(Washington, DC). El ministro de Economía, Martín Guzmán, iniciará este lunes un nuevo intento, que puede ser definitivo, para renegociar el pago de la deuda por US$ 44,000 millones con al Fondo Monetario Internacional en el marco de la Asamblea Anual que el ente multilateral mantiene en conjunto con el Banco Mundial.
Fuentes de Economía dijeron que “el objetivo es seguir avanzando en las negociaciones con el FMI; se han dado pasos importantes, pero aún faltan cuestiones por trabajar” y por ello el equipo encabezado por Guzmán “trabajará en aspectos técnicos de las negociaciones sobre un programa que reemplace al fallido programa Stand By, negociado por el Gobierno de Juntos por el Cambio”.
Guzmán encabeza la delegación junto al presidente del BCRA, Miguel Pesce. Este lunes ambos, con sus respectivos equipos técnicos, se reunirán con el staff del FMI que encabezan la subdirectora del Departamento de Hemisferio Occidental, Julie Kozack, el jefe de la “misión Argentina”, Luis Cubeddu.
Y mañana el ministro se reunirá con la directora gerente del Fondo, Kristalina Georgieva, en lo que será tal vez el encuentro más importante de su visita a Washington. Georgieva ha apoyado la negociación de Guzmán con los acreedores privados, pero se encuentra cuestionada, a raíz de acusaciones de haber favorecido indebidamente a China cuando era jefa operativa del Banco Mundial.
Tiempo de descuento
La negociación tiene límites precisos: en marzo próximo vence el plazo para el pago de US$19,000 millones que surge de los calendarios de repago negociados en el crédito de US$ 57.000 millones que el Fondo aprobó en 2018, durante la presidencia de Mauricio Macri, de los que se desembolsaron los US$44.000 millones actualmente adeudados.
Guzmán y la delegación buscarán avanzar en la modificación de los montos y plazos de repago en un ambiente enrarecido. Marcada, de un lado, por la derrota del Gobierno en las elecciones primarias y la crisis y enfrentamiento posterior entre el presidente Alberto Fernández, principal valedor político de Guzmán, y la vicepresidenta Cristina Kirchner.
La derrota de septiembre de la coalición oficialista fue noticia también en los pasillos de los entes multilaterales con sede en Washington. “Se entendió que Cristina le ganó la pulseada a el presidente Fernández, y eso puede ser un factor importante en las renegociaciones del crédito”, dijo a Infobae un funcionario latinoamericano al tanto de las discusiones de la Argentina y el FMI, apuntando al efecto que eso pueda tener en el equipo de Fernández y, en especial, en la estabilidad y el poder negociador de Guzmán.
Pero en las actuales circunstancias el principal reto argentino no es la política doméstica, sino el futuro inmediato de Georgieva, cercada por los resultados de un informe que la acusa de ejercer influencia indebida al interior del Banco Mundial para mejorar las calificaciones de China, algo que la funcionaria ha negado.
La debilidad de Georgieva
La información oficial que el FMI suministró a la prensa da cuenta de que Georgieva abrirá las jornadas de otoño este lunes moderando una mesa redonda sobre el Covid-19 y los Estados frágiles, en la que participará, entre otros, António Guterres, el secretario general de Naciones Unidas.
Más allá de la agenda oficial, sin embargo, a la apertura de la Asamblea le precedió un fin de semana en que los pasillos de las multilaterales hervían con rumores sobre la posible destitución de Georgieva, incluso antes de la inauguración de las jornadas de otoño. Algo que, por ahora, no se ha confirmado.
El mismo domingo, el influyente Financial Times publicó un informe según el cual Estados Unidos y Japón, las dos naciones de más poder de voto en el FMI, impulsan la salida de Georgieva. Pero los gobiernos europeos de países como Alemania, Reino Unido, Francia e Italia son partidarios de que la funcionaria, de origen búlgaro, continúe en su puesto.
La acusación
El bufete estadounidense WilmerHale realizó una investigación sobre la confección del informe “Doing Business” de 2018 y acusó a Georgieva de ejercer presión sobre los analistas para que maquillaran el reporte a favor de China. El miércoles, en la previa de las jornadas de octubre, el directorio del FMI escuchó las explicaciones de la todavía directora-gerente de la institución.
Cuando el informe de WilmerHale se hizo público, el Departamento del Tesoro de EEUU calificó de serias las acusaciones, las mismas cuya veracidad negó Georgieva.
Durante la comparecencia, Lanny Breuer, abogado de la funcionaria búlgara y ex jefe de la división criminal del Departamento de Justicia de Estados Unidos, dijo que la investigación de WilmerHale está llena “de errores fundamentales de procedimiento y sustantivos”.
Otros analistas explican la trama en torno a Georgieva como un esfuerzo de funcionarios conservadores, algunos de ellos afines a la gestión de Donald Trump, para ganar control del FMI.
La debilidad de Georgieva es una mala noticia para Guzmán y el Gobierno argentino. Su eventual salida dejaría a la Argentina navegando en aguas más turbulentas.
SEGUIR LEYENDO: