Furor por los Petit Hoteles: cómo se rescatan joyas porteñas, fieles testigos de la Belle Époque

Los Petit Hoteles son el fiel testigo de una época dorada de la aristocracia porteña de principios del siglo XX, se levantaron en pleno tiempo de la Belle Époque cuando varias familias pudieron llevar adelante obras que perduran en nuestro tiempo y muchas están siendo rescatadas para formar parte de nuevos proyectos que combinan viviendas con oficinas y locales comerciales.

En su mayoría tienen protección patrimonial por parte del Gobierno porteño y quienes trazaron los emprendimientos deben conservar fachadas originales y edificar sobre la construcción existente ganando metros cuadrados aéreos o laterales si existe la posibilidad.

Expertos argumentan que es una buena la posibilidad que se rescaten estas construcciones que fueron hechas con materiales importados y brindan un toque europeo a la ciudad. Pero es decisivo que se hagan con mucho criterio y respetando las características de verdaderas “joyas arquitectónicas”.

Entre ellos un Petit Hotel catalogado de Patrimonio Histórico que fue levantado entre 1910 y 1913 se reconvertirá en un proyecto de viviendas premium en Arenales al 1300, en Recoleta, en el llamado Distrito Arenales, lugar que reúne locales de arte y diseño.

Una desarrolladora privada hizo el acuerdo por la construcción con una rama de los Anchorena, una familia de la aristocracia porteña que no pertenece a quienes fueron los que hicieron edificar el Palacio San Martín donde se encuentra la cancillería dependiente del Ministerio de Relaciones Exteriores situado frente a la Plaza San Martin en el barrio de Retiro y que también es conocido como “Palacio Anchorena”.

El proyecto que remodelará y ampliará el actual palacete demandará USD 12 millones; la edificación empezó hace tres meses y se estiman dos años de obras.

“La construcción histórica tiene 2.000 m2 y se conservará su frente. Pasará a contar con una estructura de 9 pisos en los que habrán departamentos, estudios y dúplex de 1, 2 y 3 ambientes, de entre 55 y 136 m2, que se edificarán reformando los niveles superiores de la casa y construyendo por detrás un volumen retirado para respetar la vista de la fachada original desde la calle”, destacó a Infobae uno de los desarrolladores del proyecto.

Las propiedades que actualmente se comercializan tienen un valor promedio de USD 3.500 por metro cuadrado.

Para el proyecto convocaron a Lacroze Miguens Prati arquitectos, estudio de reconocida experiencia en rehabilitación de edificios patrimoniales. El desafío está en lograr la puesta en valor de la arquitectura tradicional del barrio y al mismo tiempo, proponer unidades de categoría con diseño contemporáneo.

Además, cuenta con una terraza de vistas abiertas a la ciudad con piscina, solárium y quincho. La parte por restaurar recuperará los salones originales ofreciendo un espacio al frente sobre calle Arenales, más un amplio primer piso con balcón corrido y acceso a través de una escalera imperial.

Hay otros antecedentes de edificaciones y obras icónicas que se recuperaron como la Mansión Aberg Cobo, la ampliación del Palacio Paz, Maisón Thames y el Palacio Cabrera, entre otros, ubicadas en distintos barrios de Buenos Aires.

Miembros de la familia Anchorena contaron la historia de su casa y recordaron celebraciones, encuentros y grandes momentos. Sienten orgullo de poder revalorizar ese hogar, en el que hasta hace unos días vivían algunos descendientes.

Por la casa pasaron 5 generaciones de la familia, una de las más ilustres de la sociedad porteña. Allí se realizaron infinidades de eventos y reuniones sociales familiares e incluso, desde 1989 hasta 2005, se transformó en un salón de eventos muy reconocido en Recoleta.

Entre otras actividades que nacieron bajo las paredes de este petit hotel, la nieta de los fundadores dio inició allí a la hoy muy reconocida colecta Más por Menos que se hacía en el primer piso donde funcionaba el “Salón Arenales”.

Las características arquitectónicas de la casa son muy tecnológicas para la época en la que se construyó, cuenta por ejemplo con dos ascensores, algo inusual en las construcciones de esos tiempos de la Belle Époque, informaron voces especializadas.

El estilo de la edificación es afrancesado, los arquitectos fusionarán lo mejor de este clásico con la tecnología de la arquitectura moderna.

