El Indec dará a conocer en las próximas horas el dato más duro de inflación en lo que va del mandato de Alberto Fernández. El índice de marzo, que estará por encima del 6%, tendrá lugar en medio de tironeos internos en el Frente de Todos por la dirección de la política económica. El ministro de Economía, Martín Guzmán, salió a pedir un apoyo político más claro para combatir la suba de precios y dejó un mensaje fuerte hacia dentro de la coalición de gobierno.
El dato de marzo de inflación que publicará a las 16 el Indec amenaza con quebrar el 6,5% de septiembre de 2018, un número que se dio en el contexto de una fuerte devaluación del peso el mes anterior, en medio de la expectativa, en ese momento, de un segundo acuerdo en tres meses con el Fondo Monetario. El nuevo pico de suba de precios que se registrará este miércoles se dará en condiciones distintas.
En primer lugar, el dólar aparece como un factor que no influye en la evolución de los precios tras una sostenida baja de los valores paralelos del tipo de cambio luego del acuerdo con el FMI. Además, aún no se activó una parte importante de los aumentos de tarifas previstos en el programa económico acordado con ese organismo, lo que representará, más a mitad de año, una fuente adicional de presión sobre el ritmo de precios.
El índice de marzo, que estará por encima del 6%, tendrá lugar en medio de tironeos internos en el Frente de Todos por la dirección de la política económica
Los reflectores se posaron en las últimas semanas en dos de los funcionarios principales en la política económica del Gobierno de Alberto Fernández: Martín Guzmán y Roberto Feletti. Hubo, tras la aceleración de precios, una suerte de esgrima discursiva sobre qué causas provocaron ese salto, con especial impacto en los alimentos.
Por un lado, el secretario de Comercio Interior dijo que las políticas que están bajo su ala son solo una parte menor de la política oficial y que un sendero de baja de la inflación requeriría políticas macroeconómicas más claras y lineamientos que anclen las expectativas.
Por su parte, Guzmán, en público, defendió su arsenal de medidas de ese tipo (tasa de interés en coordinación con el BCRA, déficit y financiación del déficit vía emisión monetaria) pero este lunes salió a pedir con un fuerte mensaje, no tan habitual en su registro, el apoyo político de la coalición de gobierno para darle credibilidad al programa económico consensuado con Washington.
Tienen, de todas formas, algunos puntos en común el ministro y el secretario de Comercio. Los dos creen, por ejemplo, que el elemento principal que ayudará a calmar expectativas de devaluación y de inflación será la acumulación de reservas en el Banco Central, lo que sopesan como el objetivo del acuerdo con el Fondo que se presenta como más relevante para un contexto como el que experimenta la economía argentina.
Cerca de Guzmán aseguran que la relación entre los dos “es buena y siempre lo fue”, incluso mencionan que en las últimas semanas los dos funcionarios mantuvieron conversaciones en varias ocasiones. “Coinciden en más cosas de las que se supone, aunque son estilos opuestos y eso se sabe”, mencionaron desde otro despacho oficial.
Feletti dijo que las políticas que están bajo su ala son solo una parte menor de la política oficial y que un sendero de baja de la inflación requeriría políticas macroeconómicas más claras y lineamientos que anclen las expectativas
El ministro de Economía fue directo el lunes en declaraciones televisivas, su primera aparición pública en medio de las versiones de recambio ministerial. Hubo dos frases centrales hacia la interna oficial: “Lo importante es gestionar en línea con lo que traza el Gobierno. Gestionaremos con gente alineada con este rumbo”.
La segunda, sin nombrarlo, fue un tiro por elevación a Feletti, quien suele defender la idea de subir retenciones a los granos aún luego de que Guzmán descartara en público esa posibilidad. “Es importante que los funcionarios estén alineados con lo que se decide. No decir cosas que generen incertidumbre sobre decisiones que ya se tomaron”, disparó el jefe del Palacio de Hacienda.
El secretario de Comercio Interior apareció este martes por la tarde en un acto en la localidad de Ensenada junto al gobernador bonaerense Axel Kicillof, lo que implicó un respaldo de la línea kirchnerista del Frente de Todos a Feletti. En ese palco también estuvieron el ministro de Desarrollo de la Comunidad Andrés “Cuervo” Larroque y el ministro de Producción bonaerense Augusto Costa.
