Las recientes declaraciones de Javier Milei sobre China, abarcando aspectos comerciales y de inversión, sugieren un cambio en la actitud oficial hacia el gigante asiático. “Voy a viajar a China para la reunión de la Celac en enero (de 2025)” anunció el Presidente en diálogo con Susana Giménez. “Tuvimos una reunión con el Embajador y al otro día nos destrabaron el swap”, agregó. Tras lo cual definió a China como “un socio comercial muy interesante, porque ellos no exigen nada; lo único que piden es que no los molesten”.
El giro ya había sido advertido por Infobae a propósito del anunciado viaje a China de la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, a una feria internacional en Shanghai, virtual capital económica y ciudad más populosa de China, a la cabeza de la Fundación Argentina para la Promoción de Inversiones, agencia que arrebató a la Cancillería. Este medio también destacó la inquietud oficial por la fuerte caída de la inversión, sin la cual no sería posible la recuperación de la economía, y el rol que podría jugar Beijing para traccionarla.
La participación de Karina Milei en Shanghai, las palabras del Presidente y su eventual viaje a Beijing son un voltafaccia respecto de lo que dijo el entonces candidato presidencial el 16 de octubre de 2023, cuando le preguntaron sobre el régimen chino. “Nosotros no hacemos pactos con comunistas. Yo no promovería la relación con comunistas. Ni con Cuba, ni con Venezuela, ni con Corea del Norte, ni con Nicaragua, ni con China”, había respondido, seis días antes de la elección que lo consagró presidente.
¿Y entonces?
“Tengo la impresión de que fue un gesto a EEUU y al FMI. Lo hace el domingo 29 , poco antes de que termine el acuerdo con el Fondo, que técnicamente concluyó el 30 de septiembre, y dice ‘China no me pide nada’, justo cuando se empieza a negociar un nuevo acuerdo y para desembolsar fondos frescos el FMI pide una devaluación”, dijo Dante Sica, ex ministro de Producción y Trabajo y fundador de la consultora Abeceb, sobre los recientes dichos presidenciales.
Fue un gesto a EEUU y al FMI. Milei dice ‘China no me pide nada’, justo cuando se empieza a negociar un nuevo acuerdo y para desembolsar fondos frescos el FMI pide una devaluación (Sica)
Parecida observación hizo Patricio Giusto, director del Observatorio Sino-Argentino, cuando Infobae le preguntó si hay un cambio bilateral de fondo.
“Es temprano para decirlo. Fueron declaraciones sorpresivas, diría que demasiado elogiosas hacia China. Cuando Milei dice ‘ellos no piden nada’ se refiere a otro país que sí pidió algo y del que no obtuvo lo que esperaba; creo que la cuestión es ésa; la frustración por las señales fuertes que Milei envió a EEUU y lo poco que cosechó, aunque es más responsabilidad de él, por no comprender cómo funcionan la diplomacia de EEUU y las relaciones internacionales. Tampoco conocía la predisposición de Beijing, ahora se está dando cuenta”, dijo Giusto desde China, donde cada octubre da clases de política exterior a estudiantes extranjeros de Maestría, como profesor visitante en la Universidad de Zhejiang.
En verdad, había habido señales previas de un cambio de actitud. El 4 de septiembre, al presentarse en Diputados para su informe semestral de gestión, el jefe de Gabinete, Guilllermo Francos, dejó un documento con las respuestas oficiales a 2.135 preguntas, varias de ellas referidas a China.
Allí, el Gobierno afirmó rotundamente que la posición argentina sigue siendo la de “una sola China”, anticipó que en el Presupuesto 2025 incluiría $635.988 millones para la reanudación de la construcción de las “Represas Patagónicas”, la más grande obra pública en marcha financiada por China, que las fuentes de financiamiento chinas harán a su vez hará un próximo desembolso de USD 750 millones (a doce años de la adjudicación, el avance total de obra es de solo 27%) y explicó que la negativa argentina a sumarse a los Brics, agrupación de tinte geopolítico encabezada por Beijing, no era contraria a la “intensificación de los lazos bilaterales”.
Cuando Milei dice ‘ellos no piden nada’ se refiere a otro país del que no obtuvo lo que esperaba; creo que la cuestión la frustración por las señales fuertes que Milei envió a EEUU y lo poco que cosechó (Patricio Giusto)
El documento dice al respecto: “Las exportaciones argentinas a los países Brics han crecido y las negociaciones por apertura de mercados se han mantenido, igual que las reuniones bilaterales. El comercio bilateral de las empresas argentinas con países y empresas del Brics no ha sufrido ni sufrirá cambios por la no integración de Argentina al bloque, que no cuenta con acuerdos comerciales entre sus miembros. Por ejemplo, Brasil no ha negociado ningún acuerdo de comercio con los otros países del Brics”.
