Este miércoles, al término de la reunión del gabinete económico, el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, se refirió al análisis que el Gobierno está realizando sobre la situación de las exportaciones de carne vacuna. El próximo 31 de agosto vence el actual sistema de cuotificación, donde se exporta el 50% del promedio que se exportó en el segundo semestre del año pasado, con excepción de las cuotas arancelarias y la carne kosher.
En declaraciones a los medios, el ministro aseguró que se está analizando extender la vigencia del sistema actual o de ampliar ese porcentaje de exportación. “Lo que hoy está en discusión son dos cosas: si se prorroga o se amplia el porcentaje. Y también hay que aclarar que las exportaciones están habilitadas, y exportamos por encima del promedio histórico, aunque si es cierto tenemos una administración de ese comercio donde hay un sistema de cuotificación y la prohibición hasta el 31 de diciembre de la exportación de siete cortes populares, como el asado, el vacío, etc.”, dijo el ministro en Casa de Gobierno.
En relación a las negociaciones que el Gobierno lleva adelante con el sector privado a días del vencimiento del sistema de cuotificación, trascendió en las últimas horas que ayer durante una reunión con representantes de la Mesa de las Carnes y el Consorcio Exportador ABC, Kulfas habría hecho referencia a la posibilidad de mantener las trabas a las exportaciones, pero habilitando paulatinamente nuevos embarques, a razón de un 5% cada mes, hasta que se normalice la comercialización al mundo.
Por otro lado, mediante la Resolución 5054 que se publicará mañana en el Boletín Oficial, la Dirección General de Aduanas (DGA) estableció nuevos precios de referencia para la exportación de 8 cortes de carne bovina. Se trata de una herramienta que permite detectar potenciales maniobras de subfacturación en las exportaciones. La normativa fija valores referenciales para la exportación de aguja, marucha, bife angosto, peceto, tortuguita, nalga en su versión de contenido neto inferior o igual a 5 kg o cuando se trate de corte superior a 5 kg, y cortes en juego en envases inmediatos de contenido neto superior a 5 kg.
Mientras tanto desde la Mesa de Enlace, que no fue convocada hasta el momento a ningún espacio de negociación, sigue reclamando la liberación total de las exportaciones. Hay preocupación entre los dirigentes y los productores por los efectos del cepo exportador del oficialismo. Además de afectar a los frigoríficos exportadores y a los trabajadores, según los datos aportados por la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), durante estos tres meses los productores resignaron unos 6.500 millones de pesos de facturación. Y a todo esto, el precio de la carne aumentó en mayo y junio, y presentó una leve estabilización en julio pasado.
Además, la Asociación de Productores Autoconvodados emitió un documento expresando su disconformidad con la prórroga del cepo a las exportaciones de carne, la permanente asfixia impositiva a la producción agrícola, la falta de atención y trabas permanentes a las economías regionales y aquello que atraviesa a todas las producciones, que es el desdoblamiento cambiario, la falta de mano de obra y la crisis hídrica. A su vez, manifestaron su rechazo a “la clara intención proyectista por parte de legisladores oficialistas de querer dejar los institutos y/o entidades q trabajan en investigación y desarrollo tecnológico productivo, en manos no idóneas, y dejando totalmente fuera de contexto a los actores principales de la conformación y construcción de la economía argentina: los productores”.
Rechazo
Horas después de las declaraciones de Kulfas, los integrantes de la Mesa de las Carnes, expresaron en un comunicado que el Gobierno tiene que “repensar y levantar las restricciones a las exportaciones de carne bovina, ya que con la continuidad de esta medida perdemos todos: pierde la Argentina, los trabajadores de la cadena bovina, el Banco Central, la economía y el consumidor”.
Otro aspecto a destacar del pronunciamiento de la Mesa de las Carnes, fue el relacionado a la preocupación del sector por el menor poder adquisitivo de la población. En ese sentido, a partir de los datos del Indec, donde el salario real ha caído un 20% entre enero de 2018 y junio de 2021, los dirigentes sumaron las dificultades de los trabajadores informales y los cuentapropistas, y la caída en el nivel de empleo. “Esto significa que los argentinos tenemos menos capacidad para comprar no sólo carne, sino también nafta o ropa”, dijeron desde el espacio conformado por más de 30 entidades.
Y por último criticaron el poder de compra de la moneda local. En ese sentido, presentaron el siguiente ejemplo: ”En diciembre de 2017 con 1.000 pesos comprábamos 8 kilos de carne, hoy sólo compramos sólo 1,5 kilos. Pero pasa lo mismo con cualquier otro producto: comprábamos 40 litros de nafta, hoy sólo compramos 10; comprábamos 29 paquetes de ½ kg de yerba, hoy sólo compramos 5; y la lista podría seguir”.
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