La inflación general volvió a desacelerar en abril (fue de 8,8% contra un 11% de marzo), pero pudo haber sido bastante más baja si no fuera por el impacto de las subas tarifarias. Según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), el rubro de “vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles”, donde están justamente contemplados todos los servicios públicos, registró un fuerte aumento del 35,6% en el cuarto mes del año.
El resultado es llamativo, pero no sorprende, teniendo en cuenta los ajustes que se autorizaron para las tarifas de luz, gas y agua en el cuarto mes del año. En el primer caso, el Gobierno nacional autorizó incrementos de entre el 177% y el 183% -dependiendo de la categoría de los usuarios- para los clientes de Edenor y Edesur, empresas que prestan servicios en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
En lo que respecta al gas, Nación permitió subas de precios de dos de los tres componentes de la tarifa: el transporte y la distribución. De acuerdo con datos de la Secretaría de Energía, los cambios implican que un usuario de ingresos bajos (nivel 2 de la segmentación tarifaria) que consume en promedio 100 m3 mensuales de gas, pague una factura promedio de $15.830, lo que representa un aumento del 214% respecto a lo que pagaban antes de abril.
En tanto, las tarifas por los servicios de agua potable y cloacas prestados por Agua y Saneamiento Argentina (AySA) en el AMBA registraron un aumento por encima del 200%.
Los otros rubros pujantes
Otros tres rubros terminaron por encima del IPC general. Uno de ellos es el de “comunicación”, que registró un incremento del 14,2% impulsado por las subas de telefonía e internet.
También quedaron por encima de la media los ítems de “prendas y calzado”, con un 9,6% de aumento en relación a marzo; y el de “salud”, que registró un incremento del 9,1% en la comparación con el mes anterior.
Por debajo del promedio
Así como los cuatro rubros mencionados hasta el momento subieron por arriba del 8,8% general, hubo ocho ítems que tuvieron subas más moderadas, por debajo de la media. Se trata de los rubros de “educación” (8,6%), “restaurantes y hoteles” (7,3%), “recreación y cultura” (7,1%), “equipamiento y mantenimiento del hogar” (6,5%), “transporte” (6,3%), “alimentos y bebidas no alcohólicas” (6%), “bienes y servicios varios” (5,7%) y “bebidas alcohólicas y tabaco” (5,5%).
Entre todos, se destaca principalmente el rubro de alimentos y bebidas. Se trata de un ítem que generalmente lidera los aumentos y tracciona al IPC al alza. Es además el de mayor incidencia sobre el presupuesto de los hogares y el que más pesa en la medición de la inflación.
En este caso, no solo los alimentos tuvieron subas por debajo del promedio, sino que además hubo algunos productos que bajaron de precio en relación al mes anterior. De acuerdo a los datos publicados por el Indec, los alimentos que bajaron de precio fueron el café molido de 500 gramos (-0,4%), el jamón cocido (-1,8%), las arvejas secas remojadas (-2,3%), el paquete de un kilo de azúcar (-2,6%), la lata de tomate entero en conserva (-5,5%), la banana (-16,5%) y la lechuga (-26,6%), entre otros.
No obstante, también hubo alimentos que subieron muy por encima del promedio. Es el caso del tomate redondo, que se encareció un 72,7%, el queso cremoso (16,5%), la manteca (12,5%), el queso sardo (12,1%) y la naranja (10,9%), por citar algunos ejemplos. De todas formas, se debe tener en cuenta que las frutas y verduras tienden a tener variaciones muy marcadas (al alza o a la baja) en períodos cortos de tiempo por cuestiones estacionales, por lo que las variaciones de precios de esos productos en particular pueden no tener que ver exclusivamente con el avance del IPC.