John Denton, de la Cámara de Comercio Internacional: “La Argentina es líder en agricultura y alimentación”

Recientemente designado en el Grupo de Respuesta de la ONU a la crisis alimentaria mundial, el secretario de la Cámara de Comercio Internacional visitó el país, vio a miembros del Gobierno y charló con emprendedores locales

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@ICCSecGen
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De visita en la Argentina, el secretario general de la Cámara de Comercio Internacional (ICC, por su sigla en inglés), John Denton, se reunió con el vicejefe de Gabinete, Jorge Neme, y funcionarios del área de comercio e inversiones de la Cancillería, recorrió el ecosistema local y dio una charla en el centro de emprendedurismo de la Cámara Argentina de Comercio, donde celebró la presencia de mujeres emprendedoras.

Denton fue uno de los fundadores de Human Rights Watch Australia y recientemente fue designado representante del sector privado mundial en el “Comité Directivo del Grupo de Respuesta a la Crisis Mundial de la ONU sobre Alimentación, Energía y Finanzas”, tema que hace poco lo llevó a Kiev, la capital ucraniana.

Fundada en 1919, la ICC representa en más de 130 países del mundo la opinión e intereses de las empresas, fomenta el libre comercio, la inversión y la economía de mercado y aboga ante gobiernos y organizaciones internacionales, como la ONU y sus agencias, el FMI, el Banco Mundial, la OCDE y otras organizaciones internacionales. En la Argentina empezó a actuar en 1947 y se reorganizó en 2013, bajo la estructura de la Cámara Argentina de Comercio. Entre sus miembros están las Bolsas de Comercio y de Cereales, la UIA, la Asociación de Bancos y firmas internacionalizadas como Pan American Energy (PAE).

Denton conversó con Infobae acompañado por el titular del capítulo argentino de la ICC, Marcelo Elizondo, y enfatizó en clave de diplomacia privada la necesidad de que el país se abra al comercio y sea parte de la solución a la actual crisis alimentaria mundial, en vez de imponer restricciones.

-¿Cuál es su primera impresión de la Argentina y qué lo trajo aquí?

-Una de las tareas de ICC es apoyar la actividad privada en todo el mundo. Estamos en más de 130 países. Hace dos semanas estuvimos en Kiev donde 30% de los negocios cerraron, 40% funcionan y 30% lucha por hacerlo. Fuimos porque queremos ayudar a que el sector privado en Ucrania siga existiendo y abrimos allí un centro de emprendedurismo. En América Latina, con todos los cambios que están ocurriendo, queremos contribuir al buen funcionamiento del sector privado. En la Argentina uno de los sectores económicos más importantes es la alimentación y la agricultura, por eso creamos un nodo para el Cono Sur, porque en eso el país es un líder. Queremos ayudar a la creación y funcionamiento de pymes, de las que exporta solo el 1%, vinculándolas a través del Centro de Emprendedurismo que fundamos en Buenos Aires, de modo que se conecten globalmente. Queremos crear ecosistemas de empresas y brindarles herramientas para vincularse al mundo, Tenemos 12 centros globales funcionando. Argentina es un gran país, con liderazgo en áreas como agroalimentación y que podría hacer más con una orientación más abierta al mundo.

-Ayer estuvo con Jorge Neme, el vicejefe de Gabinete, ¿habló de estas cosas con él?

-A él le interesó lo de vincular y ayudar a las pymes a abrirse al mundo. Queremos llevar esas conexiones a todo el país, no solo Buenos Aires, ayudar a la gente que quiere hacer negocios y brindarle herramientas. Un buen funcionamiento del sector privado ayuda a reducir las desigualdades sociales; dar a la gente participación en la economía de mercado les permite generar ingresos y ganarse la vida. La Argentina es un excelente lugar porque hay gente dispuesta a hacer cosas. Uno puede tener ideas, pero si no hay energía ni gente interesada en involucrarse es muy difícil avanzar.

La Argentina es un excelente lugar porque hay gente dispuesta a hacer cosas. Uno puede tener ideas, pero si no hay energía ni gente interesada en involucrarse es muy difícil avanza

-En su recientemente cumbre de ministros la OMC condenó fuertemente las restricciones al comercio de alimentos.

-El secretario general de la ONU creó un grupo de respuesta a la crisis a raíz de la guerra en Ucrania, con participación privada, y estoy involucrado en la respuesta global a la crisis alimentaria, y esto involucra también energía y finanzas. Trabajamos en desarrollar un corredor humanitario de alimentos desde Kiev. Vimos que las sanciones tienen consecuencias no deseadas. Por ejemplo, en Ecuador la cadena de valor de la banana, que se vendía a Rusia, colapsó, igual que la exportación de flores. Pero no ha habido ninguna sanción dirigida a detener el movimiento y el comercio de alimentos. El problema es la imposibilidad de moverse a través del Mar Negro. Uno de los proyectos que tenemos es vincular a la Argentina para lidiar con esto. La Argentina tiene un rol crítico que jugar en suavizar el impacto de esta crisis global.

Denton y Marcelo Elizondo, titular del Capítulo argentino de la ICC, en el "Espacio Chutro", un centro para emprendedores de la Cámara Argentina de Comercio en Parque Patricios
Denton y Marcelo Elizondo, titular del Capítulo argentino de la ICC, en el "Espacio Chutro", un centro para emprendedores de la Cámara Argentina de Comercio en Parque Patricios

-¿Cuál es el principal nudo del comercio de alimentos?

