Por la menor demanda de China, las exportaciones de carne argentina caerían 25% en octubre y se derrumbarían los precios internacionales

Hasta la fecha la exportación se mantuvo en 80.000 toneladas mensuales, pero según proyecciones no pasarían de 60.000 en octubre. Además, la prohibición para exportar cortes parrilleros agrava las pérdidas de los frigoríficos

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(Franco Fafasuli)
(Franco Fafasuli)

Se derrumbó el mercado chino”, dijo esta semana el Presidente del Consorcio de Exportadores de Carnes Argentinas (ABC), Mario Ravettino, durante una charla con periodistas en la que presentó la posición de la entidad sobre el cambio que tendrá la comercialización de carne a partir del próximo 1º de noviembre: ya no se venderá la media res; desde la industria frigorífica llegará a la instancia comercial en trozos que no podrán superar los 32 kilos.

La preocupación que planteó Ravettino se extiende a todos los sectores de la industria frigorífica exportadora. Se trata de una situación que podría poner en juego buena parte de sus despachos de carne vacuna en los próximos meses y llena de incertidumbre a la actividad: China el principal comprador de proteína animal bovina, incluidas las exportaciones de la Argentina, redujo considerablemente su demanda mundial, provocando una marcada caída en los precios.

China es, por lejos, el mayor comprador de carne vacuna argentina. Según el último informe sobre exportación del Consorcio de Exportadores de Carnes Argentinas (ABC) la potencia oriental representó el 73% de los volúmenes exportados en agosto de 2022 y el 77% del acumulado anual hasta agosto.

Cualquier merma en las compras chinas es un verdadero problema para los proveedores argentinos y para el país, resaltó Miguel Jairala, analista del mercados cárnico especializado en comercio exterior. En septiembre, advirtió Jairala a Infobae, se produjo una fuerte caída de la demanda china que ahora “está muy cautelosa y restringida, con precios a la baja y volúmenes mucho menores”.

Los precios

Esta situación se produjo debido a una combinación entre “cierta incertidumbre sobre la economía (de China) que podría llegar a estancarse, lo cual para ellos es un problema muy grande, con la pérdida de valor del yuan, lo cual hace más complicado pagar los precios en dólares y luego venderla en el mercado local”, explicó Jairala, que a modo de ejemplo señaló que el corte garrón-brazuelo, que llegó a valer USD 8.000 por toneladas meses atrás, hoy cayó a USD 6.000, mientras que los cortes de “la rueda”, como lo son la bola de lomo o la cuadrada pasó de USD 6.500 a USD 5.000 y lo que más se exporta, que son los cuartos compensados de vaca, pasaron de USD 5.800 a USD 4.000 o USD 4.300, dependiendo la calidad del animal.

Mario Ravettino. (Archivo)
Mario Ravettino. (Archivo)

Respecto al impacto en volumen, Jairala marcó que recién se verá con fuerza en los embarques de octubre, por una dinámica del comercio de las carnes. No obstante, la caída podría ser más que importante, pudiendo llegar a representar el 25% de los envíos. “Se vienen exportando unas 80.000 toneladas promedio, pero ya en octubre va a costar superar las 60.000 toneladas, porque hay que sumarle a lo de China que la Unión Europea está bastante complicada y también se retiraron los equipos kosher, por lo cual uno de los principales mercados por fuera de China desaparece en octubre”.

Incertidumbre, precios y “pérdidas”

Por supuesto, esto abre un escenario preocupante para el sector exportador, ya que no solo existe una falta de previsibilidad para los próximos meses, sino que también comenzaron las dudas de que los contratos firmados con anterioridad se cumplan. Por eso, Jairala sostuvo que “la industria tiene incertidumbre, porque lo que se embarcó en agosto está llegando recién a China y se espera que no sea renegociado cuando llegue al puerto de destino, sino que se cumpla el contrato por el cual se hizo el anticipo y se pague completamente el precio acordado”.

Ante este panorama, en el sector ven “un último trimestre muy complicado en los principales mercados, en especial en el del gigante asiático. En algún momento los precios van a tocar un piso y se evaluará si es rentable comprar (hacienda) a ese precio, el mercado se moverá a esos valores y se trasladara a toda la cadena indefectiblemente”

En este sentido, el especialista marcó como un problema “el alto costo de la materia prima”. Según su lectura, hoy “los precios internacionales no son compatibles con lo que se venía pagando por la vaca sobre todo y tiene que iniciarse un lento proceso de ajuste a la vaca, por lo que la demanda (por parte de la industria) cuantitativamente también va a caer, porque si caen las exportaciones cae la demanda de animales para ese destino”.

Pero existe aún otro agravante de esta situación, que según Jairala, impacta de lleno en la rentabilidad del sector frigorífico y tiene que ver con las restricciones que aún pesan sobre la exportación, como la prohibición hasta el 31 de diciembre del próximo año de comercializar al exterior los siete cortes populares, como lo son el asado asado, tapa, falda, matambre y vacío, más la nalga y la paleta.

El asado es uno de los cortes populares cuya exportación está restringida, por decisión del Gobierno, hasta el 31 de diciembre del año próximo
El asado es uno de los cortes populares cuya exportación está restringida, por decisión del Gobierno, hasta el 31 de diciembre del año próximo

Jairala explicó que “estos cortes sumas entre 30 y 36 kilos de carne por animal dependiendo de su tamaño. Es una porción significativa que alcanza a representar el 20% o 25% del animal. Esos cortes que no se pueden exportar se deben malvender en el mercado interno. Son cortes de animales grandes de exportación, por lo cual el mercado interno no les da un premio de precio a pesar del costo del animal para el frigorífico exportador. Además, ese asado va degradado en precio en programas como cortes cuidados”, programa que impulsa el Gobierno nacional para ofrecer en el mercado interno un determinado volumen de carne por debajo de los del mercado, que lo debe proveer la exportación.

Así, el analista sostuvo que esta situación va generando “una diferencia entre una integración exportadora y una integración entre los Cortes Cuidados de USD 70 por animal. Eso es pérdida y es una pérdida de capacidad de compra de la industria, que se traduce en una imposibilidad para pagar altos precios al productor. Como ejemplo de esto, hay que recordar que en Uruguay, cuando los precios estaban en niveles récord en abril, se pagaba el kilo de novillo USD 5,20 y aquí no se llegó a pagar más de USD 4,7 por la ineficiencia que genera esta intervención”.

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