El Índice de Precios al Consumidor (IPC) atravesó un período de desaceleración entre agosto y diciembre pasado, pero de acuerdo a los especialistas, las condiciones están dadas para que la inflación vuelva a dar un salto y arranque el año en un valor cercano al 6%.
Para los economistas, las subas estacionales de enero, especialmente las vinculadas al turismo, empujarán al IPC general hacia arriba. Además, advierten que hay algunos ajustes programados pendientes y sostienen que el comportamiento de los “alimentos y bebidas” apunta a una aceleración de la inflación.
La inflación de diciembre se ubicó en 5,1%, según infirmó ayer el Indec. Con ese registro, la variación de precios durante todo 2022 ascendió a 94,8%, la más alta desde 1991, año en que el índice marcó 84% anual. El dato mensual estuvo ligeramente por encima de la expectativa instalada por el propio ministro de Economía, Sergio Massa, quien había anticipado que el IPC del mes pasado se ubicaría por debajo de 5%, como ocurrió en noviembre.
Rebote inflacionario
Hace poco el Gobierno celebró la desaceleración de precios registrada en noviembre (el IPC mensual fue menor al 5% después de ocho meses), que se mantuvo en diciembre.
Sin embargo, Fausto Spotorno, director del Centro de Estudios Económicos de Orlando J. Ferreres y del Instituto de Economía de UADE, analizó el comportamiento de los precios partiendo de los resultados del último mes del año pasado. “En diciembre medimos un IPC general del 6%, pero observamos que la inflación núcleo estuvo en el orden del 5,1% y los alimentos en 4,8%. Si esto se sostiene en enero, la inflación total seguirá siendo alta”, advirtió.
“Además, hay varias subas estacionales, como las vinculadas al turismo, que sin duda van a incidir en enero. La tendencia que estamos viendo es de entre 5% y 5,5% para la inflación núcleo, mientras que la total oscilaría entre 5,5% y 6%”, comentó el experto.
Camilo Tiscornia, Director de C&T Asesores Económicos, coincidió en que enero es un mes con muchas subas estacionales relacionadas al turismo y el esparcimiento. “La inflación puede arrancar por encima del 6%. En nuestro caso, en diciembre medimos un avance del IPC del 6,2% y la tendencia podría mantenerse”, sostuvo.
“El rubro de esparcimiento muestra una suba importante este mes. También subieron las prepagas y se aceleró la suba de los alimentos”, cerró Tiscornia.
Por su parte, desde la consultora LCG señalaron que la proyección de inflación minorista ronda el 5,3% mensual e indicaron que, durante la primera semana del año, el índice de alimentos y bebidas que mide la consultora marcó un incremento del 2,3% s/s (semana a semana), el mayor valor en doce semanas.
“Se observó una aceleración de 1,5 puntos porcentuales respecto a la semana previa, principalmente impulsado por un aumento de las frutas del 8% y de las comidas listas del 5%. Adicionalmente, esta semana el porcentaje de productos con aumento de precios escaló al 40% de la canasta, marcando el valor más alto de toda la serie relevada (desde 2020)”, apuntaron.
Cabe aclarar, que el rubro de “alimentos y bebidas” es siempre el que mayor incidencia tiene sobre el Índice de Precios al Consumidor. Por tanto, la aceleración de precios que LCG observa en ese ítem particular, refuerza las proyecciones de “inflación alta” en enero.
Resulta interesante también repasar cuál fue el IPC proyectado por los analistas consultados en el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central (BCRA). Según los 10 mejores pronosticadores, la inflación avanzará 5,7% en enero y se mantendrá por encima del 5,5% mensual al menos hasta julio.
Además, proyectan que el 2023 terminará con un avance del IPC del 101,1%. De cumplirse ese pronóstico, se llegará a la temida inflación anual de tres dígitos, algo que el Gobierno logró evitar en 2022 con la implementación de varios acuerdos de precios antes del cierre del año.
De cualquier forma, las proyecciones de los especialistas dejan claro que no hay indicios de una potencial desaceleración de precios en el corto plazo.
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