En un nuevo ciclo de entrevistas de Infobae, Sol Vivanco, economista y dueña de Nutriveg, una empresa de alimentos inclusivos, cuenta todas las dificultades que atraviesa desde 2015, momento en que decidió emprender en la Argentina.
Hoy en día Nutriveg cuenta con tres líneas de snacks, que se comercializan en más de 3.500 puntos de venta a nivel nacional. Estas son sin tacc (apto celíacos), veganas, Kosher, aptas para intolerantes a la lactosa, entre otras alergias alimenticias.
“El objetivo es poder acercarnos a más personas a través de una alimentación más consciente y saludable donde vos leas los ingredientes y sepas que lo que estás consumiendo es lo que estás eligiendo”, dijo Vivanco.
En los 9 años transcurridos desde que decidió emprender, Sol, de 29 años, atravesó numerosas dificultades, al igual que la mayoría de los emprendedores en el país. Una de ellas es la carga impositiva.
“Nosotros actualmente no tenemos empleados en relación de dependencia en la empresa porque su sueldo equivale al 1.68 para la empresa; o sea, por un empleado contrato casi dos por lo que tengo que pagar entre impuestos y cargas sociales y eso es algo que pesa”, explicó la creadora de Nutriveg.
Ese recargo es generalizado. Lo que abonan los empleadores por cada trabajador se compone de los aportes del Régimen Nacional de la Seguridad Social, que alcanzan el 20,40% del salario bruto en el caso de los sectores de servicios y comercio y al 18% en el resto de las actividades, 6% en concepto de obra social, entre 0,5% y 5% de ART y $78,36 de seguro de vida.
“Eso es muy costoso para una pyme, entonces elegimos tener una estructura más liviana y de costos variables para de esa manera poder sumarnos y acompañar la fluctuaciones y la incertidumbre que hoy en día Argentina tiene”, aseguró Sol.
Además, precisó que de cada 100% de su producto, aproximadamente el 60% del precio son impuestos. “Hoy en día un producto mío en una góndola de un supermercado está más o menos $1.000 y sin todos los impuestos que pagamos, serían $400″, detalló.
“Hay un montón de impuestos absurdos. Por ejemplo, el 3% adicional que pagamos de IVA los productores alimenticios. Yo compro mis insumos, ese insumo trae el 21% del IVA que todos conocemos, más un 3% adicional. Ese 3% adicional, hoy en día no lo puedo descontar de nada, lo tuve que trasladar a precios”, explicó.
Se trata de la Percepción del IVA, la cual se toma como un ingreso directo en la declaración jurada de IVA. Es un ingreso a cuenta del impuesto, que técnicamente se llama un ingreso directo, y se puede utilizar, si se genera saldo a favor de ese ingreso directo, para cancelar otros impuestos.
Esa percepción se aplica a las operaciones de venta de productos alimenticios para consumo humano, bebidas, artículos de higiene personal y limpieza, de acuerdo a la AFIP.
Más regulaciones, más tiempo
Otro de los problemas que mencionó la emprendedora es el tiempo que conlleva la parte operativa y administrativa por el constante cambio de regulaciones.
“De la nada tenés que pagar un montón de cosas que antes no tenías que pagar o para destrabar un trámite tenés que hacer un montón de otras cosas. Esas son dificultades que a veces son impredecibles”, aseguró.
También recordó el momento de la renuncia del ex ministro de Economía Martín Guzmán en julio de 2022, a lo que le siguió una corrida cambiaria. En ese momento, Nutriveg venía teniendo muchas ventas pero no se les había cobrado a ninguno de sus clientes. “Nos quedó un montón de plata en la calle, perdimos un montón un montón de plata. Yo no tenía stock en el depósito, no podía seguir vendiendo como para recuperar esa diferencia y mis proveedores de materia prima no me querían entregar porque me decían ‘no sé a qué valor entregarte’”, contó Sol.
En ese sentido, expresó: “La masterclass que tenemos emprendiendo en Argentina es de otro nivel. No hay universidad en el mundo que te pueda enseñar lo que es realmente emprender en el país. Las dificultades que tenemos son totales, Me acuerdo la primera entrega que hicimos en un supermercado y ese día tuvimos un paro sindical. Yo tuve el camión tres días dentro del centro de distribución de ese cliente y lo único que podía hacer era llorar literalmente”.
Además, mencionó que si bien surgieron oportunidades de exportación de sus productos, nadie quiso concretar negocios con Argentina por la cantidad de trabas. “Uno quería sacar un contenedor y podía llegar a pasar meses dentro de procesos aduaneros y para un producto de valor agregado como el mío, que tiene seis meses de vida útil, es completamente inviable”, dijo.
Aún así, y consultada si no considera que hubiera sido mejor haber creado su empresa en otro país, Sol piensa que emprender aquí tiene algo hermoso. “Amo a mi país y la cancha y el poder de resiliencia que me dio Argentina no me lo hubiese dado ningún otro país en el mundo. Hoy en día puedo decir que estoy 100% segura de que puedo emprender en cualquier país del mundo sin ningún tipo de problema”, aseguró.