Sobre otro tema controvertido, el texto afirma que la visita en abril de una delegación del Gobierno Nacional a la estaciones de Espacio Profundo de China en Neuquén y de la Agencia Espacial Europea en Mendoza “fueron el puntapié inicial para aumentar la presencia argentina en ellas, con vistas a aprovechar la posibilidad de uso del 10% del tiempo disponible de las antenas y favorecer el intercambio tecnológico, en el marco del compromiso mutuo en los usos pacíficos de la tecnología espacial”.
El 20 de septiembre, en la celebración en la Embajada de China en Buenos Aires del 75 aniversario de la República Popular China (que superó así en años de longevidad a la ex Unión Soviética) hubo una nutrida concurrencia oficial: la obvia de la canciller Diana Mondino y el vicecanciller Leopoldo Sahores, y varios altos funcionarios: el ministro de Defensa, Luis Petri, su secretario de Asuntos Internacionales, Juan Battaleme, el secretario de Asuntos Estratégicos de la Presidencia, José Luis Vila, el representante argentino ante el G-20, Federico Pinedo, y el titular de la SIDE, Sergio Neiffert, alfil del asesor presidencial Santiago Caputo, que junto a los hermanos Milei integra lo que el presidente dio en llamar “Triángulo de hierro” del mileísmo y del gobierno.
Cuatro días después, el 24 de septiembre, durante la Asamblea General de la ONU, Mondino se reunió con el canciller chino, Wang Yi, acompañada por el ministro de Economía, Luis Caputo y por Karina Milei. En el encuentro, reportó Xinhua, la agencia de noticias china, Mondino dijo que la Argentina “valora el mercado chino y que las empresas chinas son bienvenidas a invertir y hacer negocios en su país”, además de expresar “esperanza en que los dos países puedan ampliar la cooperación económica y comercial bilateral”.
Ganadores y perdedores
Esa ampliación tendría ganadores y perdedores. Entre los primeros se cuentan los sectores de agro-negocios, alimentos, minería y energía. Y entre los segundos la industria en general, por la competencia que significa China, país que -como dijo Sica- adhirió a la OMC pero no respeta sus reglas y subsidia fuertemente a sus empresas.
Ya antes de las recientes declaraciones de Milei el Gobierno había cerrado una investigación por dumping (competencia desleal, por venta debajo del costo) contra la importación de ascensores chinos y en la semana que pasó hizo lo mismo con denuncias sobre el ingreso de hornos a microondas y lavavajillas. de ese origen.
A su vez, la semana anterior Beijing había comunicado a la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca que la Aduana china habilitó 4 nuevas plantas frigoríficas argentinas para exportar a ese país: Quickfood, Mapar, Refineria del Centro e Importadora y Exportadora de la Patagonia. Además, durante septiembre se produjo el desembarco de Nubia, fabricante chino de smartphones y productos electrónicos, que comenzará a fabricar celulares en Tierra del Fuego, asociada a la local KMG, y la plataforma china Tik Tok, cuestionada en EEUU, lanzó en Argentina “Tik Tok for Business”, una línea de soluciones de marketing para empresas.
El siguiente gráfico, de un estudio de Sica sobre la relación bilateral, muestra a las claras quiénes ya ganan y pierden y podrían ganar y perder aún más si se intensifica el intercambio con China.
“Argentina no puede soslayar la influencia de Asia y de China para la región. Es nuestro mercado, al que le vendemos minerales y alimentos y de dónde vendrán inversiones. Las empresas chinas invierten en agro y son grandes compradoras de alimentos y de energía. China necesita GNL (Gas Natural Licuado), que la Argentina podrá exportar en unos años. Y puede ser un socio importante en economía del conocimiento, el nuevo plan quinquenal tiene mucho de eso. La economía asiática es complementaria de la argentina. Y si bien no hay una gran afinidad cultural o política, es también una fuente de financiamiento”, dijo Sica.
¿Y la relación con los países de Occidente? le preguntó Infobae.
