¿Dólar oficial o libre?: cuál es la cotización que más influye sobre los precios

Un informe privado analizó a qué tipo de cambio siguen los principales rubros que componen la canasta de inflación. Alimentos, bebidas, ropa y electrónica tienen comportamientos muy diferentes

Los alimentos tienen, según PxQ, una relación más cercana con el precio administrado del dólar. REUTERS

Como cada vez que los tipos de cambio paralelos pegan un salto o exhiben una fuerte volatilidad, resurge una pregunta que sobrevuela cualquier crisis cambiaria: a qué precios les impactará con mayor fuerza un eventual salto del dólar. La consultora PxQ realizó un ejercicio para intentar medir ese efecto en los rubros que componen el índice de precios.

La cantidad de controles cambiarios vigente y la existencia de una marcada brecha entre el precio del tipo de cambio oficial y los dólares paralelos (los financieros como el contado con liquidación y el MEP, y el libre) abre el interrogante sobre qué valor del dólar tiene más influencia en el entramado de precios de la economía. Y, como una pregunta derivada de lo anterior, cómo reaccionaría la inflación ante una devaluación del tipo de cambio administrada por el Banco Central.

“En el extremo, si el 100% de los precios estuviesen al dólar oficial, eliminar el control de cambios y unificar el mercado cambiario tendría un impacto grande en la inflación. En el otro extremo, si el 100% de los precios estuviesen al tipo de cambio paralelo, la unificación cambiaria no tendría impacto alguno sobre la inflación”, ejemplificó PxQ, la consultora fundada y dirigida por el ex viceministro de Economía Emmanuel Álvarez Agis.

Comparativa de precios internacionales según distintos tipos de cambio

El trabajo detectó fenómenos disímiles, según el rubro. Utilizando como método una comparación de precios de los mismos bienes en distintos países, midió que a dólar oficial un paquete de harina de trigo en un supermercado argentino tiene un valor en dólares similar al que tiene en Brasil, México y Estados Unidos. “En cambio, medido al paralelo la harina argentina está mucho más barata que en estos países. Con la mayoría de los productos alimenticios sucede algo similar”, indicó.

El informe incorporó, además de una comparación de la última “foto” de precios, un análisis del proceso de los últimos años y de otros elementos que explican el precio de los alimentos en otros países para tener un panorama más certero. De todas formas, la conclusión de PxQ fue que “los alimentos están más baratos en términos relativos con EEUU en la comparación histórica”.

“Si bien los precios de alimentos en Argentina están más altos que en la media histórica al oficial, esto parece estar explicado por la dinámica global (i.e., la guerra) y en términos relativos siguen baratos en la comparación internacional medidos en dólares oficiales”.

“Aunque el precio de los alimentos (casi 30% del total del IPC) es elevado históricamente medido a dólar oficial, esto parece ser consecuencia de una dinámica internacional y no de que el pricing de ese sector se realice al paralelo. Los precios están en línea con el de los alimentos en otros países de la región y ante un salto en el tipo de cambio oficial se verían directamente afectados”, mencionó la consultora.

Cerca del 20% del índice de inflación está influido directamente por el tipo de cambio paralelo /Bloomberg

Por otro lado, la consultora hizo un ejercicio similar con indumentaria y calzado, automóviles y otros bienes transables. “En el caso de los automóviles gama alta e indumentaria y calzado, tanto la foto del precio en comparación con otros países, como la película que refleja la dinámica de la historia reciente parecen mostrar que el pricing tiene más que ver con el dólar paralelo. Con productos medicinales se observa algo similar ¿Esto quiere decir que ante una unificación no se verían afectados? No, pero el traspaso a precios de la devaluación debería ser menor que en el rubro de alimentos”, indicaron.

Hay un tercer grupo, entre los que hay bienes electrónicos y equipamiento para el hogar, “cuyo precio parece elevado en dólares oficiales pero no es tan evidente que su pricing sea directamente al paralelo”, mencionó la consultora de Álvarez Agis. “En este caso se podría argumentar que una eventual unificación los afectaría menos que a alimentos, pero más que a automóviles, indumentaria y medicamentos”, apuntó.

La consultora, por último, intentó medir qué impacto directo tendría en los índices inflacionarios un salto cambiario. Para eso, analizó la composición de la canasta que mide el Indec en el Índice de Precios al Consumidor (IPC). “Se puede determinar que cerca del 19% del IPC tiene una dinámica que está más relacionada con el tipo de cambio paralelo que el oficial, mientras que el 30% del índice (mayormente alimentos y bebidas) está vinculado a las variaciones del tipo de cambio oficial”, consideró.

El restante 51%, explicó PxQ, se trata de servicios. Su dinámica de precios “no depende del tipo de cambio, que suele afectar la determinación del precios de los bienes”.

En conclusión, según el trabajo, si se devalúa el tipo de cambio oficial “el 30% del IPC sufriría un traspaso de la devaluación a precios, mientras que un 19% podría no verse afectado. Pensando solo en los efectos de primera vuelta de una unificación cambiaria, que implica una devaluación del tipo de cambio oficial de 100%, lo de arriba implica una aceleración de la inflación de 20 puntos porcentuales”.

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