Inflación y dólar: qué medidas incluye el plan Massa para afrontar la suba de precios y la falta de reservas

El ministro de Economía cree que los próximos dos meses serán los más críticos. Buscarán demorar la aceleración de la depreciación del peso a la espera de formar un colchón de divisas

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Sergio Massa tendrá como elementos que atraviesan a esa hoja de ruta dos elementos urgentes de la macroeconomía: la última tendencia de aceleración de la inflación y la falta de reservas en el Banco Central (Franco Fafasuli)
Sergio Massa tendrá como elementos que atraviesan a esa hoja de ruta dos elementos urgentes de la macroeconomía: la última tendencia de aceleración de la inflación y la falta de reservas en el Banco Central (Franco Fafasuli)

El plan de medidas que anunció el ministro de Economía Sergio Massa tendrá como elementos que atraviesan a esa hoja de ruta dos elementos urgentes de la macroeconomía: la última tendencia de aceleración de la inflación y la falta de reservas en el Banco Central. Hay, en ese diagnóstico y esa primera aproximación a los dos problemas, una certeza: que el Gobierno deberá actuar con medidas rápidas porque los próximos 60 días asomarán como los más críticos.

Hay un número que circula por los despachos oficiales, y que se conocerá oficialmente en los próximos días, que tiene que ver con el ritmo de importaciones mensual, que tiene un impacto directo en el nivel de reservas del BCRA. Según fuentes del equipo económico, en julio estiman entre USD 8.500 millones y USD 9.000 millones de importaciones, de los cuales USD 2.200 millones correspondieron a compra de energía.

La idea que ronda en el equipo económico es sumar, al menos, USD 7.000 millones a las reservas del BCRA

El ritmo mensual importador viene en franco aumento en los últimos meses: en abril habían sido casi USD 6.900 millones. Agosto, de acuerdo a si acompañe o no el clima, podría representar una caída de la cantidad de compras al exterior por energía y combustibles. Ya septiembre, por cuestiones estacionales, debería ser de menor exigencia para las reservas.

Por esta razón, además de la fuerte volatilidad que sufrieron por un lado los activos argentinos en pesos y en dólares, y el contexto de dificultades cambiarias, obligaron al nuevo jefe del Palacio de Hacienda a buscar medidas que actúen de la forma más urgente posible. La idea que ronda en el equipo económico es sumar, al menos, USD 7.000 millones a las reservas del BCRA. Eso funcionaría, estiman, como un primer ancla para el frente cambiario. Hay hasta tres vías distintas por las que cree el Ministerio de Economía que podrían ingresar divisas para engrosar las arcas de la autoridad monetaria. La concreción de esos tres canales que podrían abastecer al Central tendrían algún tipo de resolución próxima, en un plazo que estiman de días a semanas.

El BCRA afronta meses críticos para la acumulación de activos externos (Reuters)
El BCRA afronta meses críticos para la acumulación de activos externos (Reuters)

Uno de esas vías será a través de un adelanto de exportaciones, con las cadenas de valor de la pesca, del agro, de la minería y otros, que implicaría el ingreso en los próximos dos meses de unos USD 5.000 millones, que alimentarán de manera directa las reservas de la entidad monetaria. Para concretar eso, debería primero cristalizar un acuerdo con el sector, que según Massa se encontraba en instancia de compromiso.

Para eso, en el equipo del ministro aseguran que se creará un mecanismo bancario particular que funcione como propulsor, posiblemente a través de una modificación que tratará el Banco Central la semana próxima, para asegurar esa liquidación extra en cuestión de semanas.

En el equipo del ministro aseguran que se creará un mecanismo bancario particular que funcione como propulsor del adelanto de exportación

Las otras dos vías serán externas. Con el mercado voluntario de deuda cerrado por el nivel del riesgo país y el costo prohibitivo que tendría para el Tesoro emitir bonos en moneda extranjera en los mercados internacionales, las dos variantes que exploran Massa y su equipo son, por un lado, la aceleración de los desembolsos de organismos internacionales, que podrían reportar unos USD 2.000 millones.

Para eso, buscará aprovechar la buena relación que cultivó el tigrense con el entramado de organismos de crédito internacionales y será parte de la agenda que mantendrá el ministro en los Estados Unidos, en su primera gira internacional, que se prevé más adelante a lo largo de agosto.

Por último, en la mesa de análisis de Economía aparece la posibilidad de negociar un préstamo bilateral de uno o más bancos internacionales (conocido en la jerga como repo), que podría reportar, en caso de que se opte por esa variante, otros USD 2.500 millones como tope. El refuerzo de reservas no sería la única forma en que podría vehiculizarse ese préstamo. También podría incluir, como alternativa, un fondeo para la recompra de bonos del Tesoro en dólares.

Habrá en ese toma y daca, que en rigor ya comenzó, dos variables decisivas para negociar: plazo y tasa. Según un integrante del equipo económico de Sergio Massa, el ministro espera poder concretar un deal con esos bancos que no exceda una tasa de interés de un dígito anual, aún en medio de un riesgo país que todavía orilla los 2.400 puntos básicos. Habría cuatro ofertas ya en danza, de tres bancos internacionales y un fondo inversor soberano.

El ritmo del IPC

Sobre la inflación, el tema aparece más difuso a la hora de conseguir medidas rápidas para conseguir resultados. El diagnóstico oficial que sobrevuela es que julio y agosto serán los meses con números más críticos de suba de precios, y que, eventualmente, en los últimos cuatro meses del año, entre septiembre y diciembre, pueda mostrarse una curva en caída en el ritmo de precios.

No hay, por el momento, una nueva proyección de inflación a la vista

“Va a ser un shock para el Gobierno”, reconocieron en las últimas horas desde un despacho oficial. No hay, por el momento, una nueva proyección de inflación a la vista. La última actualización fue hecha por el entonces ministro Martín Guzmán en conversaciones con el FMI y dejó una estimación final de inflación anual de 62%, como tope. En el Ministerio de Economía no dan pistas de si habrá en lo inmediato en las charlas técnicas con el Fondo una nuevo recálculo de precios.

El equipo de Sergio Massa se apoya, como medidas centrales para mitigar la aceleración inflacionaria, en señales fiscales, que tendrán en todo caso un impacto menos inmediato. Entre ellas, sostener la meta de reducción de déficit fiscal incluida en el acuerdo con el FMI de 2,5% del PBI, y cortar el financiamiento del Tesoro por parte del Banco Central.

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