El año pasado el gasto público consolidado de las provincias más la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) fue de $ 7,5 millones de pesos, un 105,4% más que en 2019 y un 56,5% más que en 2020, en que los niveles habían sido de 3,7 y 4,8 billones de pesos, respectivamente.
Si se descuenta la inflación del período, resulta que el gasto consolidado provincial cayó 2,5% respecto de 2019 y creció 5,5% respecto de 2020. A su vez, cayeron también en moneda constante los intereses de deuda: 52,7% respecto de 2019 y 15,8% respecto de 2020, precisa un estudio de Nadin Argañaraz y María José Nieto, director e investigadora del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf).
En Base a información de la Dirección Nacional de Asuntos Provinciales y los índices de precios del Indec, el informe analiza la evolución y estructura de las cuentas públicas conjuntas de las 24 jurisdicciones y enfatiza las diferencias entre 2021 y 2019, por ser este el último año de prepandemia.
Una de los hallazgos del trabajo, al analizar el gasto consolidado subnacional, es que en 2021 perdió peso en la economía, pasando del 16,8% del PIB en 2019 al 17,5% en 2020 y a 16,2% “verificado” en 2021. Esto ocurrió, dicen los autores, a pesar del aumento real del gasto del conjunto de las provincias más CABA, pues creció menos que la economía.
Las partidas de gasto que más crecieron entre 2019 y 2021 fueron la inversión financiera (41,8%), bienes y servicios (12,9%) y transferencias corrientes (11,8%), que representaron una expansión del gasto (en pesos constantes de 2021) de $ 34.946 millones en inversión financiera, $82.946 millones en bienes y servicios y $181.252 millones en transferencias.
Ahora que en materia de política económica la voz de orden es el “ordenamiento fiscal”, el secretario de Hacienda, Raúl Rigo, y el ministro de Economía, Sergio Massa, probablemente vean allí argumentos y números para exigir a las provincias que recurran a sus saldos financieros antes que a pedir más recursos del Tesoro nacional.
En el sentido contrario, los gastos en personal, las prestaciones de seguridad social, la inversión real directa y las transferencias de capital cayeron en términos reales entre el 5,3 y el 9,9 por ciento. A valores de 2021, la reducción del gasto en personal fue de $ 179.867 millones, precisan los autores del estudio. En consecuencias, estos ítems perdieron peso en la estructura del gasto provincias, 2,4 puntos porcentuales en el caso de los salarios y 0,7% en el caso de jubilaciones y pensiones.
Notablemente, el ratio entre el gasto total de las 24 jurisdicciones y el PBI del país fue el más bajo desde 2013, en tanto el del gasto primario fue el más bajo desde 2012.
En cuanto a los recursos con que contaron las provincias y CABA, el consolidado del año pasado fueron $ 7,6 billones, 116,1% y 60,6% por sobre los valores nominales de 2019 y 2020, equivalente a mejoras reales de 2,5 y 8,2% respectivamente.
Aunque los ingresos corrientes siguen siendo la parte del león de los recursos provinciales, los de capital crecieron mucho más fuertemente, impulsados principalmente por las transferencias del gobierno nacional.
Por último, en cuanto al resultado fiscal (diferencia entre ingresos y gastos), los 24 distritos consolidados cerraron 2021 con superávit primario y fiscal (incluyendo intereses de deuda) de $ 264.684 millones y $ 89.230 millones respectivamente, contra un déficit (siempre en valores constantes) de $ 294.946 millones en 2019. De este modo, mientras en 2019 las provincias más CABA tuvieron un déficit conjunto equivalente al 0,64% del PBI, en 2021 pasaron a terreno positivo, por 0,19% del PBI.
Se trata, subrayan Argañaraz y Nieto, del cuarto año consecutivo con superávit primario para el consolidado de jurisdicciones provinciales y el primero desde el 2010 con resultado fiscal (primario más intereses de deuda) positivo.
“Dependiendo de las reestructuraciones de deuda que haya hecho cada jurisdicción, en los próximos años la cuenta de intereses reflejará niveles específicos”, concluyen los autores. “La señal más concreta es la que brinda el superávit primario sostenido durante los últimos cuatro años”.
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