El dato oficial de la inflación de junio reveló lo que ya el propio gobierno estaba visualizando a través del Sistema Electrónico de Publicidad de Precios Argentinos (SEPA): que los precios de los alimentos y bebidas están creciendo bastante por debajo (3%) de la variación del Índice General de Precios al Consumidor (4,6% IPC Indec), en un contexto altamente recesivo. Y la misma tendencia se observa para julio, según datos públicos y estimaciones privadas.
Sin embargo, ni la fuerte desaceleración inflacionaria -más allá que fue superior a la de mayo-, ayudada por las agresivas acciones comerciales que se vienen realizando desde las empresas, ni la recomposición salarial y el cobro del medio aguinaldo, fueron suficientes como para mostrar algo de dinamismo en el mundo del consumo masivo.
Las ventas de la mayoría de las categorías se ubican entre 8% y 10% abajo de los mismos meses del año previo, con algunos rubros que sufren contracciones mayores, como es el caso de las bebidas con alcohol, que cerró el primer semestre con una caída del 30% interanual.
Las empresas creen que el consumo actual es un piso y que debería comenzar a repuntar hacia fin de año
Si bien es cierto que el 2023 fue un año atípico, con un consumo inflado, fomentado por la aceleración inflacionaria y la expectativa de devaluación (que finalmente ocurrió en diciembre), las empresas creen que el consumo actual es un piso y que debería comenzar a repuntar hacia fin de año. Las mayores expectativas del sector están puestas en el 2025, de la mano de un crecimiento de la economía impulsado por la estabilización macroeconómica y la salida del cepo cambiario.
De hecho, el ministro de Economía, Luis Caputo, el jueves último, ante los CEOS de las principales firmas alimenticias, contó cuál es el horizonte de corto y mediano plazo que ve en materia económica con el fin de generar confianza y certezas del rumbo encarado.
Las actuales turbulencias con el dólar paralelo, que hizo crecer la brecha al 60%, generan preocupación en el sector privado, ya que aseguran presiona sobre el tipo de cambio oficial, pero el ministro reiteró ante estas compañías -y lo mismo hizo públicamente en varias oportunidades- que no se moverá ni un ápice de su plan y que no habrá devaluación. “De acá a diciembre, si vos querés especular y comprar dólares, probablemente los vas a tener que vender para pagar impuestos. El tipo de cambio libre va a ir a converger al oficial por un tema de escasez y ese va a ser un momento más indicado para salir del cepo”, precisó el ministro en declaraciones radiales.
De esta manera, intentó nuevamente alejar los fantasmas de una próxima devaluación y, de ese modo, de una nueva aceleración inflacionaria. “La idea es setear expectativas de hacia dónde se está yendo. El mantenimiento del superávit fiscal y el apretón monetario deberían hacer que la brecha baje”, contó a Infobae una fuente del Palacio de Hacienda, al tiempo que agregó que se está observando un “repunte de la actividad en el interior, que luego llegará a las grandes urbes”. Al cierre del viernes, el dólar MEP cerró en $1.421 y el blue, en 1.500 pesos.
Sin embargo, y más allá de la incertidumbre que pueda generar este salto de la brecha, hoy el mercado está tan deprimido que las empresas no tienen margen para subir demasiado los precios. En las firmas alimenticias y en los supermercados coinciden en que los ajustes de listas rondan el 5% mensual -siguen la inflación- y en muchos casos dejan pasar un mes sin aumentar. Los márgenes, remarcan en todas las compañías, se han comprimido fuertemente, pero hoy la prioridad es sostener al menos los volúmenes actuales.
Hoy el mercado está tan deprimido que las empresas no tienen margen para subir demasiado los precios
Si bien todavía no son públicos los datos de la consultora Scentia, que mide la evolución de los volúmenes vendidos en el canal moderno y autoservicios independientes de los productos empaquetados, trascendió que en las grandes cadenas de supermercados la caída de junio rondó 10%, en línea con lo que viene sucediendo desde comienzos de año. Y julio no arrancó mejor, según fuentes del sector.
“La tendencia va a ser a la baja durante todo el año, pero estamos sincerando el consumo, ya que lo del año pasado no era real. Las acciones por parte de las empresas se mantienen, pero en proporciones más bajas. No se ven descuentos de 20% o 30% como antes. Están aplicando listas de 4 o 5 puntos y haciendo descuentos por volumen que pueden andar en el 10%. El mercado sigue a la baja, pero está bastante estable”, consignó el supermercadista Santiago Tarquino, de la cordobesa Tadicor.
En una firma alimenticia que produce desde alimentos básicos hasta premium afirmaron que “el consumo sigue bastante pisado, que la venta de harinas y aceites se mantiene estable pero el mercado de galletitas y de congelados está más castigado y no levanta”.
“Las caídas de los últimos meses fueron de entre 8% y 10% en términos interanuales, pero en algunas categorías la contracción fue muy superior, como es el caso de las bebidas, los snacks, los congelados. En mayo se frenó la caída pero no levanta. Creo que vamos a trabajar con estos volúmenes durante los próximos dos o tres meses y ojalá que se note una mejora en la última parte del año”, indicó el directivo de una importante firma socia de Copal.
Y agregó: “Las paritarias se están acomodando y de a poco se van alineando con la inflación. No esperamos una recuperación inmediata, pero tampoco estamos esperando mantener los actuales niveles de consumo porque no son los estándares normales para el consumo de la Argentina”.
Una de las certezas que les dio Caputo a las alimenticias es que finalmente se reducirá 10 puntos el impuesto PAIS, pero será en septiembre
Una de las certezas que les dio Caputo a las alimenticias es que finalmente se reducirá 10 puntos el impuesto PAIS, pero será en septiembre, una vez que el fisco cuente con los recursos provenientes del paquete fiscal recientemente aprobado por el Congreso. Es decir que bajará al 7,5% y luego, en teoría, debería terminar de caer en diciembre; salvo que el Poder Ejecutivo opte por proponer su extensión, para lo cual debería enviar un proyecto de ley al Congreso.
Se estima que la medida contribuirá a bajar el precio de los insumos importados y de los alimentos terminados que ingresan al país, porque no se prevé compensar con suba del tipo de cambio oficial. El objetivo del equipo económico: llegar a fin de año con la inflación en su mínima expresión y la economía encaminada a reactivarse 5% en 2025, como proyectó el FMI.