La historia de los billetes en Argentina es un espejo de sus complejas vicisitudes económicas. Desde el regreso de la democracia en 1983, la nación ha atravesado múltiples transformaciones monetarias que no solo reflejan estabilidades y crisis, sino también cambios sociopolíticos significativos. En un reciente capítulo de esta saga, el Banco Central ha puesto en circulación nuevos billetes de 10.000 pesos.
Cada serie de billetes en la historia monetaria argentina ha sido una respuesta directa a la inflación. Los altos índices obligaron a la Casa de la Moneda a imprimir denominaciones cada vez más altas y a modificar frecuentemente las líneas monetarias para intentar recuperar la confianza pública y estabilizar la economía.
La transición monetaria en Argentina comenzó con la eliminación del Peso Ley 18.188 y la introducción del Peso Argentino en los últimos días de la dictadura militar, marcando un esfuerzo por estabilizar una economía en caída. Este cambio significativo incluyó la eliminación de cuatro ceros a la moneda y la implementación de nuevos billetes que pronto serían víctimas de la inflación galopante, lo que llevó a la introducción de denominaciones cada vez más altas.
Esa línea tuvo vigencia hasta la aparición del Austral, en junio de 1985, cuando se le quitaron otros 3 ceros a la moneda nacional: 1.000 pesos argentinos se transformaron en 1 austral.
Los australes se presentaron con billetes de 1, 5, 10 50 y 100. Luego, la inflación volvió a marcar la historia y en 1988 se sumaron los billetes de 500 y 1.000 australes y entre 1989 y 1990 aparecieron los de 5.000, 10.000, 50.000, 100.000 y también se expandió en denominaciones hasta el de 500.000 australes, lo que indicaba la severidad de la crisis inflacionaria de finales de los 80.
En 1991, Argentina marcó el inicio de la tercera línea monetaria contemporánea con el regreso del Peso, eliminando otros cuatro ceros y estableció una paridad de 10.000 australes a 1 peso. Esta medida fue otro intento más de controlar la inflación persistente y estabilizar la economía mediante una simplificación monetaria significativa.
Hoy en día, esta línea del Peso continúa en circulación, aunque no exenta de los desafíos inflacionarios que históricamente han caracterizado a la economía argentina.
Desde su introducción, los billetes de menor denominación como los de 1, 2 y 5 pesos han sido retirados de circulación, un testimonio de su decreciente poder adquisitivo. Los de 10, 20, 50 y 100 pesos siguen siendo comunes, aunque con distintos modelos que se han ido introduciendo a lo largo de los años para mejorar aspectos de seguridad y diseño.
Además de los cambios en su valor nominal, los billetes también han cambiado su diseño. En las primeras series se centraban en figuras políticas y héroes nacionales, luego se han adoptado imágenes de la fauna autóctona, y finalmente volvieron los próceres nacionales.
Peso argentino
El peso argentino de mayor denominación fue el de 10.000 y, al igual que el actual billete de 10.000, el prócer que lo islustraba es Manuel Belgrano.
Austral
El austral de mayor denominación fue el de 500.000 y en los billetes estaba Manuel Quintana, presidente de la Nación Argentina entre el 12 de octubre de 1904 hasta su fallecimiento el 12 de marzo de 1906.
Pesos
El peso de mayor denominación es el que entró en circulación hoy, el de 10.000. El billete tiene las imágenes de Manuel Belgrano y de María Remedios del Valle, heroína de la Guerra de la Independencia, en el anverso; y la recreación artística de la escena de la Jura de la Bandera realizada el 27 de febrero de 1812, en el reverso.
La imagen de Belgrano es de un retrato atribuido al artista francés François Casimir Carbonnier, mientras que la representación de la heroína pertenece a la obra La Capitana, realizada por la artista argentina Gisela Banzer.
El billete de 1 millón de pesos
Durante el período de gobierno militar que comenzó en 1976, Argentina enfrentó una serie de desafíos económicos severos. La inflación, ya elevada, se disparó aún más debido a políticas monetarias expansivas y una serie de decisiones económicas erráticas. José Alfredo Martínez de Hoz, ministro de Economía desde el comienzo de la dictadura hasta 1981, implementó políticas de apertura económica y desregulación financiera que, aunque inicialmente buscaban modernizar la economía, terminaron exacerbando los problemas inflacionarios y aumentando la deuda externa del país.
En noviembre de 1981, el Banco Central de la República Argentina emitió el billete de más alta denominación en todo el mundo en ese momento: 1.000.000 de pesos .
Este billete, firmado por Egidio Ianella, presidente del ente en ese entonces, era más que un medio de transacción: se convirtió en un símbolo de la hiperinflación y la desestabilización económica.