Sobre llovido, mojado. El precio internacional de los granos en máximos históricos es, una vez más, uno de los imprevistos del año mejor recibidos por el Gobierno. El flujo excepcional de dólares no sólo robustecerá los ingresos fiscales sino que también alimentará el mercado oficial de divisas. La contrapartida de semejante beneficio, sin embargo, tendrá un alto costo, a la vez económico y político. Es que, por estas horas, todas las proyecciones macroeconómicas empiezan a reescribirse, particularmente la de inflación.
Con gran incidencia de la suba del precio de los alimentos, que ya arrastraban una inercia que los ubicaría otra vez en febrero 5% por encima del mes previo, según estimaciones privadas, las principales consultoras del mercado ya están revisando al alza sus estimaciones para este año año.
En los próximos días, tras el feriado de Carnaval, el Banco Central dará a conocer el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), que en su última edición arrojó una estimación promedio de 55% de inflación para 2022, aunque para los diez mejores “pronosticadores” ya había subido a 58% anual. Ese registro podría transformarse ahora en el nuevo piso del próximo REM, cuyo promedio ahora se prevé en torno a 60%. Sin embargo, en privado y para sus clientes, varias de las consultoras del “top ten”, proyectan escenarios más extremos, en los que la inflación podría incluso superar 70% este año.
En los informes para clientes, varias de las consultoras del “top ten” del REM proyectan escenarios en los que la inflación podría superar 70% este año
Esta nueva estimación incorpora los últimos acontecimientos en torno al conflicto bélico en Ucrania y su impacto en los mercados, particularmente en el precio de las materias primas. Esas subas llegan para darle una nueva vuelta de tuerca a la aceleración que ya registró la inflación en los primeros dos meses del año.
De acuerdo con el IPC que elabora la consultora OJF, el dato preliminar de inflación de febrero (promedio tercera semana del mes vs. promedio de cuatro semanas del mes anterior) fue de 3,7% mensual, al tiempo que la medición promedio de la tercera semana del mes contra la tercera semana de enero fue de 3,8% mensual. En esta medición privada se vuelve a recortar el dato más preocupante: la suba de alimentos alcanza 5% sólo en las primeras tres semanas. Así es que para la consultora, el piso de inflación anual es de 58% a diciembre, lo que denomina el “escenario base”.
Factores determinantes
Para que tal panorama de aceleración del ritmo de aumento de los precios se concrete, tienen que concatenarse una serie de factores que tienen distinta probabilidad de confirmarse. En principio, el factor de mayor ponderación sigue siendo el acuerdo con el Fondo Monetario. Sin ese entendimiento, es claro, el escenario se transforma en el más negativo de todas las alternativas consideradas, aun cuando el resto de las variables como el precio internacional de las materias primas y de la energía se alinearan en condiciones deseables.
Pero lo cierto es que, a pesar de las evidentes dificultades del Gobierno para cerrar la negociación, la falta de acuerdo no es una instancia a la que el consenso del mercado le otorgue serias chances.
Aun así, existen otros condicionamientos, entre ellos, que tanto el volumen de la cosecha a pesar de la sequía y el ingreso de dólares del agro se mantengan y que las metas de déficit fiscal tengan un nivel de cumplimiento razonable. En este punto es donde empiezan a aparecer los riesgos, asociados esencialmente al nivel de subsidios a la energía y a un aumento de tarifas que los especialistas consideran de 35% como mínimo necesario para alcanzar relativa estabilidad.
“Si el nivel de subsidios crece mucho, tanto por el impacto en los precios de lo que ocurre en Ucrania o porque el Gobierno no logra subir las tarifas lo suficiente, ahí aparecen escenarios de mucha mayor emisión monetaria que puede provocar un salto en la desconfianza muy grande que cambiaría el panorama”, dijo a Infobae Fausto Spotorno, director de OJF. “En el escenario que todo sale mal, o las cosas van peor que lo esperado, ahí vemos una inflación mucho más alta”, agregó.
Si el nivel de subsidios crece mucho, ahí aparecen escenarios de mucha mayor emisión monetaria que puede provocar un salto en la desconfianza muy grande que cambiaría el panorama (Spotorno)
En este sentido, el peor escenario que maneja el economista, al que de todos modos no le otorga altas probabilidades, se produciría un avance de los precios de 74% hacia fin de año.
Pero en el escenario al que sí le otorga altas chances, se asume además del acuerdo con el FMI, que el Banco Central logra recomponer mínimamente sus reservas, gracias a la devolución de fondos por parte del propio Fondo y a los agrodólares, que no aumentan los subsidios y que el precio internacional del gas se terminen moderando durante los próximos meses.
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