Las decisiones del Gobierno nacional continúan impactando en el sector agropecuario. Si bien hoy el centro de la escena la ocupa el conflicto por la suba de retenciones a los derivados de soja, hace solo algunos meses, el principal problema del campo radicaba en la ganadería y en la cadena cárnica en general tras la intervención del mercado por parte de la Administración de Alberto Fernández y el cierre y posterior cuotificación de las exportaciones. Y las consecuencias de esas políticas todavía se siguen palpando.
A pesar de que hoy las restricciones son menores a las de hace un año atrás, lo cierto es que el mercado sigue intervenido y los embarques de carne vacuna argentina todavía están limitados. En la actualidad y hasta 2023, siete cortes denominados parrilleros no se pueden exportar, mientras que los despachos al exterior deben ser habilitados por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, poniéndole un tope a los envíos. Es por eso que desde el sector todavía hablan de un “cepo”.
Según un informe del Consorcio de Exportadores de Carnes Argentinas (ABC), desde que se vienen aplicando medidas restrictivas sobre los embarques argentinos, el tonelaje promedio enviado se redujo un 16% y 24% comparando con la media de los primeros meses del año pasado y la segunda mitad de 2020, respectivamente, pero tuvo una mejora de más del 30% en el valor medio respecto de iguales lapsos.
Los envíos al exterior del primer bimestre del año en comparación al mismo período de 2021 arrojaron despachos al exterior por 121.000 toneladas peso res, o sea, un 9% menos
Es por esto, que desde la cámara empresaria sostienen que “de haberse podido trasladar esta recuperación sobre los embarques de carnes bovinas, la facturación total del sector se habría expandido entre 300 y 700 millones de dólares, sin tomar en consideración el factor expansivo que se advierte en la evolución de nuestros competidores, que lamentablemente está siendo desaprovechado”.
Esta situación quedó evidenciada en los resultados de las exportaciones de febrero y, por ende, del primer bimestre de este año. El informe de ABC marcó que durante el segundo mes del año, las exportaciones de carnes bovinas sumaron 47.000 toneladas peso producto, equivalentes a 66.600 toneladas peso res, 22% por encima de los registrado en enero y similares en volumen a las registradas un año atrás.
No obstante, los resultados del primer bimestre del año en comparación al mismo período de 2021 arrojaron despachos al exterior por 121.000 toneladas peso res, o sea, un 9% menos. Aunque reportaron 481 millones de dólares, una cifra 24% superior al total facturado en los dos primeros meses del año pasado. Cabe mencionar que en estos dos meses, el precio promedio de la carne enviada a China se ubicó en el USD 5.622 la tonelada, lo que significó un aumento de USD 1.800 dólares por tonelada, comparado con 2021.
Si esto se traslada a los últimos doce meses, el resultados indican que las exportaciones sumaron 792.000 toneladas peso res, lo que significó una baja de 130.000 toneladas si se compara con el período 2020/21, en que orillaron 922.000 toneladas. No obstante, “la excepcional situación que ha atravesado el comercio global de carnes, la participación de
las carnes enfriadas, de los contingentes arancelarios y de Israel, han contribuido a mejorar los valores medios, y aminoraron el impacto en la facturación de la reducción de los tonelajes embarcados con 2.876 millones de dólares, lo que significó un alza del 6%”, destacó la entidad.
“Dormidos”
Es por esto que en el sector está más que presente la sensación de que se está perdiendo una oportunidad “extraordinaria” que conjugan una fuerte alza en los precios internacionales con una demanda sostenida. En este sentido, el especialista en ganadería, Victor Tonelli, explicó que “en el mundo la demanda sigue creciendo por encima de las capacidades de abastecimiento, mientras que los precios internacional muestra un incremento de casi el 45%, por lo cual esto muestra que, más allá de la guerra, hay un crecimiento de la demanda, con precios también crecientes. Es por eso que el panorama es extraordinario, pero una vez más nos quedamos dormidos en la estación cuando pasa el tren”.
Para Tonelli, Argentina está “desaprovechando la oportunidad” ya que no exporta todo lo que podría debido a las políticas oficiales al respecto. Así, el especialista sostiene que hoy existen más restricciones a los envíos de carne, sin tener en cuenta los siete cortes vedados para la exportación, ya que indicó la existencia de “supuestos acuerdos” entre la cartera agropecuaria y los exportadores para despachar “alrededor de 40.000 tonelada peso producto de cortes deshuesados y eso se va cumpliendo. No se pasa de ese total”.
“La escasez va a seguir siendo la definición del problema que va a mantener los precios de la carne a la suba o por lo menos en alta tensión” (Tonelli)
De esta manera, afirmó que “si continúa (el Gobierno) con esta política, seguramente se repetirán las exportaciones del año pasado, porque a eso se apuesta, pero potencialmente podríamos estar exportando muchísimo más y aprovechando, como lo hacen nuestros competidores, para capturar estos precios extraordinarios y traer el insumo más importante para la Argentina, que son los dólares”.
Por último, Tonelli desdeñó la estrategia oficial de restricciones a las exportaciones de aplicada por el Gobierno para controlar los precios de las carnes, que, según él, los aumentos exhibidos responden a la cuestión inflacionaria en general, al aumento de los costos de los alimentos para los animales y a la escasez de oferta. “La escasez va a seguir siendo la definición del problema que va a mantener los precios a la suba o por lo menos en alta tensión entre la demanda y la capacidad de la producción de abastecerse. Si se cierran exportaciones, que nadie ha tenido que ver en la formación de estos precios, y no se aborda el tema principal que es la inflación y los altos costos de alimentación, los problemas van a seguir”, concluyó.
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