“Mucho se ha dicho de la multicausalidad de la inflación. Es una palabra muy linda, pero uno tiene que identificar claramente cuáles son las causas y qué ponderación les da. La inercia es una de esas múltiples causas y es entendible en algún punto porque la sociedad trata de preservar el poder adquisitivo de los ingresos. Lo que sí no se pueden admitir son los movimientos especulativos. Ya lo dijo un supermercadista: ‘remarco, remarco, remarco’. Eso no lo podemos permitir”, manifestó la flamante ministra de Economía, Silvina Batakis, cuando se la consultó acerca de uno de los principales problemas que hoy tiene la economía argentina.
Combatir la inflación es un objetivo central que tiene por delante la economista oriunda de Tierra del Fuego. Y si hay un rubro al que este gobierno le presta especial atención es a los alimentos, cuyas subas afectan en mayor medida a los sectores más vulnerables, incluidos los jubilados, que con la movilidad no logran recuperar poder adquisitivo en momentos de aceleración de precios. Hoy la jubilación mínima se ubica en $37.525 y acumula un atraso de 5% desde comienzos de año, con una inflación que se acelera y que va dejando atrás las actualizaciones de los haberes. Cuando sube la inflación, pierden las jubilaciones porque se ajustan con rezago, mientras que cuando se desacelera, tienden a crecer más que la inflación y recuperan lo perdido. Hoy, están perdiendo.
Según un cálculo realizado por el economista Jorge Colina, para que el haber mínimo regrese, en términos reales, a los niveles de fines de 2021, debería ser de $39.497. Es el mismo atraso que suma desde el comienzo de la actual gestión debido a que durante el 2020 los jubilados recuperaron poder adquisitivo por la merma de la inflación. Y si se hace la comparación con los primeros años de la gestión de Mauricio Macri, cuando regía otra fórmula de actualización, el atraso es aún mayor: 23%.
“La jubilación va por detrás de la inflación. Porque si bien se ajustan por la fórmula de movilidad, al estar compuesta por un mix de salarios y recaudación tributaria previsional, llega con demora. Y cuando más se acelera la inflación, más pierden los jubilados. Van a recuperar recién cuando los precios empiecen a desacelerar”, enfatizó el economista, al tiempo que consideró que “eso no sucederá en lo que resta del año porque es difícil pensar que la nueva ministra vaya a desacelerar fuerte el gasto, que viene creciendo bien por encima de los ingresos”. “Guzmán se fue porque no podía bajar el gasto. Su camino era el que no querían; entonces, van a seguir el que quieren el Presidente y la Vicepresidenta, que es el que nos lleva a la alta inflación”, remató Colina.
El último dato de canasta básica alimentaria, de mayo, muestra que una familia tipo debió contar con ingresos por $44.449 para no ser indigente, lo que llevado a un adulto equivalente dio $14.401. En el caso de los jubilados, remarcó Colina, eso valores son inferiores. Para un hombre, es el 87% de ese número, mientras que para una mujer, el 67%. En términos estadísticos, nunca sucede que aumenta la pobreza y la indigencia entre los adultos mayores porque siempre la jubilación mínima supera las canastas. Lo que no quiere decir que no se vaya deteriorando su poder adquisitivo cuando hay alta inflación. Y eso es lo que hoy está pasando, y proyectan que continúe sucediendo.
En una de sus primeras definiciones económicas, Batakis no sólo habló de la inflación multicausal y del efecto inercial, sino que también reconoció que no se podrá reducir la inflación a un dígito en el corto plazo. “Tenemos que reconocer en cada una de las causas cuáles son los instrumentos que tenemos para modificar esta inflación y algunos son de mediano plazo. No vamos a reducir la inflación a un dígito en el corto plazo. Es un tema de larga tradición en la Argentina; para eso, necesitamos que crezca nuestra estructura productiva. Las expectativas son lo más difícil de modificar y para eso estamos, para llevar certidumbre que empiece a haber un sendero de caída de la inflación”, dijo. Sobre los acuerdos de precios, dijo que “sería muy ingenuo” pensar que una Secretaría de Comercio pueda controlar los precios, por lo que relativizó su efectividad.
Precios Cuidados, acotado
Pero no caben dudas de que, por convicción o por mandato político, buscará controlar la inflación de la canasta básica, clave para evitar un deterioro mayor de los indicadores sociales, especialmente en el conurbano bonaerense. Con este objetivo, la renovación del programa Precios Cuidados estará focalizado en productos de primera necesidad y que las empresas proveedoras puedan garantizar su abastecimiento.
El vencimiento es mañana, pero las negociaciones entre las empresas y el Gobierno aún no cesaron. La salida de Guzmán generó un ruido importante, pero la decisión oficial fue que se mantenga en su puesto el secretario de Comercio, Guillermo Hang (hombre de Guzmán), por lo menos hasta finalizar esta discusión. El funcionario, quien asumió hace poco menos de dos meses, había dejado claro ante los empresarios que estaba dispuesto a rebajar la cantidad de artículos siempre y cuando lo que quede se encuentre en las góndolas. Sucede que en los últimos meses comenzaron a verse problemas de faltantes debido a que la brecha de precios entre los productos del programa y los que están fuera se hizo cada vez más grande y en algunos casos, llega al 50%. Eso potenció mucho la demanda de los artículos de Precios Cuidados.
Las empresas le presentaron al Gobierno sus respectivas propuestas, de cantidad de productos y de aumentos, pero muchas aún no cerraron la discusión. En algunos casos, los porcentajes autorizados serán del 3% mensual, aunque habrá algunos con más aumento. Uno de los puntos de preocupación de algunas firmas es el abastecimiento de insumos para poder abastecer el programa y está siendo parte de la negociación.
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