En un raid mediático, el flamante secretario de Producción, José Ignacio de Mendiguren, dijo hoy que el problema más grave de la economía es la escasez de reservas y admitió que el dólar oficial está “un poco” retrasado, pero que el equipo económico encabezado por Sergio Massa evitará una “devaluación brusca” porque eligió reducir la brecha cambiaria “bajando el techo” de los dólares financieros, cuyos precios consideró que “no tienen sustento”.
“El problema graves a corto plazo es el de las reservas” dijo el funcionario en la radio Futurock, aunque afirmó que a partir de septiembre la cuestión se atenuará por la reducción de las importaciones de gas y porque hacia fin de año la Argentina exportará cerca de USD 90.000 millones y tendrá un superávit comercial de entre 12.000 y 13.000 millones, según explicó en el programa “Cómo la ves”.
Antes, había expresado conceptos parecidos en radio Con Vos, al justificar el racionamiento de dólares. ¿Hay dólares para importar? le preguntaron en el programa Spoiler, a lo que de Mendiguren respondió “Por el momento, para todo lo que se necesita, no”. Es un problema, explicó, al que el nuevo equipo económico le “está poniendo todo el foco”. Por suerte, dijo, es “un problema coyuntural, no estructural”.
Dólares “descuidados”
Además, aprovechó la oportunidad para criticar la gestión previa tanto de Economía como del Banco Central al señalar: “la Argentina este año y en 2021 generó dólares, pero el año pasado tal vez no los cuidamos como deberíamos”. Después, prosiguió, “nos cayó este rayo que fue la suba de la energía con el precio del gas que aumentó de 8 a 50 dólares (el millón de BTU)”, algo que –dijo- “no podía saber nadie” (en verdad, el precio promedio de las importaciones argentinas de gas por barco pasó de poco más de 8 en 2021 a poco menos de 30 en lo que va de 2022 y es de cerca de 13 en el caso de las compras de gas a Bolivia).
En ese contexto, señaló, “hasta que estabilicemos la macroeconomía, que estuvo tan desordenada, como está la del mundo por las dos guerras que tenemos, tenemos que priorizar el uso de las reservas”. Como ejemplo de los problemas que mientras tanto se presentan dio el de su propia fábrica de calzados en la que –dijo- tiene un stock de 11.000 pares que no puede completar por falta de plantillas, cuestión que –aseguró- se normalizará a medida que la economía se estabilice.
En ambas apariciones radiales de Mendiguren dijo que el gobierno reducirá la brecha cambiaria “bajando el techo” de los dólares alternativos. “Estamos atacando un montón de operaciones non sanctas”, señaló sobre la subfacturación de exportaciones y sobrefacturación de importaciones denunciadas por la Aduana y que, según informó ayer el propio ministro Massa, involucran a 722 empresas.
Consultado sobre si Cristina Kirchner tenía razón cuando denunció un “festival de importaciones”, de Mendiguren respondió: “creo que sí, los hechos lo están demostrando. No es opinable o ideológico, es una realidad, y ahí se fueron muchos dólares”. Aunque no fue preciso sobre el monto, replicó que (Guillermo) Michel (el director de la Aduana) “está muy fuerte en eso, te aseguro que es mucho”.
El funcionario descartó de plano la posibilidad de una “devaluación brusca”. El dólar oficial, admitió, “puede tener algún nivel de retraso, pero cuando uno mira la línea histórica, no es un mal dólar para la Argentina. Lo que no tienen ninguna lógica sustentable es el valor que tiene el dólar paralelo”.
Ante el problema de la amplia brecha cambiaria, dijo de Mendiguren, hay dos soluciones posibles, la tradicional de una devaluación brusca, que descartó por su efecto sobre la inflación y los salarios (“preguntale a Prat Gay”, chicaneó) y la otra es bajar el techo de los dólares financieros y “no dejar atrasar el piso” del dólar oficial.
La reducción de la inflación, dijo, tiene “un componente macroeconómico” y otro de “ordenamiento de expectativas”. Además, intentó justificar, “la inflación argentina no es común, sino producto de la pandemia, la vemos en el mundo. EEUU cayó en la inflación más alta desde la segunda guerra mundial, la multiplicaron por cinco. Ellos emitieron para que no se caiga el nivel de actividad. La Argentina hizo lo mismo”.
2002, devaluación y tarifazo
En cuanto al tarifazo de luz, gas y agua para reducir los subsidios y el gasto y déficit fiscales, de Mendiguren dijo que Massa está poniendo “los problemas sobre la mesa” y que los aumentos buscarán “no perjudicar a los que han tenido tarifa social; otras veces salimos a lo bestia, poniendo tarifas enormes. Lo que ahora se estudia es cómo compatibilizar las inversiones en el sector con lo que pueda pagar la gente”.
“Estamos mejor que hace dos semanas, no me caben dudas, y en otras dos semanas estaremos, aunque tal vez hay gente que prefería otra cosa”, dijo de Mendiguren, apuntando a economistas de la oposición que según él querían que se “reperfilara” la deuda en pesos y se aplicara una “devaluación brusca”.
¿No fue lo que se hizo en 2002? le preguntaron, a lo que de Mendiguren dijo que “en 2002 la devaluación provino del agotamiento del modelo” y que el equipo económico que entonces integró se “hizo cargo de la explosión” a partir de un acuerdo político. “A mí me llamaron Duhalde y Alfonsín”, recordó. Eso sí, se negó a responder quién será el viceministro de Massa, limitándose a señalar que Gabriel Rubinstein no está en el grupo de WhatsApp del equipo económico.
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