Ni Feletti ni Kicillof eligieron hablar sobre cuestiones macro nacionales ni replicar las palabras de Guzmán del lunes por la noche, más allá de referencias al salto inflacionario internacional y su impacto en los precios domésticos. El mandatario provincial elogió las políticas de canastas y precios de referencia de la Secretaría de Comercio Interior y prometió un plan para fiscalizar con ayuda de los intendentes de los 135 municipios de la provincia.
“El alimento y la energía definen en nivel de salario en la Argentina. Si hay especulación, no hay mercado interno, no hay vida. Todas las políticas de ingresos por más potentes que sean, se estrellan”, dijo Feletti como una declaración de principios.
Cerca de Guzmán aseguran que la relación entre los dos “es buena y siempre lo fue”, incluso mencionan que en las últimas semanas los dos funcionarios mantuvieron conversaciones en varias ocasiones
Además defendió su gestión al frente de Comercio Interior, que está por cumplir seis meses. “Tomé Precios Cuidados y duplicamos el número de productos. Son políticas de canastas que compatibilizan con los ingresos medios y medios bajos y tienen como objetivo establecer un ancla o precio de referencia, que se han perdido”, mencionó Feletti.
Kicillof priorizó explicar el fenómeno inflacionario que se aceleró desde un punto de vista de composición de mercados, una visión que no comparten Guzmán o el ministro de Desarrollo Productivo Matías Kulfas. “Once de los 15 productos más consumidos tienen una elevadísima concentración en manos de pocas empresas. Es lo contrario de la competencia del mercado. Son situaciones de monopolio, a veces de cartel, donde los precios están fijados por muy pocos jugadores”, cuestionó.
Kulfas, en ese sentido, volvió a aparecer en el centro de las críticas de dirigentes cercanos a la terminal política cristinista. La senadora bonaerense y ex ministra de Gobierno de Kicillof, Teresa García, dijo que “hay que preservar el poder adquisitivo porque lo estamos perdiendo. En esto no hago cargo al Presidente, es una cuestión de equipo. A Roberto Feletti, por ejemplo, lo veo dando batalla con los precios y a Matías Kulfas no lo veo tan activo en esta materia. Es como cuando Cristina Kirchner dijo que había funcionarios que no funcionan. La gente necesita funcionarios más activos”, en declaraciones al canal IP Noticias.
La senadora nacional Juliana Di Tullio, pocas horas antes, había salido por sus redes sociales a cuestionar de manera sutil una medida anunciada por Desarrollo Productivo. Kulfas, en una foto con el CEO de Ualá Pierpaolo Barbieri, había anticipado un programa para que entidades financieras de ese tipo puedan dar préstamos productivos.
“El alimento y la energía definen en nivel de salario en la Argentina. Si hay especulación, no hay mercado interno, no hay vida. Todas las políticas de ingresos por más potentes que sean, se estrellan” (Feletti)
Di Tullio, por Twitter y con otro tiro por elevación al ministro, criticó ese acercamiento con un sector como las fintech: “Me quedo con mi Cuenta DNI del Banco Provincia. Aguante la banca pública”, escribió.
Kulfas, horas después y por la misma vía, también hizo su parte: “Más del 85% de nuestras líneas de crédito y subsidios de tasa se han canalizado a través de la banca pública”. “El convenio con Ualá apunta a llegar a microempresas a las que siempre se accede con el sistema bancario tradicional. Es un COMPLEMENTO (sic) de la banca tradicional. Es necesario salir de la lógica binaria que muchas veces caracteriza el debate público”, concluyó.
En medio de esos tironeos el Gobierno recibirá el que por el momento será el dato de inflación más alto del mandato de Alberto Fernández. Posiblemente una parte importante de esos cruces cada vez más intensos sea, como un argumento circular, producto de esa suba de precios desbocada. Y los datos de abril promete aún un piso alto de inflación: los primeros relevamientos privados muestran un 3,2% en las últimas cuatro semanas contando hasta el 11 de abril, según un relevamiento del Centro de Estudios Scalabrini Ortiz.
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