La falta de divisas y las restricciones impuestas por el Banco Central (BCRA) a comienzos de marzo afecta a todos los sectores productivos, pero para algunos el escenario es mucho más complejo. Es el caso de los productores de café, por ejemplo, cuya materia prima es netamente importada y quedó atrapada, como todo, en la cuestionada norma del organismo monetario.
La fuerte suba del precio internacional de esta materia prima hizo que los cupos otorgados se agotaran rápidamente y las compañías del sector, muchas de las cuales son pymes, no tienen posibilidad de obtener financiamiento a 180 días en el mercado internacional como para importar por sobre los límites impuestos.
La entidad que preside Miguel Pesce flexibilizó la norma original semanas atrás para contemplar los casos de las materias primas que habían subido mucho de precio, como el caso del café. Sin embargo, eso no alcanzó y los problemas continúan. La norma general estipula que podrá importarse al dólar oficial por hasta 70% más que el 2020 o 5% más que en 2021, el menor valor de ambas, y que para el resto debe conseguirse crédito a seis meses. En la flexibilización, se estipuló que las empresas importadoras de algunas materias primas, como el café, podían optar por cualquiera de los dos valores. Pero aún así les resulta un valor muy escaso, ya que ese cupo se lo absorben rápidamente por el efecto precio, aseguran las empresas del rubro.
Pero no sólo tienen ese problema, sino que, una vez agotado ese cupo, tampoco consiguen financiamiento en el exterior a 180 días. Y aún si lo consiguiesen, implicaría para las firmas un sobrecosto que oscilaría entre el 11% y el 15%. En este contexto, el reclamo del sector es que el café sea excluido de la norma, misión difícil de lograr. La lógica del Central es tomar decisiones que sean generales y no específicas, pero en este caso una posibilidad es que se negocie un menor plazo de financiación. “Estamos negociando plazo. Podrían ser 90 días”, reconocen en el Gobierno.
De ser así, ayudaría a muchas empresas, pero a muchas otras tampoco les resolvería el problema porque directamente no consiguen crédito en el exterior. “Lo que nosotros pedimos es la exclusión del producto o un plazo de pago 60 días. Confiamos en el buen criterio y la excelente negociación y diálogo que estamos teniendo en BCRA, con el vicepresidente Sergio Woyecheszen, y con el embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli”, aseguró a Infobae Martín Cabrales.
La industria tiene un promedio de tres meses de stock, dijeron en el sector, pero en algunos casos ya están al límite. En el caso de Café Martínez, por ejemplo, ya comenzaron a restringir las entregas al canal supermercadista para abastecer a su red de bares y franquicias. En diálogo con este medio, el dueño de la empresa, Marcelo Salas, manifestó que en su caso “el perjuicio es enorme porque la mayor parte de la venta se destina a la propia red de cafeterías”, y se trata de un sector que sufrió mucho en los últimos dos años producto de la pandemia. “Se siguen tomando esos años de comparación cuando las ventas cayeron fuertemente”, dijo Salas. Y agregó: “Nuestro sector, los que somos bares y cafeterías, cuenta con unas 500.000 personas involucradas con el café. El 45% de su venta es café. Las propinas dependen de eso. Me preocupa mucho la cuestión del empleo”.
Por otra parte, el empresario sostuvo que tiene la posibilidad de crecer más, por ejemplo en Paraguay, pero no puede hacerlo sin mercadería. “Y lo lamentable de todo esto es que, a diferencia de lo que dicen en el Gobierno, no tenemos sobrestocks. Estamos todos tratando de recuperarnos. Entendemos igualmente cuál es el problema y queremos ser parte de la solución”, planteó Salas. En su caso, logró financiamiento a 180 días pero lo consideró “un milagro” que se explica por tratarse de una compañía con 90 años en el mercado. No es el caso de las firmas pequeñas. “Me acaba de entrar un camión, pero me entra lo que estoy vendiendo. Estoy con el stock muy finito”, explicó.
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