspendidas en todo el país con la idea de contener el avance del coronavirus. No sólo eso: es posible que la medida se extienda hasta después de las vacaciones de invierno.
Tanto el gobierno nacional como los ministerios provinciales desplegaron herramientas para intentar seguir educando fuera de las aulas: plataformas digitales, contenidos a través de televisión y radio, cuadernillos de las distintas materias. Pero, más allá de las iniciativas, es evidente que se ampliará la brecha entre los hogares más y menos favorecidos. En este contexto, de llegada despareja a los alumnos, ¿se seguirá evaluando en las escuelas públicas?
La pregunta no tiene una respuesta extrapolable a todo el territorio nacional. Más allá de que en el Consejo Federal de ministros está la intención de unificar criterios, las realidades entre las provincias son muy variadas. Hay distritos donde la enseñanza virtual es más posible que en otros por cuestiones de acceso a recursos indispensables: internet y dispositivos, por empezar.
La provincia de Buenos Aires, el mayor sistema del país con 4 millones de alumnos, lleva adelante un programa de continuidad pedagógica que combina una plataforma de contenidos llamada Continuemos estudiando y la entrega de cuadernillos para los estudiantes sin conectividad. Hoy la prioridad, dicen, está en el “acompañamiento”.
“Hoy nuestro foco está puesto en el acompañamiento y el cuidado. Más adelante, nos concentraremos en determinar formas de acreditación y de articulación entre el ciclo lectivo 2020 y el ciclo lectivo 2021. Hoy es importante que podamos llevar tranquilidad a las familias de que vamos a encontrar las mejores formas de acreditar saberes”, indicaron a Infobae desde la Dirección General de Cultura y Educación.
En Buenos Aires y la mayoría de las provincias, la acreditación de saberes recién se dará una vez que se vuelva a las aulas. Sus ministros coinciden en que no se pueden fingir normalidad en un contexto de completa anormalidad. El objetivo central de este proceso, aseguran, radica en sostener los vínculos y no tanto en medir saberes porque entienden que puede llevar a profundizar las desigualdades de origen.
Córdoba es otra de las jurisdicciones que no calificará a los estudiantes durante la interrupción del ciclo lectivo. En su lugar, apostarán a una “evaluación de seguimiento”. “Se les indicó a las escuelas llevar adelante una retroalimentación formativa para que los estudiantes tengan una devolución de sus logros y también, ofrecer otros andamiajes por si debieran mejorar su producciones. Esta evaluación se deja registrada por los docentes, como evidencia en el marco conceptual, más del tipo cualitativa que se complementará cuando se regrese a las escuelas”, explicó Delia Provinciali, viceministra cordobesa.
En las provincias del NEA y NOA es donde hay más dificultades para sostener la enseñanza fuera de las aulas. El contacto entre docentes y alumnos se hace cuesta arriba por el poco acceso a las herramientas tecnológicas. Allí la línea general es también apuntar a evaluar una vez que se retome la presencialidad.
“No se evaluará porque es imposible hacerlo. Nuestro realidad muestra que muchos alumnos no tienen conectividad o no disponen de computadora o celular. Sí se intentará hacer un seguimiento del alumno, de que haya devoluciones a las tareas realizadas, pero no con la finalidad de acreditar”, plantearon desde el ministerio de educación de Salta.
Del otro lado, están quienes creen que “no puede dar lo mismo” y que no sería saludable allanarles el camino a los alumnos pese a la falta de clases presenciales. La ciudad de Buenos Aires integra ese grupo. Los docentes y alumnos porteños tienen a disposición la plataforma “Mi escuela”, que además de ofrecer recursos didácticos y planes para clases a distancia, da la posibilidad de tener un aula virtual. Por fuera de eso, aseguran, sigue habiendo diálogo por canales extraoficiales como WhatsApp o e-mail.
“Nosotros dimos un primer paso ya habilitando las mesas de exámenes pendientes de marzo en forma remota, a través de la plataforma”, señaló Luis Bullrich, a cargo del ministerio de educación porteño. “Estamos convencidos de que la evaluación se da todos los días: a través de intercambios, trabajos, videos, lecturas. La acreditación de los saberes es el siguiente paso a dar. Todavía no están definidos los mecanismos”, agregó.
Otras provincias también avanzan en métodos que permitan acreditar aprendizajes. Misiones, por caso, elevará un documento con criterios de evaluación a los directores escolares y docentes. Mendoza, en tanto, emitirá una resolución en los próximos días para dar a conocer procesos de evaluación a distancia.
En los colegios privados, el abanico es demasiado amplio. En los establecimientos de Capital Federal se simplificó la continuidad pedagógica porque, en general, la conexión a través de plataformas está más aceitada. El Belgrano Day School, por ejemplo, es uno de los colegios porteños que se inclinó por un tutoreo cercano de cada estudiante y a instrumentos de acreditación no tan frecuentes como rúbricas, listas de chequeos y portafolios de trabajos.
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