Universidades falsas, recitales fantasma y tarjetas viajeras: cómo funcionan las maniobras dedicadas a comprar dólares a tipo de cambio oficial

Un reporte confidencial describe tres tipologías comunes que se utilizan para acceder al mercado de cambio y ganar hasta 100% con la brecha cambiaria. El Gobierno puso la lupa sobre este goteo de divisas

Guardar
Existe toda una industria dedicada
Existe toda una industria dedicada a crear excusas para acceder a dólares a tipo de cambio oficial (Reuters)

El Ministerio de Justicia y Derechos Humanos distribuyó un informe confidencial destinado exclusivamente a sujetos obligados por las normas antilavado que alerta sobre las maniobras más comunes que usan los argentinos para intentar vulnerar las normas cambiarias en tiempos de cepo. Con una brecha cambiaria que supera el 80% nació toda una industria en las sombras dedicada a inventar excusas para acceder a comprar dólares al precio oficial y luego reingresarlos al país a través del mercado financiero. La rentabilidad, en algunos casos, es del 100% en pocos días.

Infobae accedió al reporte confidencial que tiene fecha de marzo de 2023. Bajo el título “Lavado de Activos: Tipologías y Estudios de Casos”, el documento de unas 50 páginas describe metodologías delictivas habituales para que los sujetos obligados puedan detectar maniobras similares y elevar Reportes de Operaciones Sospechosas (ROS) que permitan desactivarlas.

Como toda estrategia antilavado, el informe se detiene sobre los modos de trabajo de organizaciones dedicadas al narcotráfico, estafa, trata de personas y otros delitos habituales. Pero la situación macroeconómica argentina genera la necesidad de poner la lupa, además, sobre otro tipo de maniobras: las que buscan lucrar con la brecha cambiaria.

“La normativa cambiaria de aplicación a los casos bajo estudio permite el acceso al mercado de cambios para el pago por la contratación de los servicios correspondientes a la utilización de plataformas educativas y software con fines educativos, sin tributar el impuesto PAIS”

En tiempos de tipos de cambio múltiples, cualquier persona u organización que acceda a comprar dólares al tipo de cambio oficial y revenderlos al tipo de cambio paralelo puede hacer enormes ganancias. Y si la rueda sigue girando, realizar esas ganancias en moneda dura.

El documento de trabajo descibe tres tipologías que fueron detectadas en numerosas ocasiones y sobre las que el Comité de Coordinación para la Prevención y Lucha contra el Lavado de Activos, la Financiación del Terrorismo y la Proliferación de Armas de Destrucción Masiva aspira a generar una vigilancia mayor.

El Ministerio de Derechos Humanos no pudo confirmar la existencia del informe de inmediato, ante la consulta de Infobae.

Universidades falsas

La primera, se enfoca sobre las “Transferencias al Exterior por Servicios Educativos”. Los pagos al exterior están exentos de impuestos cambiarios, como detalla el informe.

“La normativa cambiaria de aplicación a los casos bajo estudio permite el acceso al mercado de cambios para el pago por la contratación de los servicios correspondientes a la «utilización de plataformas educativas y software con fines educativos», sin tributar el impuesto PAIS (alícuota del 30%) y sin practicársele, por consiguiente, la percepción establecida en la RG AFIP 4815 (del 35%). Es decir, en cada caso se accedió al tipo de cambio oficial burlando la normativa vigente en función del supuesto destino que se otorgaría a los fondos transados. Tampoco se habría tributado el Impuesto al Valor Agregado (IVA)”.

Las páginas de las universidades
Las páginas de las universidades falsas mostraban fotos de graduados que figuraban en decenas de webs y que habían sido tomadas una década atrás (Getty Images)

Según describe el documento, la modalidad consiste en la creación de supuestas universidades o centros educativos online, basados en los EEUU, propiedad de personas de nacionalidad argentina. La investigación reveló cosas curiosas sobre las webs. Por ejemplo, que estaban creadas hace poco y que solían incluir fotos de graduaciones que se habían publicado en decenas de páginas web distintas, algunas de 10 años de antiguedad. No se pudo determinar si eran, realmente, instituciones dedicadas a la educación. Pero las sospechas son claras.