“Con EEUU, la Unión Europea, también con Japón, coincidimos en valores. Son democracias liberales. Nuestra Constitución prácticamente nos manda a asociarnos con ellas, y tenemos intereses comunes en materia de defensa y seguridad. Pero la economía de EEUU, en otra escala, es competitiva con la Argentina. No tenemos un gran comercio, aunque sí valores comunes. Hoy la Argentina es estratégica en varios sentidos. Para Asia, porque tiene cosas que demanda: minerales estratégicos, alimentos y energía. Y para EEUU, porque el Atlántico Sur tiene proyección Antártica y el estrecho de Magallanes es muy importante en un mundo en el que hay pasos en riesgo. Argentina tiene mucho a favor para buscar un equilibrio entre las grandes potencias, teniendo en cuenta que China es un poco como el caso de Dr Jekyll y Mr Hyde”, respondió Sica.
“El gran desafío -agregó- es el entramado industrial, porque la Argentina, a diferencia de Colombia, Perú o Chile, tiene, como México y Brasil, una plataforma industrial. Los sectores industriales son los más desafiados”.
China es un poco como el caso de Dr Jekyll y Mr Hyde (Sica)
Según Sica, “el problema con China es que no respeta las reglas de juego. Con ellos, no tenés solo problemas de competitividad. En casi todos los países, golpean a los grandes productores de acero haciendo dumping con subsidio del Estado. Por eso muchos están subiendo los aranceles. Hay tres bienes en especial con los que están inundando el mundo: paneles solares, vehículos eléctricos y semiconductores. La Unión Europea le puso aranceles a los paneles solares y a los vehículos eléctricos y lo mismo hicieron Canadá, EEUU, Chile. Jugar dentro de las reglas de la OMC, que China no respeta, no alcanza. Hay que pensar fuera de la caja”.
Patricio Giusto coincidió sobre qué sectores serían los más afectados por un mayor intercambio con China.
“Son más los que se beneficiarían con un intercambio superavitario: exportación minera, agro y energía, sobre todo. Con más importaciones se perjudicarían algunos sectores por la compra de productos baratos de calidad y en cantidad que ningún otro país puede proveer. Básicamente la industria y empresas como Techint, afectadas por una cuestión de costos en tubos sin costura y otros insumos para el sector petrolero. Pero en líneas generales podríamos tener una balanza comercial superavitaria como tienen todos nuestros vecinos. Somos la excepción a la regla, lamentablemente.”, dijo el director del Observatorio Sino-Argentino.
Podríamos tener una balanza comercial superavitaria como tienen todos nuestros vecinos. Somos la excepción a la regla, lamentablemente (Giusto)
En 2023, recordó Giusto, Brasil tuvo un superávit bilateral con China de USD 63.000 millones. En cambio, la bajísima penetración argentina en el mercado chino llega al punto de que, pese a ser la tercera economía de América Latina, detrás de Brasil y México, por ventas a China es séptima en la región. El ranking lo encabeza Brasil (USD 153.000 millones) seguido por Chile (43.000 millones), Perú (25.500 millones), México (18.700 millones), Ecuador (7.795 millones) y Colombia (6.248 millones). Recién entonces aparece la Argentina, con USD 5.268 millones (dato del Indec), mucho menos de lo que importó de China (USD 14.496 millones), para un saldo en rojo de USD 9.228 millones. Desde enero de 2008 el déficit bilateral en el comercio con China fue de USD 85.800 millones, teniendo en cuenta que en julio y agosto el país volvió a registrar saldos negativos.
Flete caro e intercambio desigual
Además, el último informe de intercambio comercial del Indec por zonas económicas precisa que los fletes del comercio con China tuvieron un aumento anual del 80,7%, a USD 477,4 por tonelada importada, contra USD 56,9 del comercio con el Mercosur (aumentó 11%), USD 87,2 del intercambio con EEUU, México y Canadá (bajó 11,2%) y USD 149 con la Unión Europea (cayó 19,2%). Así, en agosto las compras a China explicaron 18,4% de las importaciones, pero 29,6% de los fletes que pagaron los importadores locales.
La composición del intercambio ilustra lo que los teóricos de la dependencia llamaban “intercambio desigual”. El 32% de las ventas argentinas fueron porotos de soja “incluso quebrantados”, el 22% carne bovina congelada deshuesada, el 10%, aceite de soja en bruto, el 7% carbonato de litio, el 5% minerales metalíferos, escorias y cenizas, un 15% agrupan sorgo de grano, “otros cereales”, “demás trozos de carne bovina congelada” y “pescados y mariscos”, quedan un “resto” del 9 por ciento.
Lo más elaborado es el carbonato de litio, clave para que China mantenga su dominio en la cadena de valor de minerales críticos, baterías y vehículos eléctricos.