-Lo más importante es mantener las cadenas de producción de alimentos funcionando en Ucrania. Gran parte de la producción agrícola y de alimentos allí es de pequeños productores. Tenemos que pensar en el año próximo. Un efecto de la escasez de alimentos es el malestar y las revueltas sociales, como sucedió en la Primavera Árabe. Tenemos que encontrar alguna forma de mantener la producción en Ucrania y poder sacarla del país. También es importante que la Argentina no restrinja la exportación, que es uno de los problemas que vimos en la reciente conferencia de la OMC. Las restricciones exacerban y empeoran la situación. No es algo que hay tratado ayer con Neme, pero sí lo discutimos en nuestro Nodo de agricultura y alimentación en la Argentina. Hay otro Hub, donde funciona el Programa Mundial de Alimentación. Una de las consecuencias de restringir el comercio de alimentos es la posibilidad de hambrunas en el norte de África. Pero esto no se debe a las sanciones económicas a Rusia, que no abarcan alimentos ni medicamentos, aunque sea la narrativa de Moscú. El problema es poder sacar la producción de Ucrania. Se necesita una reingeniería logística para sacarla por tierra. Por ejemplo, hay diferencias de trochas ferroviarias. La única manera de sacar masivamente la producción es por el puerto de Odessa. Para las navieras es como volar en una “no fly zone”. Está el problema de los seguros, tendrá que haber algún tipo de garantía gubernamental y un mandato de la ONU. Se requiere un corredor alimentario humanitario y la ONU es la única capaz de lograrlo.

La escasez de alimentos fue uno de los factores de la revuelta conocida como "Primavera Árabe", hace más de diez diez años recordó Denton, preocupado por los efectos que la crisis alimentaria podría tener en 2023
La escasez de alimentos fue uno de los factores de la revuelta conocida como "Primavera Árabe", hace más de diez diez años recordó Denton, preocupado por los efectos que la crisis alimentaria podría tener en 2023

-Pandemia, guerra, dislocación de las cadenas logísticas, ¿alguna vez la ICC operó en un ambiente así?

-La ICC fue pensada en las trincheras y creada en 1919 sobre las cenizas de la Primera Guerra Mundial, como una Liga de las Naciones, pero no de gobiernos, sino de empresas, de hacer negocios, comerciar e invertir a través de fronteras y vincular comunidades. Nos desarrollamos en un período de conflicto, devastación, ruinas económicas. De algún modo, nacimos para este tipo de ambiente. Hoy vemos fragmentación; nuestra tarea es unir a las partes, que empresas y negocios sigan operando.

-¿De qué modo?

-Si el mundo se está fragmentando económicamente, con reasignación y relocalización de cadenas de abastecimiento -reshoring, friendshoring o como quieran llamarlo- y hay sanciones, nuestra tarea es ayudar a que el sector privado siga funcionando. En un mundo fragmentado es importante fortalecer los lazos regionales y brindar a las empresas herramientas para operar en ese contexto. La otra parte de nuestra misión es influenciar lo que será la nueva gobernanza mundial, vinculándonos con la OMC, con ONU, con la FAO. Ningún problema global se puede resolver sin la participación del sector privado. El sector privado estuvo involucrado en la respuesta a la pandemia, en la ayuda humanitaria, en lidiar con enormes crisis migratorias: Venezuela, Sudán del Sur, Somalia, Ucrania, Afganistán. Es lo que llamamos “Humanitarismo durable”.

Ningún problema global se puede resolver sin la participación del sector privado.

-¿Cómo vender el mensaje de comercio e inversión internacional en un mundo fragmentado y más desigual, más proclive a los mensajes populistas?

-Lo primero es ser honesto: la desigualdad está creciendo, y en América Latina está creciendo rápidamente. Una consecuencia de la pandemia es que muchos de los trabajos que se perdieron fueron en industrias como el turismo y la hospitalidad, que empleaban mucha gente de baja calificación laboral: 80% de los empleos que se perdieron lo hacían mujeres y jóvenes. Y se perdieron 120 millones de empleos a nivel global. Pero la desigualdad no se reducirá restringiendo el comercio y los vínculos entre los países, sino mediante arreglos sociales que permitan la transformación económica proveyendo habilidades, infraestructura y apoyo para que todos participen. Es necesario invertir en educación, conectividad y vínculos para que todos tengan una parte del resultado. Si los gobiernos no reconocen que es cuestión de política pública darles a los ciudadanos las herramientas para participar, es lógico que éstos se pregunten, ¿qué hay para mí? El mercado no lo hará solo. Debe haber intervenciones positivas de política pública, que serán efectivas si el sector privado, la comunidad de empresas y negocios, participa, porque así se desarrollarán modelos que funcionen, no modelos teóricos. No sé si la política argentina permitirá eso, pero la Argentina tiene un soft-power (poder blando) más importante que su poder económico. Tiene su música, tiene el tango, es famosa por su carne, sus vinos, por el fútbol, y tiene mucho talento individual. Si se le pide a los ciudadanos participar, estarán feliz de hacerlo, si también les brinden las habilidades que necesitan.

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