Hoy la comunidad educativa del Instituto de Enseñanza Superior en Lenguas Vivas Juan Ramón Fernández decidió volver a clases después de tres días sin actividad académica. De igual modo, docentes, estudiantes y autoridades sostienen que hay presencia de asbesto y aguardan por una respuesta “más contundente” del gobierno porteño.
El ciclo lectivo se retomó en los tres niveles del establecimiento de Retiro: primario, secundario y terciario. Es uno de los más grandes de la ciudad de Buenos Aires: cada día 700 personas concurren. Algunas zonas, como la biblioteca de francés, un balcón y el archivo histórico quedaron restringidos porque allí es donde habría presencia de asbesto, un material cancerígeno.
El viernes pasado, el ministerio de Educación porteño hizo un control de asbesto, que dio dentro de los parámetros “normales”. El lunes, la ministra de Educación e Innovación de la ciudad de Buenos Aires Soledad Acuña escribió una carta a la comunidad educativa en la que buscó llevar “tranquilidad” a las familias.
“Los valores obtenidos cumplen con los límites legales vigentes. Este control lo repetiremos cada 15 días y les haremos llegar el informe. Les reitero que no hay ningún motivo para suspender las clases ni la rutina habitual de la institución educativa. Las suspensiones de clases que se realicen son decisiones exclusivas del personal docente y de corte puramente sindical”, comentó Acuña.
En el colegio, sin embargo, consideran que la revisión no fue exhaustiva. “No hicieron las mediciones específicas que nosotros pedíamos, no se clausuraron los lugares donde se presupone que puede haber asbesto y no se hicieron las mediciones tampoco en todo el edificio. Decidimos volver a clases, y sostener la lucha con clases”, dijo a Infobae Camila María Teszkiewicz Novick, vocera del Lenguas Vivas.
Teszkiewicz Novick indicó que “ningún representante del gobierno porteño se presentó a la audiencia de ayer” y precisó los pasos que cree que se deberían seguir: “En principio, deberían cerrar y extraer muestras de los lugares donde se presupone que hay asbesto. Por otro lado, en ningún momento mostraron todavía el informe sobre el retiro de la caldera. Por último, se va a volver a llamar a una audiencia”.
La historia se remonta a junio. Por entonces, el colegio debió ser evacuado de urgencia y cerrado durante dos días por una presunta pérdida de monóxido de carbono. Según dicen, después se enteraron de la presencia del material en las cañerías y en una caldera. que fue removida antes de lo previsto. El asbesto es el mismo material cancerígeno por el que la ciudad le exigió al Metro de Madrid 15 millones de euros, tras haberle vendido vagones de subte en los que había rastros.
Sebastián Tomaghelli, subsecretario de infraestructura del ministerio de Educación, dijo a Infobae que “no hay motivos para excluir ninguna zona de la escuela”. “La escuela es habitable. Las tomas de aire que hicimos muestran que no hay ningún riesgo. De esto se empezó a hablar hace dos semanas por las elecciones”.
En el gobierno porteño creen que el reclamo en la escuela surgió con fines electorales y lo conectan a la polémica en torno al subte. “En la desinformación, muchos padres tienen el deseo genuino de saber si sus chicos están al resguardo. Hoy les reiteramos lo que hicimos: en enero de 2019 retiramos calderas con asbesto de 12 escuelas siguiendo las normativas. En julio tuvimos que retirar la del Lenguas para que funcione la calefacción durante el invierno. Y ahí también se hizo todo según las indicaciones”, planteó Tomaghelli.
Hoy los funcionarios tuvieron la reunión mensual de infraestructura con la comunidad del colegio. Obviamente los padres manifestaron su preocupación por la presencia de asbesto. El gobierno se comprometió a hacer un control de aire cada 15 días y a remover en enero las cañerías que estén a más de 5 metros de altura.
Seguí leyendo: