Bodegas de Argentina, la cámara que nuclea a la mayoría de las principales industrias vitivinícolas del país, alertó al Gobierno Nacional por la crisis que atraviesa el sector debido a la faltante de botellas. La situación pone en riesgo las ventas al exterior y puestos de trabajo.
El preocupante panorama fue relatado a través de un carta que enviaron los bodegueros al ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas. La misiva fue redactada luego de que el pasado 19 de septiembre s el contexto se agravara producto del incendio de la fábrica Verallia -una de las principales cristalerías del país- que obligó a paralizar la producción.
La industria vitivinícola utilizó entre 2016 y 2019 un promedio de 800/900 millones de botellas por año. Según explicaron, esa cantidad se elevó a mil millones en 2020 como consecuencia del crecimiento de las exportaciones y del consumo interno “debido a las nuevas ocasiones de consumo originadas por la pandemia”. El 25% de los envases se destinan a los productos embotellados de exportación (vinos y espumantes), mientras que el 75% restante está dirigido al mercado local.
“La capacidad de producción instalada de las cristalerías es de unos 800 millones de envases por año; es decir que capacidad de producción y consumo estaban prácticamente equilibrados en el período 201672019 y totalmente desajustados en el 2020″, se comparó y se aclaró que el año pasado el faltante fue cubierto con “stocks remanentes e importación de algunos envases especiales”.
Frente a este panorama, Cristalerías Cattorini habilitó un nuevo horno en su planta de Mendoza y Verallia sumó una nueva línea de producción en la misma provincia. “Éstas inversiones estaban destinadas solo a equilibrar en parte las necesidades de las bodegas y entrarían en producción para abastecer el último cuatrimestre de 2021, período que coincide con el pico de necesidades, tanto para el mercado local como exportaciones”, describieron en profundidad la problemática al ministro Kulfas.
Del total de botellas para vinos, el 60% las produce Cattorini, el 35% Verallia y el 5% restante Cristalerías Rosario. Sin embargo esa participación se modifica a la hora de exportar el producto: el 70% de los envases son de Verallia y un 30% de Cattorini. En espumantes, Verallia concentra el 95%. “Esto es así, dada la preferencia de calidad y diversidad de diseños por parte de las bodegas, sobre todo de pequeñas y medianas empresas”, se indicó desde Bodegas de Argentina. Debido al siniestro que sufrió hace casi diez días Verallia en sus instalaciones, “podemos decir que esta situación afecta gravemente la producción de vinos y espumantes, sobre todo a las exportaciones, con la consiguiente pérdida de divisas para nuestro país, y puestos de trabajo por la falta de un insumo clave”.
Tras contextualizar el conflicto, bodegueros le plantearon al Gobierno que “la única posibilidad de reemplazo es la importación de envases”. Para ello solicitaron: liberar todo trámite de licencia de importación de envases de vidrio; garantizar la disponibilidad de divisas; y exceptuar de todo gravamen a la importación de envases de vidrio tales como aranceles (10%) y tasa de estadística (3%).
“La industria vitivinícola está transitando con este evento, una de las crisis productivas más importantes de su historia”, enfatizaron. Además de Bodegas de Argentina, la semana pasada el Gobierno de Mendoza se sumó al pedido para liberar la importación de botellas.
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