Aunque los insumos médicos están exentos del pago del impuesto PAIS del 7,5% sobre el “dólar importador”, la implementación de la medida generó incertidumbre en el sector y desconcierto por su impacto en los precios, debido a la incidencia del aumento del costo de los fletes y de algunos materiales de fabricación que no están exceptuados.
En consecuencia, se produjo un “cuello de botella” en el ingreso de insumos para diálisis y los referentes de la salud aseguran que hay riesgo real de que algunas clínicas no puedan seguir funcionando. A través de un comunicado, la Confederación de Asociaciones de Diálisis de la República Argentina (Cadra) expresó su preocupación ante la posibilidad de no poder contar en tiempo y forma con los insumos qué, para su actividad, son esenciales.
“No sabemos si (las autoridades del Ministerio de Salud) nos van a recibir. No queremos que los centros empiecen a cerrar” (Jorge Abdala, director de Cadra)
“De continuar esta grave crisis económica que nos afecta directamente; en breve, los casi 300 centros de diálisis privados diseminados en toda la geografía nacional, no estarían en condiciones de continuar brindando las prestaciones a sus casi 30 mil pacientes de diálisis”, aseguró la entidad en un comunicado.
“No se trata de una amenaza, simplemente es un dato de la realidad. Lamentablemente, las últimas medidas oficiales prometen agravar el escenario. Los insumos médicos se venden en cuentagotas porque aumentan semanalmente y los proveedores desconocen los precios del mismo producto siete días después”, agregó.
En diálogo con Infobae, el director de Cadra, el doctor Jorge Abdala, indicó que a pesar de estar exentos del nuevo impuesto PAIS, hay insumos que absorbieron los incrementos y se han mostrado particularmente volátiles en los últimos días. “Las empresas no nos están entregando en tiempo y forma los insumos porque hay mucha incertidumbre con respecto a los precios. Necesitamos mucho material para trabajar. Cada paciente tiene tres diálisis por semana, cuatro horas cada sesión y eso consume muchos insumos”, aseguró.
Falta de claridad
“El Gobierno debe ser claro con las exenciones” y buscar la forma de que los insumos de salud no se vean afectados ni directa ni indirectamente con los impuestos, dijo Abdala. “Los proveedores nos dicen que ‘no tienen precio’ y no saben a cuánto deberán reponer la mercadería. Son todos productos importados, con costos muy altos y los montos son enormes”, precisó el presidente de Cadra. “Además, los obligan a vender al dólar oficial y no pueden girar para afuera. Todo eso genera complicaciones y trabas en la provisión de insumos”, protestó.
“Si el problema sigue, se va a ir agravando la falta de insumos. Se ven directamente afectados los 30 mil pacientes que se hacen diálisis, aunque no se conoce el impacto económico preciso”, subrayó. Asimismo, desde Cadrra señalaron que, por el aumento permanente del dólar (la mayoría de los insumos médicos son del exterior), no hay ningún tipo de financiamiento.
Abdala advirtió que la situación es crítica y la comparó con lo ocurrido en el sector durante la crisis del 2001. “En esa época tuvimos que salir a socorrer los centros chicos. Estuvimos muy cerca de colapsar y ahora el escenario es similar”, lamentó.
En busca de respuestas
Los directivos de Cadra pidieron a las autoridades gubernamentales que tomen cartas en el asunto y dejen sin efecto las medidas que atentan contra la importación de insumos médicos. “Constituye una traba insalvable, no sólo para quienes ejercemos la nefrología en el país sino, fundamental y prioritariamente, para los pacientes de diálisis que necesitan un tratamiento seguro, responsable y eficiente para tener una mejor calidad de vida”, insistieron. “El gobierno nacional en febrero pasado prorrogó hasta fin de año la emergencia sanitaria. Hoy, nosotros, los nefrólogos, también estamos en emergencia sanitaria y necesitamos urgentemente mejores condiciones para salir de ella”.
A raíz de la situación, la entidad solicitó una reunión urgente con el Ministerio de Salud, pero aún no se ha acordado una fecha para el encuentro.
“No sabemos si nos van a recibir. No queremos que los centros empiecen a cerrar”, concluyó Abdala.
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