El sistema de salud privada sigue en medio de un escenario complejo e incierto. Y la situación tiene a agravarse. Mientras las empresas de medicina prepaga se ajustan al acuerdo firmado con el Gobierno (las cuotas permanecerán congeladas hasta el 31 de diciembre), los gremios exigen el cumplimiento de un acuerdo de paritarias que fue firmado, pero no homologado.
Lo cierto es que el convenio se encuentra frenado, según fuentes del sector, a la espera de que se den algunas condiciones que fueron previamente pactadas entre las empresas, los gremios y el Gobierno nacional. Desde la industria remarcan que hoy, jueves 30 de noviembre, las compañías de la salud privada tendrían que haber notificado a sus empleados sobre los ajustes a recibir en los próximos pagos de salarios, pero eso nunca ocurrió. En consecuencia, los trabajadores de algunas clínicas y sanatorios de diferentes partes del país se reunieron en asamblea (sin incumplimiento de sus horarios de trabajo) para comenzar a delinear los planes de acción.
Ahora bien, para entender el origen del problema, hay que remontarse a algunas semanas atrás. En concreto, ya en el marco del congelamiento, el director de la CGT y titular del gremio de Sanidad, Héctor Daer, se reunió con los empresarios del sector de la salud privada para pedir un ajuste salarial del 17,4% en noviembre y del 17,4% en diciembre de este año. La respuesta de las empresas fue concreta: El incremento sería imposible hasta tanto se descongelaran las cuotas de las prepagas y se compensara el retraso de tarifas de todo el sistema de salud, que oscila entre el 30 y 40 por ciento.
Ante la negativa, Daer trasladó las inquietudes del sector de salud privada a funcionarios del Gobierno nacional y entre todas las partes llegaron a un acuerdo divido entre grandes ejes:
- En un primer punto, se acordó que el Gobierno asistiría al sector a través de la implementación de un nuevo programa de Fortalecimiento de los Equipos de Salud para la Calidad y la Seguridad (Fescas). Se trata de un plan de asistencia en el que el Estado paga parte de los salarios, con una inyección de dinero directamente a los empleados de salud.
Según indicaron fuentes cercanas a la negociación, el programa funcionaría durante los meses de noviembre y diciembre, y consistiría en la transferencia mensual de un monto equivalente al cincuenta por ciento (50%) de la remuneración total hasta un máximo del cincuenta por ciento (50%) del valor del Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVyM) vigente por cada relación laboral activa del sujeto empleador alcanzado por el Programa.
- El segundo punto que se acordó, fue la extensión de un programa de beneficios fiscales que se encuentra vigente hasta marzo del 2024. El mismo consiste en una serie de reducciones sobre las cargas patronales y sería extendido al menos hasta diciembre del año próximo.
- El tercer eje se centró en la actualización de las cuotas de las empresas de medicina privada luego del vencimiento del congelamiento, que rige hasta el 31 de diciembre de 2023. “Como el índice de costos de la salud va muy atrasado, se acordó agregar, al 6% que se deberían subir las cuotas a los afiliados en enero, un 10% adicional”, señalaron desde el sector.
En la reunión estuvieron presentes representantes del sector empresario, del sector gremial y del Gobierno nacional. “El ministro Sergio Massa (Economía) estaba sentado al lado de Daer y se comprometió a oficializar el paquete de medidas, ya sea antes o después de las elecciones”, explicaron.
Qué pasó tras el acuerdo
Una vez definido el esquema de trabajo, el sector de la salud privada firmó el acuerdo de paritarias del sector, pero al momento de la homologación en el Ministerio de Trabajo, los empresarios exigieron que se cumpliera primero con los tres puntos del acuerdo mencionado.
Hasta el momento, no hubo más avances. Desde inicios de noviembre los gremios y las empresas pidieron el cumplimiento del trato, pero no ha habido respuesta de Nación. De hecho, el 20 de noviembre pasado tendría que haber salido el decreto con las medidas, para dar tiempo a que se cumpla con los plazos establecidos por ley para el anuncio del aumento. En paralelo, el sector sindical presiona a las empresas para que avancen con los ajustes salariales, más allá de si el trato con Nación avanza o no.
Como agravante, se suma que al Gobierno saliente le quedan apenas 10 días de gestión y las líneas de diálogo parecen haberse cortado de forma definitiva. Tampoco hay acercamiento con el gabinete del presidente electo, Javier Milei, dado que aún no se define quién estará al frente del Ministerio de Salud. Mientras tanto, desde el sector advierten que, más allá de los ajustes de paritarias, las empresas tienen serias dificultades incluso para hacer frente al pago del medio aguinaldo de diciembre y los salarios de enero.