El Índice de Precios al Consumidor (IPC) avanzó 4,9% en noviembre y confirmó una tendencia de desaceleración respecto a los meses anteriores. En gran medida esto se explica por la relativa estabilidad del rubro de “alimentos y bebidas no alcohólicas”, que tuvo una variación de 3,5%, quedando 1,4 puntos porcentuales por debajo del promedio general.
De esta forma, los productos alimenticios conformaron el ítem con menor variación dentro del IPC del mes pasado, aunque aún así fue el que mayor incidencia tuvo en el índice de casi todas las regiones del país. Únicamente en Gran Buenos Aires hubo un rubro que empujó más a la inflación que los alimentos. Se trata de “viviendas, agua, electricidad, gas y otros combustibles”, donde están contempladas las tarifas de servicios públicos.
Los que más subieron
De acuerdo a la lista de precios de alimentos y bebidas publicada por el Indec, en base a los datos relevados en el Gran Buenos Aires, los productos que más subieron en noviembre fueron frutas y verduras con alto grado de estacionalidad.
El alimento que mayor incremento tuvo fue la lechuga, cuyo precio kilo tuvo una variación del 37,5%. Le siguieron el limón (27,8%), la banana (26,1%)y la batata (22,1%).
Recién en el quinto lugar del ranking de incrementos aparece un comestible no vegetal. Se trata de las galletitas dulces envasadas de 150 gramos, que tuvieron un incremento de 17,5%. Más atrás aparecen zapallo anco (15,1%), manzana deliciosa (12,8%), sal fina (9,8%), salchichón (7,1%) y yogur (6,8%).
Los que bajaron
Aunque la mayoría de los productos alimenticios aumentó de precio entre octubre y noviembre, también hubo algunos que redujeron su valor, aunque las bajas fueron menos significativas.
Al igual que ocurrió con las subas, los tres productos que más bajaron el mes pasado son verduras. El que más se abarató para el bolsillo de los consumidores fue el kilo de tomate redondo, que de acuerdo a los valores relevados por el Indec bajó 14,3%. Apenas menor fue la reducción de valor del kilo de cebolla (-14,1%).
Los otros alimentos que siguieron la misma tendencia fueron la papa -7,8%), la carne picada común (-3,2%), el kilo de cuadril (-1,2%) y la paleta (-0,5%).
Acuerdos de precios
La desaceleración de los precios de los alimentos no es casual ni implica necesariamente una mejora real del problema inflacionario. Un factor determinante en el IPC de noviembre fue la entrada en vigencia del programa Precios Justos, que reguló los precios de 1.900 productos de consumo masivo por un plazo de 120 días.
El programa se desarrolló en base a un acuerdo con 100 empresas que representan más del 85% del consumo masivo del país. Si bien en el primer mes de implementación se observaron algunos faltantes, el resultado del Índice de Precios al Consumidor demuestra que la iniciativa ayudó a contener el valor de los alimentos y bebidas, al menos durante el mes de noviembre.
De todas formas, los resultados puntuales de noviembre no compensan lo ocurrido durante el resto del año. Según el informe publicado por el Indec, los alimentos y bebidas no alcohólicas acumularon un 86,3% de aumento entre enero y noviembre, un porcentaje que supera por un punto porcentual al IPC general de ese período.
Por otro lado, solo hay tres ítems dentro de la medición del IPC que superan la suba acumulada de los alimentos. Se trata de “prendas de vestir y calzado”, con un aumento del 112,2% en lo que va del año, “restaurantes y hoteles” (94,8%) y los precios contemplados en “bienes y servicios varios”.
El resto de los rubros subieron menos que los alimentos y ninguno ha tenido una incidencia tan alta en la inflación del 2022 como los productos alimenticios.
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