Dólar sojero, dólar petrolero, ¿dólar Malbec?

A raíz del retraso del dólar oficial, la fuerte brecha cambiaria y la diferente evolución de los precios internacionales de las producciones pampeanas respecto de las regionales, un estudio alerta sobre los problemas de competitividad del “otro agro”

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Una plantación de uvas en
Una plantación de uvas en Mendoza, uno de los "agros regionales" perjudicados. La misma provincia es una gran productora de ajo, el principal perdedor

No todos los agros son iguales.

El aumento del precio internacional de los cereales y oleaginosas es una buena noticia para el país, pero los mismos se obtienen principalmente de la región Pampeana y el Noroeste Argentino (NOA). La mayoría de los productos agrícolas típicos de otras regiones no tuvieron la misma suerte, subraya un estudio del economista Jorge Day, del Ieral Mendoza, que precisa que desde 2017 al presente, mientras el precio de exportación de la soja subió un 74%, productos como la pera, la yerba mate, el limón, el garbanzo y el ajo registraron caídas de precios de entre 15 y 50 por ciento.

El problema se ve exacerbado, dice el estudio, por la altísima brecha entre un tipo de cambio oficial retrasado y cotizaciones alternativas que volaron en el último mes y encarecieron fuertemente costos como el transporte y los fertilizantes para las economías regionales.

“La realidad es que el país está barato en dólares financieros y en blue, pero en dólares oficiales se está encareciendo, complicando a los exportadores del agro no pampeano. La pérdida de competitividad comienza a afectar las economías regionales pero hasta el momento sólo se anuncian incentivos para los productores de soja, siendo que el precio internacional de este tipo de commodities ha sido mucho más favorable”, escribió Day.

A propósito del “dólar soja” anunciado por el Gobierno pero aún no instrumentado por el Banco Central y de propuestas como el “dólar petrolero”, iniciativa de los diputados nacionales por Chubut Ignacio Torres y Matías Taccetta, que representantes de las provincias hidrocarburíferas nucleadas en la Ofephi (Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos) se proponen discutir la semana próxima, en ocasión del evento “Oil & Gas Patagonia”, Day dice que la presencia de distintos dólares es un despropósito, porque entre otras cosas fomenta los “rulos” o maniobras, estimula una mayor informalidad y termina generando restricciones a la importación.

Manzanas y peras, dos de
Manzanas y peras, dos de los productos agrícolas regionales que perdieron competitividad

Sin embargo, aclara, la economía está en un contexto atípico y si se proponen “dólares” favorables a sectores como el petrolero y sojero, ¿por qué no hacer lo mismo para las mucho más castigadas economías regionales? De allí la propuesta que sintetizó como “dólar Malbec”, en tanto comprende a la uva y al sector vitivinícola, pero incluye varios productos más, como maní, arroz, aceite de oliva, té, poroto y manzanas, además de los ya mencionadas uva, limón, garbanzos y yerba mate.

Durante la breve gestión de Silvina Batakis, el gobierno impulsó el “dólar soja” acuciado por la escasez de reservas, para acelerar la liquidación de las agroexportaciones pampeanas al Banco Central. Pero muchos más problemas tienen los productores y exportadores regionales con el efecto tijera de atraso del dólar oficial, costos crecientes en dólares y caída de la cotización de sus productos.

El “dólar Malbec” sería también una respuesta para otros productos regionales como ajo, limón, garbanzo, manzana, poroto y yerba

Day toma como punto de referencia el año 2017, en que el dólar todavía estaba bajo, antes de la seguidilla de devaluaciones y precisa que desde entonces el precio internacional de la soja aumentó 74 por ciento. A su vez, agrega, a precios de hoy el dólar estaba en 2017 a $ 105, mientras hoy cuesta $ 139. “Ha mejorado bastante”, reconoce. “El problema está en la pérdida de poder adquisitivo en los últimos 18 meses (a precios de hoy en octubre 2020 el dólar valía $ 172), mejor que hace cinco años, pero empeorando en los últimos veinte meses.

El gráfico, del estudio de
El gráfico, del estudio de Day compara la evolución de la competitividad externa de la soja y productos del agro no pampeano

El investigador combina dólar y precios internacionales para obtener el “Tipo de Cambio Real” (TCR) para cada producto y cuánto le rinde su valor de exportación al país. El resultado es que mientras el primer semestre de 2017 y el primero de 2022 el TCR de la soja aumentó 98%, el de las producciones regionales le fue muy a la zaga. Como se observa en el gráfico de arriba, el aceite de maní, el arroz, el jugo de uva, el aceite de oliva, el maní y el vino fraccionado tuvieron variaciones positivas, de entre 48 y 11%, pero en el mismo lapso el “Tipo de Cambio Real” del jugo de limón y de los limones, clave para la economía tucumana, tuvieron caídas del 36 y el 27%, respectivamente, el de las manzanas perdió 23%, el del aceite de limón 18%, el de los porotos y la yerba mate 4% y el de la pera 3%, mientras el té y las uvas secas salieron casi empatados: su mejora fue de solo 1 por ciento.

En el promedio, la mejora para la soja fue casi 100% (línea roja) mientras que los productos del “otro agro” perdieron 5% entre 2017 y 2022, producto básicamente de la fuerte caída del “Tipo de Cambio Real” a lo largo del último año.

Un dólar oficial barato implica que los costos argentinos en dólares son altos e impactan negativamente sobre la competitividad exportadora, y mientras tanto los costos en pesos “poco dolarizados”, como los salarios, también se encarecen en dólares algo que -dice Day- “viene ocurriendo desde hace varios meses, aunque no a los niveles observados previos a la crisis del 2018″.

Limones por el piso en
Limones por el piso en Tucmán. Es el producto que, después del ajo, perdió más competitividad (@IsaiasCisnero)

Pero además hay otros costos, como el de los fertilizantes, que están dolarizados y se encarecen por dos vías, el aumento de la inflación en EEUU y las restricciones a importar, que limitan su oferta. En el caso de los combustibles ese efecto se atenúa, porque en la Argentina el gobierno los fija artificialmente, pero eso puede generar escasez y faltantes, como ocurrió con el gasoil.

Pensando en el “otro agro”, concluye Day, una pregunta clave es si en los próximos meses se mantendrá la pérdida de competitividad, no tan influenciada por la guerra en Ucrania como por la microeconomía de cada sector, aunque sí les puede jugar en contra un dólar más fuerte en el mundo, que tire más hacia abajo sus precios. A nivel local, el riesgo es que inflación creciente siga retrasando el valor del dólar oficial y complicando aún más la rentabilidad de los exportadores regionales, una tendencia preocupante y que podría atenuarse con un “dólar Malbec”.

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