Los pagos que cobraban estas universidades por sus servicios surgían de cuentas argentinas en pesos. Los fondos se acreditaban en las cuentas originales a través de depósitos en efectivo en terminales de autoservicio (las más difíciles de rastrear) y, de inmediato, eran utilizadas para contratar los servicios educativos. Después, aventura el informe, las divisas compradas a tipo de cambio oficial se devolvían a la Argentina ya sea a través de operaciones con bonos (contado con liquidación) o mediante compensación en el mercado informal (dólar cable). Para, luego, volver a hacer el rulo.

“La operatoria detectada ha sido concretada en un período muy breve de tiempo, siendo que en el transcurso de casi 20 días se han efectuado un poco más de 20 transacciones, de manera estructurada en tiempo e importes, por un monto total aproximado de $ 50.000.000″, detalle el informe y rescata que en la fecha de la realización la brecha cambiaria era del 100%, con lo cuál esa era la ganancia obtenida por los infractores.

Recitales fantasma

Otro punto débil de la normativa cambiaria que aprovechan estas usinas de compra de divisas tiene que ver son los pagos para espectáculos. Más precisamente, acceden al mercado cambiario la cancelación de supuestas obligaciones contraídas con motivo de la importación de servicios, varios de ellos registrados bajo el código del BCRA – RIOC S24 «Otros servicios personales, culturales y recreativos».

“En el transcurso de casi 20 días se han efectuado un poco más de 20 transacciones, de manera estructurada en tiempo e importes, por un monto total aproximado de $ 50.000.000″

Ese es otro hueco en la regulación que permite a importadores pagar los dólares a tipo de cambio oficial y, una vez con los dólares en la mano, aprovechar la brecha cambiaria.

En este caso, el origen de los fondos fueron sociedades radicadas en paraísos fiscales. Desde allí, se generaban préstamos a residentes argentinos que, luego, usaban ese dinero para pagar por “espectáculos musicales” que se celebrarían, supuestamente, en el exterior y en una fecha futura.

El documento habla de $220.000.000 que se detectaron realizando esta operatoria.

La explosión de la cantidad
La explosión de la cantidad de tarjetas de débito tras la pandemia permitió otro fraude: que viajaran los plásticos en lugar de sus titulares

Las investigaciones mostraron todas las inconsistencias. Los espectáculos musicales nunca se realizaban. Las empresas y personas que recibían los préstamos para comprar dólares en el mercado local con los que pagar por esos shows no tenían relación alguna con el mundo del espectáculo. El dinero, sospechan en el Ministerio de Justicia, era luego reingresado vía dólar cable o dólar financiero.

“El ciclo en la operatoria, que podría durar sólo días, habría permitido obtener a los administradores de la estructura beneficios económicos extraordinarios en el muy corto plazo (al hacerse de los fondos correspondientes a la diferencia entre la obtención de los dólares a la cotización oficial en entidades financieras argentinas, y la venta de títulos públicos ingresados desde el exterior al valor del contado con liquidación), aprovechando la brecha cambiaria existente entre ambos valores (que a la fecha de realizadas las operatorias, era superior a la del dólar oficial versus la del dólar del denominado mercado «negro» o dólar «blue»).”

Tarjetas viajeras

La tercera modalidad ya había sido dada a conocer en el pasado. El nuevo informe la describe como “Consumos con tarjetas de débito en el exterior”. Fue muy utilizada poco después de la pandemia, cuando el Banco Central era permisivo para los gastos en el exterior de los argentinos que habían quedado varados fuera del país en tiempos de pocas conexiones aéreas. Y en momentos en que la cantidad de tarjetas de débito había explotado por el pago de asistencias sociales como el Ingreso Familiar de Emergencia.

El documento describe que organizaciones aprovecharon esas tarjetas de débito en manos de personas de bajos recursos para fondearlas con depósitos en efectivo a través de terminales de autoservicio (otra vez, la forma más difícil de rastrear) y, luego, esas tarjetas realizaban consumos en el exterior. Los comercios que cobraban esos consumos resultaban ser de propiedad de personas con nacionalidad argentina que, luego, reingresaban las divisas obtenidas al país.

Los dueños de esas tarjetas de débito jamás viajaban. Las que viajaban eran las tarjetas o, a lo sumo, hacían sus compras online. En tiempos en los que el dólar turista era mucho más conveniente que el informal o el financiero, la maniobra tuvo su auge.

Seguir leyendo:

Guardar