Ortodoxo pero no ultra-ortodoxo, sabedor de las limitaciones que suele imponer la política, Gabriel Rubinstein es un economista de sólida formación académica, cierta experiencia en la gestión pública y dilatada trayectoria como consultor económico, hace casi veinte años como titular de la consultora Gabriel Rubinstein & Asociados.
El pronto a asumir como secretario de Programación Económica aprendió y cultivó del prestigioso economista y consultor Ricardo Arriazu el hábito del análisis económico en base a estudios de balances empresarios, del Banco Central, de los datos de consumo y ahorro, los informes bancarios, para entender los principales flujos monetarios y de bienes de la economía y de su interacción, y durante muchos años trabajó también en el estudio de Miguel Ángel Broda, donde afiló aún más las herramientas de análisis y seguimiento de la coyuntura.
Luego, entre 2002 y 2005, durante la gestión ministerial de Roberto Lavagna fue su representante en el Banco Central, lo que le permitió apreciar las posibilidades y limitaciones que se deben tener en cuenta cuando se trabaja en un entorno político y en el marco de la burocracia y las instituciones del Estado.
Como virtual viceministro de Economía, Rubinstein será el encargado de darle consistencia macroeconómica al torbellino de medidas que ha ido adoptando y seguirá adoptando la gestión de Sergio Massa,
Interlocutores
Además, será el interlocutor más habitual con el equipo del FMI responsable del seguimiento del acuerdo con la Argentina, desde la directora gerente, Kristalina Georgieva, pasando por el director del Departamente Hemisferio Occidental, el brasileño Ilan Golfajn, hasta el jefe de la “misión argentina”, el venezolano Luis Cubeddu. Sería extraño, además, que prescinda de aconsejar a Massa de designar como representante argentino en el directorio del Fondo a un economista de confianza, en reemplazo de Sergio Chodos, un abogado que durante 31 meses hizo de “alter ego” del renunciado Martín Guzmán.
Numerosos escritos, declaraciones e intervenciones en redes sociales dan cuenta de su visión, en los que trasuntaba una fuerte expectativa positiva de que la llegada de Massa revitalice al gobierno de Alberto Fernández. “La lectura de la posible asunción de Massa es positiva, más aún en un contexto de caos como el actual. Alberto Fernández ya perdió demasiada credibilidad. Estamos en vísperas de un cambio con más orden y mayor aval político a la gestión económica”, tuiteó una entrevista por radio Colonia, antes de su designación.
Luego, la confirmación se demoró algunas semanas, pero refleja la determinación de Massa de contar con un economista de fuste como coordinador de un equipo en el que la parte más importante, la cintura y la capacidad política de implementar las medidas necesarias para encauzar la economía, seguirán claramente estando a cargo del propio ministro, cuyo estilo no podría permitir otra cosa.
“Gabriel es un gran profesional que deberá enfrentar un entorno muy desafiante y crítico. Su capacidad profesional y personal le aportará mucho al gobierno. Probablemente será con su visión de equilibrio general lo que más aporte hará a las medidas que deba tomar el gobierno”, dijo Pablo Repetto, hoy director de Research de Aurum, un agente de Liquidación y Compensación (Alyc), que trabajó con Rubinstein durante casi veinte años, desde 2003 hasta el año pasado.
“Los condicionantes políticos para llevar adelante esas medidas seguramente será uno de los desafíos más complejos que deberá afrontar Gabriel”, dijo Repetto. “Lo principal será que logre recomponer la demanda de pesos, algo que sigue sobresaliendo como un riesgo grande en la macro. Lo fiscal y lo cambiario también son frentes de potencial desestabilización para el ordenamiento macro que deberá conseguir”.
“Rubinstein es un excelente profesional, con experiencia y muy consciente de las limitaciones que todo cambio conlleva. Si tiene un buen aval político creo que tendrá una excelente gestión. Todos queremos que a la Argentina le vaya bien y una buena gestión en economía será la base para -esperemos- una recuperación”, dijo por su parte Diana Mondino, economista y profesora del Ucema (Universidad del Centro de Estudios Macroeconómicos de la Argentina).
Es de esperar que los claros avales de la “ortodoxia” y el “liberalismo” a la capacidad profesional de Rubinstein no le jueguen en contra en una coalición de gobierno en que el kirchnerismo sigue siendo el socio mayor. Pero claramente, el aval político es trabajo del ministro Massa, que lo eligió, esperó y confirmó como su segundo en el que es hoy, sin duda alguna, el ministerio más importante del gobierno de Alberto Fernández.
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