La inflación de abril fue del 6% respecto de marzo, pero alcanzó el 58% frente al mismo mes del año pasado. En el caso de los alimentos, si bien en la comparación mensual estuvieron apenas por debajo del promedio del IPC (5,9%), en el año treparon 62,1%, según reflejó el propio Indec. Pero siempre que se hace referencia a índices se trata de promedios ponderados, lo que refleja que hay muchos alimentos que subieron mucho más que el promedio, y otros que escalaron mucho menos en los últimos doce meses. ¿Cuáles fueron los que lideraron el ranking? ¿Y los que menos escalaron?
Mucho se ha hablado del impacto que tuvo, y sigue teniendo, la guerra entre Rusia y Ucrania en el precio de los alimentos. La contienda provocó una estampida de los valores de los commodities y ello generó, no sólo en la Argentina sino a nivel mundial, un fuerte impacto inflacionario y, consecuentemente, un deterioro de los indicadores sociales como la pobreza y la indigencia. En el caso local, esta situación externa se chocó con un contexto interno de debilidad macroeconómica y política que, sumado a la recuperación de la pos pandemia, ya estaba recalentando los precios desde el año pasado. Es por eso que los pronósticos de inflación para el 2022 son cada vez menos alentadores y llegan, en el mejor de los escenarios, al 70 por ciento.
Si bien la inflación interanual aún no está en esos niveles, muchos alimentos sí lo están y otros hasta superaron esos porcentajes. De acuerdo con el informe de precios de abril del organismo estadístico, de los 15 productos con mayor inflación anual, se destacan el tomate y el café molido como los que más incremento tuvieron. En el primer caso, escaló de $85,09 el kilo en abril de 2021 a $192,78 el mes pasado, es decir, una suba del 126,56%. Y con el café sucedió algo similar, ya que se incrementó en doce meses casi 117%, al pasar de $295,12 a $639,71 el paquete de 500 gramos. El café es un commodity, la materia prima (café verde) es netamente importada, y es uno de los productos que se encareció enormemente a partir de la guerra.
Según números de una cadena de supermercados, el café en granos y el molido son los que más subieron en un año (más de 100%), mientras que el instantáneo y el que se vende en saquitos treparon 90% y las cápsulas, en torno al 75%. Una de las preocupaciones que tienen los fabricantes de café en el país es que se están quedando sin stock por los controles a las importaciones y la imposibilidad de conseguir financiamiento en el mercado internacional a 180 días.
Los huevos son otros de los alimentos que incrementaron fuertemente su precio. Según el Indec, mientras que una docena costaba $133,46 en abril del año pasado, este año subió a $263,81 (97,67% de aumento), y ello se explica por la escasez que se generó a partir de la ola de calor registrada durante el verano, que causó la mortandad de muchas aves y la merma en la producción, sumada a la suba de los costos por el alza de los commodities.
También el vino común aumentó 92,38% en un año, al trepar de $107,54 a $206,89 el litro. En este caso, dijeron fuentes del sector, se debe a que no hay vino. “Hubo dos cosechas de uva muy malas, se consumió mucho durante el 2020 por el covid, entonces hoy escasea. A eso se le suma la inflación de costos, por los insumos importados y la propia inercia local. Hoy un litro de vino que se compra para envasar sale $90, cuando en marzo del 2020 costaba $8, y el insumo vino puede representar, según el producto, entre el 20% y el 50% del precio de la botella”, explicó la fuente.
La harina de trigo común 000 y el pan, ya sea de mesa o el francés tipo flauta, también lideraron los incrementos de precios en el año. Tuvieron subas de entre 80% y 85% y la explicación, en este caso, es el efecto de la guerra y la suba del trigo, que se incrementó casi 40% desde que arrancó el conflicto, a fines de febrero (hoy se vende a $44.000 la tonelada).
También la carne siguió su ruta ascendente, a pesar de las medidas adoptadas por el Gobierno para desacoplar el precio internacional del local. Todos los cortes treparon en magnitudes similares, entre el 60% y el 70%, y se ubican por encima de los $1.000, según el Indec. En el caso del kilo de nalga, por ejemplo, se incrementó en un año de $756,65 a $1.276,21 (+68,67%), mientras que la paleta subió 65,33 por ciento. Lo mismo le pasó al pollo entero y a la merluza, que se incrementaron 73,76% y 78,75%, respectivamente.
El aceite es otro de los alimentos que subió mucho por el efecto de la guerra. La botella de litro y medio de aceite de girasol subió de $220,95 a $351,67 (59,16%). En este caso, y pese a que el girasol subió 80% desde que comenzó el año, la suba estuvo algo atenuada por el efecto del fideicomiso. Los lácteos fue otro de los rubros que más subieron en el último año. Los yogures treparon 85%, mientras que los quesos rondaron el 60% -en línea con el promedio de inflación-, y la leche en polvo entera -el paquete de 800 gramos-, también 62 por ciento.
Hacia adelante, no hay demasiadas expectativas de que ceda la inflación en alimentos, ya que si bien no se esperan nuevos saltos en las commodities, por el momento se mantiene elevados a pesar del fortalecimiento del dólar a nivel mundial. Por otro lado, la inercia local es aún muy elevada. Los datos de las primeras dos semanas de mayo apuntan a una cifra para el mes superior al 5%, según las mediciones privadas.
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