La fuerte caída de los bonos en pesos, a la que el Gobierno reaccionó con la intervención del Banco Central para sostener los precios, una fuerte suba de las tasas de interés en moneda local para contener la demanda de dólares, el anuncio de la segmentación tarifaria para reducir la sangría fiscal de subsidios a la energía y la ratificación oficial de la meta déficit fiscal de 2,5% suscripta en el acuerdo con el FMI, aceleraron los tiempos de la política económica.
La reacción oficial fue por cierto tardía: previamente, el dólar había subido 10% en menos de diez días, el Banco Central debió vender USD 400 millones de sus reservas, los bonos soberanos bajaron a paridades del 25%, el riesgo-país trepó hasta los 2.125 puntos y en su huida del peso los Fondos Comunes de Inversión de renta fija se deshicieron de $ 237.700 millones, según precisó un informe de la consultora Invecq.
El próximo e inevitable paso oficial, creen operadores y analistas, es el estrechamiento de los cepos cambiario y comercial para morigerar una escasez de dólares en medio de la etapa de más intensa liquidación de agrodólares.
Dólares y gas
Justamente por eso la expectativa que el trío conformado ahora por Daniel Scioli, flamante ministro de Desarrollo Productivo, Martín Guzmán, de Economía, y Miguel Pesce, titular del Banco Central, empiecen a obturar los canales por los cuales se van los dólares que aporta el sector agroexportador, a sabiendas de que hay uno que es intocable: las importaciones de gas, sea por gasoducto desde Bolivia o por barcos de Gas Natural Licuado (GNL). En lo que va del año, Enarsa ya contrató 41 cargas, por USD 2.925 millones, según precisó su titular, el santacruceño Agustín Gérez.
Las exportaciones, gracias a los precios récords de la soja y otros cultivos, arriman un promedio de USD 7.200 millones, unos USD 1.500 millones por encima del promedio de importaciones, pero otra parte de la demanda al mercado oficial de divisas se debe al saldo deficitario de turismo y viajes, el “dólar-ahorro”, las divisas para que empresas cancelen deudas con el exterior y el déficit en la cuenta de fletes y seguros.
Sin el aporte del Fondo, precisó, las reservas del Banco Central hubieran caído en USD 3.737 millones, precisó un informe de Jorge Vasconcelos, del Ieral
Como no hay entrada de capitales, estas tendencias explican la dificultad del Banco Central para acumular reservas; la mejora computable hasta mediados de junio para las Reservas Brutas era levemente superior a los USD 1.200 millones. Y fue posible solo por el desembolso de los organismos internacionales, en especial del denostado FMI, describió en un informe el economista Jorge Vasconcelos, del Ieral de la Fundación Mediterránea. Sin el aporte del Fondo, precisó, las reservas hubieran caído en USD 3.737 millones.
A esta altura de 2021, el BCRA había hecho compras netas de divisas en el mercado oficial de cambios por USD 6.000 millones, más de 6 veces los USD 932 millones del mismo período de 2022. Es algo preocupante, notó Vasconcelos, más teniendo en cuenta que en agosto/septiembre se cerrará el ingreso de agrodólares.
Nada de esto responde a conspiraciones, como suele denunciar el gobierno, sino a la lógica macroeconómica: el exceso de gasto del sector público, reflejado en un déficit fiscal que más allá de las promesas oficiales difícilmente se ajuste al 2,5% prometido al FMI, impide la acumulación de reservas debido a un insuficiente ahorro interno.
Así las cosas, se vuelve imperioso mantener girando la rueda de la deuda en pesos. Un 40% está asegurado, pues es intra-sector público, principalmente con la Anses. Otros 20 puntos los aporta el sistema financiero y otros 40 particulares, empresas y aseguradoras. En los últimos días, Guzmán buscó convencer a los bancos de las bondades de renovar los bonos en pesos. Que sea el BCRA quien sostenga el valor de esos papeles no sirve de mucho, porque la emisión para hacerlo alimenta la demanda de dólares y estira la brecha cambiaria, en un contexto de “inflación en dólares”.
Vasconcelos calculó al respecto que en los últimos 12 meses los precios en dólares de bienes y servicios “regulados” se redujo 5,3%, pero los “no regulados” se encarecieron 26 % y aquellos protegidos de la competencia externa (electrónica, textil, calzado, indumentaria) un 40 por ciento. Por eso todos esperan que el trío Scioli-Pesce-Guzmán, con la ayuda de la AFIP, apriete cada vez más el canal de los dólares.
Inflación
El frente de los precios sigue negándole satisfacciones al Gobierno. No se trata sólo del 5,1% de inflación de mayo, el más de 60,7% acumulado en los últimos 12 meses y el 175% desde que Alberto Fernández es presidente. El informe de Invecq subrayó algunas “rarezas” de los datos de mayo, como que los precios “regulados” (5,7%) aumentaron más que los no regulados (Salud lo hizo 6,2%, Transporte 6,1%) y tanto el índice general como la inflación núcleo (5,2%) subieron más que el rubro “Alimentos y Bebidas no alcohólicas”, sobre el que el gobierno, apuntando a los malhadados “formadores de precios”, suele cargar todas las culpas.
Además, el último “Relevamiento de Expectativas de Mercado” (REM) del Central indica que las consultoras esperan en promedio una inflación anual de 72,6 por ciento. Junio no viene mejor, como ya auguró el dato de precios mayoristas de mayo (5,2%) e incluso el del costo de la construcción, que el mes pasado aumentó 6,2 por ciento.
La situación requería mensajes tranquilizadores, pero el fin de semana el propio presidente reflotó la idea de una empresa estatal (¿YPF Agro?) que, tal vez con la incorporación de los fierros y activos de Vicentin, cuya convocatoria de acreedores fue suspendida por la Corte Suprema de Justicia de Santa Fe, intervenga “para poner orden” en los mercados de comercialización de granos y alimentos. Una propuesta que, lejos de calmar los nervios de un campo fastidiado por el faltante de gasoil, contribuirá a atizarlos nuevamente.
Al cabo del fin de semana XXL, además, los transportistas de Tucumán iniciarán un paro por tiempo indeterminado en protesta por la falta de gasoil y también de neumáticos. Mientras, un grupo de “transportistas autoconvocados” tendrá una Asamblea el martes y el miércoles iniciará un paro también por “tiempo indeterminado”.
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