El lunes empezarán las clases los secundarios de casi todo el país. Como ya se hizo costumbre, de la mano con el inicio del ciclo lectivo, llegará el Último Primer Día (UPD) y los conflictos que ello puede traer aparejado.
En el ritual, los chicos de quinto o sexto años, según cuál sea el último año en cada provincia, pasan la noche juntos y van sin dormir a la escuela. Generalmente el festejo incluye bebidas alcohólicas y se suelen suceder episodios problemáticos. La semana pasada, por caso, un colegio privado mendocino multó con 25 mil pesos a los padres de 31 chicos que tomaron alcohol dentro de la escuela.
Tanto se han masificado los UPD a lo largo de los últimos años que las autoridades tomaron cartas en el asunto. En la provincia de Buenos Aires, por ejemplo, la Dirección General de Escuelas repartió un instructivo con recomendaciones para los directores y docentes.
“Las y los adultas/os somos responsables cuidadoras/es de las y los jóvenes. Desde esa perspectiva, es necesario: agudizar los sentidos, captar posibles circunstancias inesperadas y realizar acciones anticipatorias”, dice la guía.
A las escuelas estatales bonaerenses se les recomendó generar un red comunicación con los padres para que acompañen a sus hijos al establecimiento y garanticen su cuidado. También remarcan la importancia de “reflexionar sobre el uso responsable de las redes sociales”, que suele ser uno de los medios por los que se organizan los festejos.
A su vez, a partir de experiencias que ya se registraron en algunas escuelas, proponen variantes del UPD más allá del ritual nocturno: un desayuno o merienda con los docentes y familias, actividades recreativas o artísticas, la identificación del curso con un espacio específico de la escuela como un pasillo, banderas, insignias y otros signos de identificación del grupo.
Claro que hoy el acercamiento a los chicos es más difícil. Lo ideal es que concientización comience el año anterior en las aulas, con los alumnos de cuarto. Esa fue la apuesta de la ciudad de Buenos Aires.
“El Ministerio de Educación ya tiene conciencia del UPD y lo venimos trabajando desde el año pasado. Durante todo 2019 hubo talleres de concientización sobre el consumo problemático de sustancias, especialmente enfocado en los chicos de cuarto año. La que arranca ahora es la primera cohorte que recibieron esa capacitación. Creemos que se pueden llegar a reducir los problemas más allá de que la escuela tiene una influencia limitada y son procesos que llevan tiempo”, señaló a Infobae Lucía Feced, subsecretaria de coordinación pedagógica.
La funcionaria remarcó que, en caso de encontrarse con un alumno alcoholizado, se deben seguir los protocolos de actuación. “En ningún momento se debe dejar al chico solo. Se llama a los padres y se está con él hasta que lo retiren del establecimiento”, explicó.
En algunos colegios privados la preocupación también está presente. A través de correo electrónico, se comunicaron con los padres con el objetivo de prevenir inconvenientes. Les piden que se acerquen a las veredas y que le den asistencia a los chicos en caso de que la necesiten. En última instancia, les insisten en que evalúen si conviene que el adolescente se quede en la escuela o que, por el contrario, duerma en su casa lo que no durmió durante la noche.
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