En medio de una creciente tensión financiera, típica de períodos preelectorales y azuzada por el panorama de vencimientos que afronta el Tesoro, se viene una semana de examen para la política del Gobierno de contener el dólar oficial y no convalidar las expectativas de devaluación, que aumentan día a día.
Uno de los hitos es el Bonte 21 (TO 21) que venció este domingo y el Tesoro debe pagar mañana. Economía convocó el viernes a una licitación que se hará el martes y se liquidará el jueves, para neutralizar el efecto expansivo de esa masa de fondos, por los que deberá pedir adelantos del BCRA.
Al respecto, un artículo señaló que se trata de $ 72.300 millones de un bono suscripto inicialmente por fondos del exterior, como Templeton e inversores institucionales de Japón, que apenas cobraran esos pesos se abalanzarían sobre el dólar “contado con liquidación” con “consecuencias nefastas para el país”.
Una fuente oficial corrigió la información en dos sentidos. En primer lugar, precisó, el monto es algo menor, $ 68.200 millones ($ 62.500 millones de capital y USD 5.700 millones de intereses). Segundo y más importante, dijo, “los datos de Bloomberg son viejos” en cuanto a la tenencia de los bonos, que ya están casi por completo en manos locales (no extranjeras, como dice el artículo) impedidos de acceder al dólar CCL. “No pueden tener el efecto que se argumenta”, dijo la fuente. Más bien podrían volcarse y ser absorbidos en la licitación del martes.
Marina dal Pogetto, directora de la consultora Eco Go, coincidió con la fuente oficial. “Los no residentes vienen desarmando posiciones de bonos en pesos hace rato y hoy tienen alrededor del 10% del bono TO 21. El resto se lo vendieron a inversores locales, sobre todo FCI, que los van a rollear, en general. Obviamente, cuando vendieron esos bonos se fueron a casa comprando CCL, como se aprecia en el mercado”, dijo la economista, a quien la nota le olió a “opereta” kirchnerista contra el ministro Martín Guzmán.
Una mancha más al tigre
Esteban Domecq, de la consultora Invecq, hizo una lectura parecida. “Desde mi punto de vista están abriendo el paraguas, en el marco de escenario de tensión cambiaria en fuerte aumento en los últimos meses y que se agudizará en las próximas semanas”. Este vencimiento, enfatizó, “no representa ni al 10% de lo que se expandió la masa monetaria para asistir al gobierno. Y en los próximos meses, la dominancia fiscal implica una emisión adicional de aproximadamente $ 400.000 millones. El hilo discursivo ante un escenario de mayor inestabilidad cambiaria vendrá por el lado de culpar a los fondos, cuando en realidad eso es marginal en comparación al desorden fiscal y monetario de nuestra economía”. En todo caso, dijo Domecq, el TO 21 sería “una mancha más al tigre”.
“El mercado estaba al tanto de todo. Los vencimientos eran elevados y había miedo con lo que iba a hacer Templeton; la presión de las últimas dos semanas al tipo de cambio quizás venga por ahí”, dijo Gustavo Neffa, de Research for Traders.
Otro analista de los mercados señaló a Infobae que el monto involucrado es relativamente pequeño comparado con el ritmo mensual al que el BCRA viene asistiendo al Tesoro y subrayó la importancia de los contactos que Economía pudo haber tenido con los principales tenedores, para evitar sorpresas.
Y Gustavo Reyes, especialista en cuestiones financieras y cambiarias del Ieral, dijo que “todos los nuevos pesos agregan combustible a las cotizaciones de los dólares libres”. Pero, agregó, el dólar blue y el CCL ya son muy caros, incluso más que el pico del 2002. La clave, dijo, no es tal o cual vencimiento, sino la incertidumbre y cómo cubrirse. “Si el mercado considera que la incertidumbre sigue en aumento, para que esos pesos adicionales se canjeen por dólares libres te va a exigir un precio aún mayor que el actual, por más que este sea bastante elevado”.
Por cierto, como ya señaló una nota de Infobae, la tensión en el mercado cambiario responde a varios factores, entre ellas el gasto electoral, las ventas y la caída de las reservas brutas del Banco Central, el atraso cambiario del dólar oficial y la devaluación del real brasileño, que subió 10,6% en los últimos tres meses y pone presión sobre la competitividad argentina
Ya la consultora Quantum, de Daniel Marx, y el propio exministro Domingo Cavallo, advirtieron sobre la fragilidad financiera y del actual sistema cambiario. Quantum asumió, en un ejercicio de cobertura, una devaluación del 20% a fin de año.
Parecida lectura hizo la consultora Equilibra, de Martín Rapetti y Diego Bossio, un ex funcionario del kirchnerismo, que en su último informe afirmó que “el mercado está esperando un cambio en la política cambiaria después de las elecciones de noviembre”. El BCRA logró a duras penas mantener una apariencia de calma operando con el bono AL30, lo que en septiembre le costó nada menos que USD 700 millones por intervenciones en el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC) y otros USD 300 millones en el mercado de bonos.
Sin nafta
El problema es que casi no le queda nafta. Con un stock de reservas netas de USD 4.700 millones, más de USD 3.200 millones debajo del pico de julio, “el ritmo de intervención actual no es sostenible”, dice el informe. Por eso las expectativas de devaluación se dispararon, como reflejan los precios, la demanda de cobertura y los contratos de futuro, un mercado en el que el BCRA volvió a intervenir después de 3 meses sin hacerlo.
Como si esos elefantes fueran poco, Equilibra calculó que solo en concepto de “dólar solidario”, esto es, la compra hormiga de USD 200 dólares mensuales a través de los bancos, el BCRA habrá perdido unos USD 250 millones entre septiembre y diciembre.
La consultora se atiene a que el escenario cambiario de devaluación mensual del 1% del dólar oficial y pérdida de entre USD 30 y 50 millones diarios de las reservas del BCRA, difícilmente se modifique hasta noviembre, pero dice que luego de las elecciones será inevitable un “golpe de timón”, sea acelerando el ritmo de devaluación o con un salto del tipo de cambio o con una sucesión de ambas cosas, como ocurrió entre fines de 2013 y principios de 2014, cuando Juan Carlos Fábrega presidía el BCRA y Axel Kicillof era ministro de Economía.
Los datos hablan por sí mismos. Al 24 de septiembre, precisó Equilibra, la asistencia mensual del BCRA al Tesoro era de $ 250.000 millones y en lo que va del año $ 960.000 millones, lejos de las previsiones del presupuesto oficial. Además, en el último trimestre vencen $ 890.000 millones y, según el déficit primario termine en 3,5 o 4% del PBI, el Tesoro debería financiar entre $ 1,1 y 1,3 billones.
Como dijo Domecq, el vencimiento del TO 21, es una mancha más al tigre, pero nadie está en condiciones de asegurar que no pueda desequilibrarlo.
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