La protesta del campo del miércoles pasado en diferentes puntos del país fue uno de los temas de una semana atravesada por las cuestiones políticas y económicas en contexto social cada vez más complejo. El sector agropecuario expresó nuevamente que quiere ser parte de la solución a los problemas del país, pero pide un cambio urgente de rumbo y que todos los actores políticos presenten los lineamientos de sus planes de Gobierno de cara a las elecciones del año próximo.
“Por la Argentina”, fue el lema que eligió la Mesa de Enlace para la denominada “Jornada Federal de Demanda”, que fue acompañada por un cese de comercialización de granos y hacienda. El mismo tuvo su mayor impacto en la plaza comercial del Mercado Agroganadero de Cañuelas. El mensaje a la clase política, oficialismo y oposición, fue que el sector pretender formar parte de la solución de los problemas de la Argentina.
“Estamos convencidos de que este sector es parte de la solución y de la salida a esta crisis, pero materializar esta premisa requiere de decisiones que tiene que tomar el Gobierno y que están vinculadas a la necesidad de previsibilidad y confianza” (Elbio Laucirica, vicepresidente de Coninagro)
En medio de una política agropecuaria que impulsa el gobierno de Alberto Fernández que no genera previsibilidad y confianza, reiteraron productores y dirigentes rurales, el aporte del campo es determinante: la Fundación Producir Conservando señaló en los últimos días que habrá récord de exportaciones del complejo granario, de USD 40/41.000 millones, como consecuencia del aumento de los precios internacionales de los commodities, por el ataque de Rusia a Ucrania, pero en condiciones climáticas adversas en la Argentina y Brasil.
“Estamos convencidos de que este sector es parte de la solución y de la salida a esta crisis, pero materializar esta premisa requiere de decisiones que tiene que tomar el Gobierno y que están vinculadas a la necesidad de previsibilidad y confianza para llevar adelante lo que sabemos hacer, tener una mayor producción, y generar junto a la cadena de valor, más divisas y más trabajo y empleos genuinos que dignifiquen al trabajador”, comentó Elbio Laucirica vicepresidente de Coninagro, tras la protesta del último miércoles. El campo advirtió durante la movilización que los principales problemas que la política deberá resolver son la elevada presión impositiva, el desdoblamiento cambiario, y la intervención del Gobierno en los mercados, restringiendo las exportaciones de carne vacuna, trigo y maíz.
Es por eso que el dirigente de Coninagro señaló que se está promoviendo que “el Gobierno cese las luchas internas para dedicarse a dar las respuestas por el bienestar de todos. A los que son alternativa u oposición de poder, que presenten el plan de gobierno y las acciones concretas que llevarían adelante para resolver estos problemas y se hagan cargo del lugar que ocupan en este momento. Pedimos acuerdos y políticas de Estado, que lleven reglas claras y perdurables, tranquilidad, tanto a la sociedad en su conjunto como a los mercados y a los productores, como al trabajador, al comerciante, y cada componente de la sociedad”.
Aporte y oportunidades
En medio de la grave crisis de la Argentina, el país necesita entre otras cosas, que se profundice el ingreso de dólares mediante las exportaciones. Y en ese sentido, el complejo Agroindustrial es el mayor aportante desde hace ya muchos años representando entre el 60 y 70% dependiendo del año y los precios internacionales de los commodities. “Pero no se ve a las autoridades preocupadas por ello. Las preocupaciones pasan por los intereses y/o objetivos personales. Estamos frente a un mundo lleno de oportunidades y nosotros repetimos la historia dejándolas pasar. ¿Más de lo mismo?”, reflejó esta semana un documento de la Fundación Producir Conservando.
También se advirtió que en el presente año el campo y la agroindustria deberá enfrentar una vez más un complicado panorama climático, por los efectos de la ausencia de precipitaciones, que ya está afectando la siembra de trigo, en las regiones del sudeste de Córdoba, norte de Buenos Aires y sur de Santa Fe. Esta semana la Bolsa de Comercio de Rosario proyectó en 5,9 millones de hectáreas el área sembrada con el cereal. Se trata de 1.000.000 de hectáreas menos que en la campaña pasada. Y con un horizonte productivo de 17,7 millones de toneladas, son 5,5 millones de caída en la comparación con lo cosechado en el último ciclo.
Una campaña de cultivos de invierno que además enfrenta aumento de costos de producción, problemas para el abastecimiento de fertilizantes (insumo clave para la producción, la rotación de cultivos y el cuidado del suelo), el faltante de gasoil que todavía sigue impactando en el sector, y con sobreprecios en las principales zonas productivas, y el temor de los productores a mayores intervenciones del Gobierno en el mercado y a un aumento de las retenciones a las exportaciones.
“También se suma la falta de estabilidad macroeconómica, la falta de reglas claras que alienten la inversión, limitantes en los transportes ya sea por falta de combustibles como por paros o cortes de ruta sindicales. Todos estos factores de decisión que van a condicionar/limitar las intensiones de siembra y de inversiones de la próxima campaña”, agregó la Fundación Producir Conservando.
La relación del campo y el Gobierno
Tras la protesta del pasado miércoles, en el campo aguardan con expectativa cuál será la reacción del Gobierno. Hay posibilidades de que exista una convocatoria al diálogo en los próximos días por parte del ministro de Agricultura, Julián Domínguez, pero también los dirigentes avanzarán con sus encuentros de trabajo con diputados y senadores nacionales, y también con gobernadores. “Coninagro es respetuoso de los procesos electorales y ante el mensaje de las urnas de las últimas elecciones, buscamos llevar al Congreso las leyes que necesitamos, con propuestas concretas y proyectos de ley para que en éste ámbito sean estudiadas y promovidas”, dijo Elbio Laucirica.
Y agregó: “Estamos seguros de que el trabajo es lo que nos moviliza. Como entidad tenemos energías y esperanza para dialogar y fortalecer vínculos, pero observamos una política de Gobierno que no se aboca a los problemas de la gente, y en donde los reclamos trascienden a los del sector, ya que se demanda por justicia, corrupción, mejorar la educación, la salud, la seguridad ante delitos. Medidas que requieren urgente atención”.
Por su parte, el analista político Lucas Romero, dijo en diálogo con este medio que “el campo se encuentra con un Gobierno absolutamente debilitado y con muchas necesidades fiscales, y eso puede ser un factor de riesgo porque esas necesidades pueden llevarlo a sostener el apetito impositivo. Pero también es cierto que las circunstancias son difíciles para el Gobierno y por delante habrá una elección presidencial que va a definir un nuevo rumbo. Yo creo que el campo o la dirigencia agropecuaria debería interpretar que es el momento en el que hay que hacer el esfuerzo para poner sobre la mesa los lineamientos necesarios sobre la futura política agropecuaria”.
Para Romero, la futura política agropecuaria debería permitirle a la Argentina “recuperar el terreno perdido en comparación al desarrollo que ha tenido en el sector los países de la región, como Brasil y su incremento en la ganadería. Ahora llega el momento de discutir el programa, en términos integrales, con los que van a protagonizar la pelea electoral. Hay que hablar sobre los temas impositivos, regulatorios, de desarrollo, de infraestructura productiva, instrumentos para la promoción de la inversión y del desarrollo tecnológico, y de generar la infraestructura legal que el sector viene reclamando desde hace tiempo, para mejorar las condiciones de crecimiento del sector más dinámico de la economía nacional”.
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