La vivienda la mandó a construir Manuel Baldomero de Anchorena, el propietario original que la utilizaba como su domicilio particular. En 1918 se casó con María Martha de las Mercedes Cantilo, y en 1920, nació Tomás Manuel (que es el abuelo de la última generación).

Manuel Baldomero murió en 1953 quedando Martha y Tomás Manuel viviendo en la casa.

En 1959 Tomas Manuel se casa con María Teresa Biaus y tienen 7 hijos entre 1960 y 1970, que son los que estuvieron habitando la casa hasta que la desarrolladora la compró para hacer el proyecto que fue denominado Casa Anchorena.

“El estilo de la edificación es afrancesado, los arquitectos fusionarán lo mejor de este clásico con la tecnología de la arquitectura moderna. La construcción original mantiene boiseries, vitrales y pisos de madera intactos. Además de un amplio primer piso con balcón corrido y acceso a través de una escalera imperial”, amplió uno de los desarrolladores.

En la señorial Avenida Alvear al 1600 salió a la venta un Petit Hotel de 560 m2 valuado en USD 6.200.000, que pueden negociarse a cambio de metros cuadrados futuros (como se hace en el caso de muchos emprendimientos) o acordar también formas de pago como parte de la operación, informaron desde la inmobiliaria que lo comercializa.

Carlos Boero, experto del sector, sostuvo a Infobae que “renovar un Petit Hotel siempre es un reto desafiante en el que hay un gran compromiso con el respeto y la conservación o la reinterpretación de su esencia y es también un proyecto aspiracional para los desarrolladores que logran encontrar el valor agregado para un inmueble único”.

Por su distribución podría reconvertirse en un lugar residencial de alta gama o renta temporaria con membresía del Palacio Duhau por estar en frente.

“Aunque podría ser para destino comercial, desde un restaurante exclusivo, o una galería de arte, joyería o incluso sede de oficinas de alguna empresa”, amplió Boero.

Este Petit Hotel de 90 años de antigüedad está dentro las Áreas de Protección Histórica (APH) que cataloga el Gobierno porteño y posee una restricción de demolición del frente y por código urbanístico podrían edificarse entre dos y tres pisos más.

Se encuentra desarrollado en planta baja, entrepiso y primer piso, vinculados por dos escaleras y un ascensor en impecable estado, aunque pisos, paredes y techos no resistieron el paso del tiempo y tienen que implementarse refacciones. Posee balcón, jardín y terraza.

En este edificio hubo una pinacoteca y galería privada de arte europeo. A su vez, fue la casa de Hermès en Argentina.

“Hoy está vacío y también fue la casa central de la marca de ropa italiana Ermenegildo Zegna”, precisó Boero.

Un caso particular es donde se comercializan dos Petit Hoteles linderos sobre Libertad al 1200. Están en muy buen estado y actualmente tienen alquilados los locales de la planta baja y suman 30 departamentos que se alquilan temporariamente por día, por semana o mes.

Hay de distintas tipologías, monoambiente o de dos y tres ambientes. Son flexibles y disponen de cocina y baño. Y algo particular es que tiene piscina.

Están en venta por USD 2.700.000 o por USD 1.400.0000 cada uno. “Tienen vistas amplias y abiertas, son luminosos y bien ventilados, algo muy valorado desde que llegó la pandemia. Al frente da a una casona y los jardines de la escuela de la SIDE; al contra frente y laterales bordea el Pasaje Libertad, brindando a partir del 3 piso un panorama hacia toda la manzana”, comentó a Infobae Gonzalo Garriga Lascano, especialista del segmento.

Los edificios se encuentran emplazados en una zona afectada por Unidades de Sustentabilidad de Altura Alta (USAA) con la posibilidad de construcción de subsuelo, planta baja más 9 pisos. En este caso no están catalogados como de patrimonio histórico.

Hay varios interesados en comprarlos porque (ambos tienen entradas independientes) aplican para embajada, clínica médica, poli consultorios, oficinas, departamentos estilo Airbnb, o incluso para para entidad educativa.

Actualmente cada edificio tiene un local comercial + 15 departamentos que van de 35 m2 a 100 m2. Con una superficie total de 2.500 m2.

Garriga Lascano, concluyó que uno tiene 90 años de antigüedad y el otro se hizo hace 45 años. “Fue una réplica del otro. Lo importante es que son construcciones señoriales que pueden ampliarse hasta llegar a 9 pisos, algo que ponderan los desarrolladores para tener éxito en los proyectos que trazan”.

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