La medición de la inflación de agosto dejó un sabor algo amargo en el equipo económico. No solo el índice se mantuvo arriba del 4%, sino que además repuntó respecto al mes anterior. Lo positivo es que este mes está todo dado para que se produzca una disminución significativa, que incluso podría llevarlo a menos de 3,5%, en lo que sería la medición más baja desde que gobierno Javier Milei.
En su último reporte tras conocerse el dato del IPC Nacional del INDEC, el banco de inversión JP Morgan estimó que la baja del impuesto PAIS (desde 17,5% a 7,5%) implicará una baja de la inflación por única vez de entre 0,6% y 0,7%. Esa estimación está en línea con proyecciones de economistas locales, como el caso de Fernando Marull.
A partir de esa expectativa de desaceleración, la entidad estimó que la inflación de septiembre podría ubicarse en torno al 3,4%.
Algunas consultoras como el caso de Equilibra también proyectaron una baja significativa para este mes por la misma causa, es decir la baja de impuesto a las importaciones. Con los datos de la primera semana del mes, estimaron que la inflación de septiembre podría ubicarse en torno al 3,2%. Claro que fue una estimación previa a que se conozca el dato de agosto, que estuvo por encima de lo previsto por casi todo el mercado. En Equilibra midieron una cantidad de productos que cayeron de precio en los primeros días del mes, como efecto de la reducción de impuesto a las importaciones. Entre ellos se encuentran autos, TV, cámaras y celulares.
EcoGo, la consultora que dirige Marina Dal Poggetto, también es optimista para septiembre y estima un nivel de 3,4%. “La desaceleración de alimentos, la baja del impuesto PAIS, la calma de la brecha y un contexto aún recesivo contribuyen a la merma de la inflación”, explicaron. La entidad estuvo cerca del dato de agosto, ya que había estimado que la inflación se mantendría el mes pasado “por encima del 4%”.
En agosto hubo dos datos que generaron preocupación. Por un lado, la suba del índice general, pero también el incremento de la inflación núcleo, que se ubicó en 4,1%. Sin embargo, también surgieron cálculos alternativos que llevan cierta tranquilidad.
El economista Martín Rozada indicó que la inflación “subyacente” en realidad se ubicó en solo 3,4%. La medición excluye vivienda, servicios públicos, energía, salud, transporte, comunicación y educación. Es decir que se eliminaron casi todos los rubros de servicios, que aún debe recuperar terreno perdido luego de muchos años de congelamiento.
Pero si bien todo indica que septiembre mostrará un importante ajuste bajista en el índice de inflación, las dudas se centran en si este descenso será o no sostenible en el tiempo. Sobre todo considerando que la desaceleración de septiembre se explica por una reducción impositiva que tiene impacto una sola vez.
Sebastián Galiani, ex viceministro de Economía durante el gobierno de Mauricio Macri, advirtió que “bajar más la inflación desde los niveles actuales no es sencillo. En el Plan Austral se consiguió una reducción inicial muy fuerte, pero luego no se pudo sostener la desaceleración. Ahora está pasando algo parecido, pero las condiciones son mejores que entonces sobre todo por el compromiso del Gobierno de sostener el superávit fiscal”.
El economista advirtió que los inversores le creen al Presidente en su compromiso por mantener el equilibrio fiscal, pero que subsisten dudas sobre la política cambiaria. “En la medida que siga la preocupación relacionada con el atraso cambiario y un posible salto a futuro del dólar oficial, va a ser más difícil lograr una baja sustancial de la inflación”, agregó.