Aunque en los últimos tres años se acumuló una inflación de 291% -a noviembre último-, el dato esconde un escenario de precios que está lejos de ser homogéneo. No todos los precios acompañaron esa dinámica, algunos ni siquiera estuvieron cerca de ese nivel de suba mientras que otros superaron largamente esa cifra.
Es lo que la consultora Abeceb, del ex ministro de Trabajo y Producción, Dante Sica, denominó como “la economía bipolar”, título del informe en el que analiza los precios que quedaron retrasados y cuáles impulsan la inflación.
De acuerdo al análisis, “la economía bipolar es una característica de esta gestión en la que los valores regulados por el Gobierno corren muy por detrás de la inflación, pero igual no logran detener la escalada. A pesar de la política de pisar los aumentos, en 2022, la inflación duplicó a la del año anterior llegando casi al 100 por ciento”.
El valor del dólar libre, del dólar oficial o del dólar tarjeta, son precios altamente difundidos y conocidos por el público. En contraste, nadie sabe hoy exactamente cuánto vale un par de zapatillas o alquilar un departamento de un solo ambiente, por tomar dos ejemplos completamente disímiles. Es que, cuanto más elevada es la inflación, mayor es la distorsión de precios relativos: es muy difícil el seguimiento de precios que varían tan velozmente.
“La mayor inflación es un problema de la macroeconomía relacionada directamente con el déficit fiscal y la emisión; no con acciones de los empresarios ni con las dinámicas de la actividad sectorial”, aseguró el análisis, que agregó que “tampoco hay duda alguna de que una inflación en estos niveles tiene como resultado una mala asignación de recursos de los argentinos, quienes terminan gastando más en lo que podría haberles salido menos y obligándolos a ajustar su consumo.
¿Qué precios están atrasados?
En este contexto, las tarifas eléctricas son las más relegadas con un alza acumulada del 65% (contra casi 291% de la inflación) a pesar de los últimos aumentos implementados, incluyendo la segmentación tarifaria; le siguen las tarifas del servicio de agua con un incremento del 164%; los pañales y el arroz, con un avance del 216%; y el pan francés, que aumentó 284 por ciento.
Las jubilaciones también quedaron atrasadas con una suba del 289%, impactando en el poder de compra y la calidad de vida de los adultos mayores, uno de los sectores que, junto con los salarios del sector informal, más pérdida de poder adquisitivo registró.
El tipo de cambio oficial, en tanto, es también uno de los precios más atrasados con un incremento del 168%, mientras que, por el contrario, el dólar blue creció el 352% superando la inflación acumulada.
¿Qué precios le ganaron a la inflación?
Los salarios registrados en promedio tuvieron un margen equilibrado con el 297%, aunque no corrieron la misma suerte los salarios informales, el sector más golpeado en la evolución de sus ingresos reales en los últimos años.
La inflación de alimentos, en tanto, exhibió una suba del 310%, a pesar de los programas de Precios Cuidados, ahora devenido en Precios Justos, los congelamientos, los diferentes controles, las inspecciones y los acuerdos. Ese nivel incluye por ejemplo la suba de la leche entera por litro que tuvo un alza del 320%, el aceite con el 456% y el azúcar con el 490%. Estos tres productos, por caso, siguen al tope de la lista de los bienes con mayor aumento. A pesar de la descaleración de la categoría en noviembre pasado, la leche entera en sachet aumentó un 4,8% el aceite de girasol un 1,8% y el azúcar 2,5% mientras que con una suba de y el 5,9%, el pan francés se ganó el podio el mes pasado.
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