El dato de inflación de enero abrió un nuevo debate sobre todos los motivos que impulsaron el 6% de la medición del Indec. Desde el equipo económico atribuyeron la suba mayor que la prevista al impacto de los precios estacionales y de los regulados. Un indicador privado, el único que mide la inflación “sin estacionalidad” y que comenzó a ser publicado el mes pasado, contradice ese argumento e indica que, sin el impacto de los precios estacionales, la inflación de enero fue aún más alta, de 6,4% el mes pasado.
La polémica queda instalada. El argumento de la estacionalidad lo usó ayer el Banco Central para fundamentar su decisión de no modificar la tasa de interés. “La aceleración mensual en el ritmo de aumento del IPC se explicó casi en su totalidad por aumentos en las categorías Estacionales (fundamentalmente verduras y turismo) y Regulados (especialmente transporte, gas y comunicación), mientras que la inflación Núcleo, que refleja el comportamiento más tendencial del nivel general de precios, se ubicó en un nivel similar al de diciembre (5,4%, +0,1 p.p.)”
Algo similar había hecho el viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein mediante un comunicado de la Secretaría de Política Económica que conduce. Allí se indicó que “en el muy alto registro de enero” influyeron diversos factores como el aumento del precio de las frutas y las verduras, producto no sólo de la época del año sino también de la sequía y las heladas; el impacto de los precios regulados tanto tarifas de servicios públicos, transporte, prepagas y comunicación, además de aquellos precios vinculados al turismo. Sin esos factores, afirmó Rubinstein, “los fundamentos macro (fiscales, monetarios y cambiarios), son consistentes con un IPC del 4% o menos”.
Sin embargo, la medición elaborada por el economista de la Universidad Di Tella, Martín Rozada, director de la Maestría en Econometría de esa casa de estudios, arrojó un resultado diferente: “En enero, los factores estacionales ayudaron a que la medición oficial de la inflación fuera 0.4 puntos porcentuales menor que sin estacionalidad”, apuntó el informe en el que se señaló que “el Índice de Precios al Consumidor nacional sin estacionalidad (IPCse) aumentó un 6,4% en enero, luego de haber aumentado un 5.4% en diciembre”.
El IPCse apunta a analizar la evolución de los precios en el corto plazo, permitiendo comparar el dato de inflación entre meses sin la influencia de los patrones estacionales, explicó el propio Rozada, quien agregó que “además, se podrá cuantificar el impacto del movimiento estacional en cada mes”. El Indec no produce esta versión del indicador por lo cual para desarrollar esta medición, el economista replicó la metodología del Bureau of Labor Statistics (BLS) de Estados Unidos, que desestacionaliza, en ese país, Price consumer index for all urban consumers (Índice de precios al consumidor para los consumidores urbanos).
La idea de este tipo de indicadores es distinguir entre efectos que normalmente ocurren en la economía en el mismo momento y en similar magnitud cada año, de los movimientos de precios más vinculados a la política económica. Entre los primeros se cuentan “los movimientos de precios resultantes de fenómenos meteorológicos, ciclos de producción, vacaciones, cambios de estación, entre otros. que incluso pueden ser diferentes en las distintas regiones del país”, se explicó en la presentación del IPCse.
El indicador de enero, por caso, confirma que en la categoría alimentos y bebidas la estacionalidad tuvo impacto en la medición oficial ya que los precios del rubro aumentaron 6,8% según el Indec y 6,5% de manera desestacionalizada. Ocurre todo lo contario, en cambio, y en mucha mayor magnitud, con la división de prendas de vestir y calzado. Mientras que para el Indec, el incremento fue de apenas 2,3%, sin el factor estacional la suba fue de 5,6% mientras que lo mismo ocurre con “equipamiento y mantenimiento del hogar” cuyos precios avanzaron 5,4% en la medición oficial y 6,2% de acuerdo al IPCse. Educación es el tercer rubro donde la mayor diferencia entre ambas mediciones explica por qué, a pesar del discurso oficial, la inflación medida sin estacionalidad es más alta.
El reporte también incluye la medición de inflación “subyacente”, a la que define como el cambio porcentual en el nivel general del IPCse menos el efecto de los índices de precios bienes y servicios regulados o con alto componente impositivo y que se ubicó en de 6.5 por ciento después de haber aumentado un 5.4 por ciento en diciembre. “El valor de enero fue impulsado por las regiones noreste y noroeste. En términos interanuales la inflación subyacente en las regiones del GBA y patagonia ya superó el 100% en enero”, aportó.
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