Las ventas de China a la Argentina, en cambio, consistieron en un 60% en aparatos eléctricos, electrónicos y accesorios, reactores nucleares, calderas, maquinaria, partes, productos químicos y vehículos de transporte, más un amplísimo 40% de “resto”. El dominio de los rubros industriales es notorio.
Por eso la UIA ya se puso en guardia ante el riesgo de que la rebaja de aranceles que dispuso el gobierno, en un marco que definen como de “retraso cambiario”, y un acercamiento a China, barran sectores enteros de actividad fabril.
Hace un mes, en la celebración del Día de la Industria, el presidente Milei dio un discurso que incomodó a la dirigencia fabril. “La industria quedó subordinada a la sobreprotección del Estado en formas de crédito, subsidios, exenciones tributarias y barreras arancelarias”, le enrostró. “Prometieron que con el tiempo la industria competiría de igual a igual, pero se volvió cada vez más dependiente del Estado”, remachó. “Para proteger a la industria, se le robó al campo, afectando nuestro potencial exportador (…) la protección industrial generó un sector adicto al Estado, uno de los orígenes de nuestras crisis económicas”, acusó.
Brazos abiertos, swap garantizado
Según Giusto, “China va a recibir con los brazos abiertos a Milei, pero se han dicho cosas muy fuertes y ha habido provocaciones con la cuestión de Taiwán; algún gesto tendrá que haber cuando viaje a China. Él dijo que será en enero por la Celac, pero la reunión de la Celac no tiene fecha confirmada y se haría en abril. Imagino que Milei se siente algo urgido por la situación económica y social. Otro factor que entró a jugar es la posibilidad de que gane Kamala Harris. Por eso ahora se plantea la alternativa que siempre tuvo a mano, China, y eso sí puede traer mayor flujo de comercio, inversiones y financiamiento”.
Sin embargo, agregó, el especialista, “no lo veo a corto plazo”. Primero, aclaró, es necesario el diálogo político al más alto nivel. una reunión Milei-Xi Jinping, pero no un cruce en el G20, que realizará su Cumbre anual en noviembre, en Brasil, sino una gira de Milei a China. El comercio es tierra totalmente inexplorada para que la Argentina tenga enormes oportunidades y logre superávits como tienen todo nuestros vecinos. Es una responsabilidad nuestra”.
En cuanto a inversiones, Giusto señaló que “resolver la cuestión de las represas patagónicas es un tema crítico. Si no hay preacuerdo antes del viaje de Milei es complicado que haya grandes anuncios de inversión. Hay interés en minería, vehículos eléctricos, energía. Y del swap, si Milei pide una ampliación, se la darán sin problemas. Esto tiene costo cero para China, por los montos que se manejan en la relación con la Argentina”.
Dante Sica también piensa que hay un amplio espacio para el aumento de las relaciones comerciales de la Argentina con China y con el mundo en general. Es más, dice, “Argentina hoy no necesita el Mercosur para negociar, porque no es el mercado lo que ofrece, sino su posición estratégica en materia de defensa y seguridad. Por eso el mensaje de Milei es estratégico, por las cosas que tiene para Oriente: minerales, alimentos y una buena plataforma local de economía del conocimiento”.
Pese a ese escenario, le señaló Infobae, la Argentina es el único país sudamericano que tiene un fuerte déficit en el comercio con China.
“Las ventanas de oportunidad existen, pero hay que poder aprovecharlas. Si te pasás el día viendo la inflación y qué reservas tenés, es complicado. En los últimos quince años las empresas argentinas se dedicaron a atenuar el impacto de la macroeconomía y a defenderse de medidas microeconómicas, como las DJAI, las retenciones, las SIRA … así es muy difícil”, respondió el ex ministro de Producción y Trabajo.
En cuanto a la posibilidad de que un acercamiento con China permita frenar o atenuar el daño que provoca a la Argentina el tsunami de buques chinos pescando a niveles de depredación en la “Milla 201″, frente al Mar Argentino, Sica fue más bien escéptico.
“Las actividades económicas funcionan por incentivos. No creo que voluntariamente China baje su presencia en la Milla 201. Lo que tiene que hacer la Argentina es rever el sistema de permisos de pesca en su plataforma continental. No tengo en claro cómo, pero Ir a un sistema de mayor competencia, para que en vez de tener a todos en la Milla 201 depredando el reservorio y no pagando nada, puedan participar del proceso de pesca y dejen ganancias para la Argentina. Creo más en rever el sistema que en pedir que voluntariamente dejen de pescar”, concluyó.